Epílogo

565 56 18
                                    

Un año después...

Sebastián Yatra era incapaz de apartar la mirada de la nena pelinegra de ojos azules que lo contemplaba fijamente con una pequeña sonrisa y su pequeña mano hecha un puño en la boca.

—¡Hola, amores!—saludó Leah entrando en la habitación con una enorme sonrisa en los labios. El chico rio en voz baja y le hizo una señal para que ella guardara silencio.

—¿Cómo te fue con Alanis?—cuestionó el pelinegro acariciando con el dedo índice la mejilla de la niña.

—Bien—rio.—Está demasiado emocionada con la idea de la boda de Venecia ¿sabes? De hecho, creo que está más emocionada que Venecia—bromeó y Sebastián rio de nueva cuenta—¿Cómo se portó Briana?—preguntó lentamente sin apartar los ojos de la niña.

—Briana es un encanto. Al igual que su padre—bromeó y ella rio divertida antes de acercarse hasta él y depositar un beso en sus labios.—Pero hablando en serio, se portó muy bien este angelito—musitó sonriéndole ampliamente.

—Te amo—murmuró Leah acariciando la mejilla de su esposo. Él la miró a los ojos y entrelazó sus manos acariciando la argolla de matrimonio que descansaba en su dedo anular.

—Te amo mucho más—agregó él.—Por cierto, esta mañana llegaron las fotografías de la boda—declaró y Leah rio.

—¿En una USB?—bromeó y Sebastián se echó a reír apenas comprendió lo que ella estaba tratando de darle a entender.

—En físico—respondió y ambos rieron.—Ah, y por cierto...tu madre llamó para confirmar la asistencia a la reunión familiar de mañana—argumentó y el corazón de Leah dejó de latir un momento. Se apartó de golpe y lo miró. —Y mi madre también confirmó su asistencia...

—Oh, por Dios—susurró mirándolo a los ojos.—¿Ves otra pelea de abuelas?—cuestionó de manera divertida y Sebastián rio.

—Estoy completamente seguro que habrá otra pelea de abuelas.—hizo una pausa—pero mírala, esta hermosa es la culpable de que sus abuelas peleen por ella y ni siquiera luce preocupada...—Leah soltó una carcajada y Briana comenzó a llorar.

—Hagamos algo...—sugirió—Yo le cambiaré el pañal mientras tú colocas en la televisión el filme de nuestra boda—Sebastián sonrió ampliamente y asintió antes de ponerse de pie.

Le gustaba pasar el tiempo en casa con Leah y con su hija. Le gustaba su vida. Le gustaba saber que las dos mujeres más hermosas sobre la faz de la tierra eran suyas. Le encantaba sentarse y admirar la belleza de la pequeña que le había robado el corazón apenas la había visto tres meses atrás.

Diez minutos después se encontró a sí mismo sentado en el sofá de la sala contemplando la pantalla de la televisión donde el video de la boda -de su boda- reproducía. Rieron contemplando a Adrián bailar sobre una mesa demasiado ebrio. A Venecia totalmente furiosa tratando de controlar a su novio. A Alanis tratando de alcanzar el ramo de la novia y Esteban poniéndose colorado cuándo se dio cuenta que la chica efectivamente, lo había atrapado.

Briana comenzó a jadear y Sebastián besó su cabeza. La niña soltó un jadeo y lo observó un momento antes de llevar su mano derecha a su boca otra vez.—¿Cuándo va a hablar?—cuestionó Sebastián admirándola fijamente.

Leah soltó una carcajada y negó un poco—Apenas tiene tres meses...

—Lo sé, pero la verdad es que me muero de ganas porque hable...quiero que me llame papá,  que corra por toda la cosa y que haga destrozos—explicó emocionado y Leah rio de nueva cuenta.—La verdad es que nunca jamás en la vida voy a dejar de darte las gracias por darme la dicha de ser el padre de esta hermosa...

—Yo no voy a dejar de darte las gracias por todo el amor que me das todos los días...por querer mucho a Briana y por elegirme...—musitó Leah apoyando su cabeza en el hombro del muchacho.

—¿Recuerdas cuándo me preguntaste en el campamento familiar que era lo mejor que me había pasado en la vida?—preguntó en voz baja apoyando a la niña contra su pecho y Leah asintió de inmediato.

—Tu primo nos interrumpió y nunca me respondiste...—respondió en medio de una mueca.

—Pues quiero aprovechar este momento para hacerlo...Leah Mirabile, tú y nuestra hija son lo mejor que me ha pasado en la vida. Son los amores más grandes que tengo, lo más bello que me pudo haber pasado y nunca cambiaría nada de lo que hemos pasado juntos porque las amo...ambas son los amores de mi vida y van a tener que echarme de sus vidas para que yo pueda irme porque no existe ni existirá otra manera...—musitó acariciando su mejilla.

—Te amo—anunció Leah uniendo sus labios a los del muchacho con una enorme sonrisa en los labios.

—Te amo más...muchísimo más, Leah...—ella sonrió.

—Entonces, Sebastián Yatra...lo que pasa en Las Vegas...—susurró ella sonriéndole ampliamente.

—Se convierte en lo mejor de tu vida...

FI N

_ _ _ _ 

Un final cortito pero bonito, ahre.

Besos y abrazos, Gloria, xx.

Lo que pasa en Las Vegas...|S.Y.|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora