Capítulo VII: El enfermo

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No me acuerdo la fecha pero entre el 25 y 28 de Junio

Había pasado días que no veía a Matias, me dijo que hoy estaba enfermo por lo cual se retiró temprano de su trabajo:

- Como quisiera estar allí para cuidarte y si puedo, hacer una sopa.

- Ven.

- Yo voy eh.

- ¿En serio?

- Claro, al menos un rato para ver como estás.

-Pero donde vivo no es tan bonito.

- Tampoco es que me imagine un cuarto de lujo, dime tu dirección y yo voy.

Me dio su dirección, mi mamá hoy se va de viaje, me quedaría casi un mes solo con papá, le dije a mi mamá que hoy después de mis clases iría con Claudia y Salaverry a ver ropa, me aceptó. 

Eran las 16h, mi papá no estaba en casa, acompañé a mi mamá hasta la avenida y la embarqué, fui caminando a mis clases de francés, no pensaba faltar ya que no podía; le pedí a Claudia que finalizando las clases me ayude a tomar un taxi, para milagro ella vivía cerca al lugar, no me pidió explicaciones de por qué, para qué voy, mejor así.

Llegamos, me despedí de ella; toqué el timbre de su departamento, nadie me contestó, sólo me abrieron la puerta, sabrá que soy yo, pensé; subí por las escaleras hasta el quinto piso, estaba nerviosa pero en fin, toqué la puerta y una mujer me abrió la puerta, tendría sus 30' a lo mucho; joder, pensé.

- ¿Sí?

- Disculpe, estoy buscando a Matias.

La señora se fue y gritó 'Matias, una chica te busca'; en eso salió, estaba con medias, short y su polo, con una cara de muerto, me dijo que pasara y entré saludé a la señora y otro chico que estaba; entré a su cuarto, cerró la puerta y nos sentamos en su cama.

- ¿Viven contigo?

- Ya sabes, compartimos departamento para que salga menos el costo.

- Entiendo, ¿te pasó la fiebre?

- Sí pero, sigo con malestar aunque, ya no tanto porque has venido.

Estabamos tan cerca que nos empezamos a besar, me valió un pito que estuviera enfermo, no paramos él se acomodó al me dio de la cama sentado y yo me senté encima de él sin parar de besarnos, él empezó a tocarme la espalda y yo sus hombros, haciendo un movimiento con mi cuerpo encima de él para sentir su miembro, él se echó, me empezó a tocar el trasero; después paramos y nos echamos como dos maridos recien casados; platicando de lo que nos había pasado.

Empezamos de nuevo con los besos y los tocamientos, puso mi mano en su miembro nuevamente encima, a mi me daba palta hacerlo por mi sola, él solo me tocaba todo el cuerpo, pasó mi mano por debajo de su short y de su boxer, oh no, me dije; literalmente le estaba tocando el pene y acariciandolo como si fuera un peluchito recien comprado, en una y otra me desabrochó el brasier pero, no dejé que me lo quitará , me iba a quedar sin senos me dije, ja,ja,ja.

- ¿Por qué no?

- No quiero.

- Pero si ya estamos ya.

- No Matias.

Seguimos así y quiso poner su mano debajo de mi pantalón a lo que le dije que no ay que nunca me habían tocado y, no me había rasurado hace unos días ni las piernas, que palta.

- ¿No te puedo hacer cariñito?

- Tú supuestamente estás a punto de morir.

- Pero, tengo energías para esto.

- Sí, ya me di cuenta.

En resumen fue eso, besos, tocamientos a todo su cuerpo y yo con mi brasier desabrochado; terminamos acurrucados en su cama, su cuarto no era el más bello y su cama simplemente era un colchón, no me imaginaba algo de lujo porque pues, ellos vienen porque no tienen plata y acá le pagan poco pero, lo suficiente para que vivan. Le dije que no para tener sexo, estaba tarde, me pidió que me quedara a dormir a lo que si, estaba algo mas loca le aceptaría pero, tenía un hogar donde me esperaban asi que le dije que no, me pidió un taxi, me embarcó y me fui.

- ¿Me dijiste que no por qué? porque lo ves muy rápido, porque no quieres, porque no te gusto, porque sólo me dijiste 'porque no'.

- No sé, jamás había hecho algo ni cerca a ello, sólo dejame.

- Te entiendo y lo respeto.

-  Ya me voy a dormir, cuidate.


Una historia muy hermosa...para ser tan cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora