Una historia muy hermosa...para ser tan corta

Capítulo V: Cumpleaños de Matias

Jueves 31 de Mayo

Hoy es su cumpleaños y por lo que me dijo iba a trabajar igual de 11h a 23h, pobre.

- ¿ Hoy no vienes? quiero verte.

- Si voy, ¿ me invitas torta -poniendo emojis de risa-?

- Claro.

-Veré que hago, ya vino mi profesor, hablamos luego, adios.

Toda la clase del profesor me la pasé pensando como podría hacer, le dije a dos amigas que me acompañen, aceptaron mas por la curiosidad de quién era el galán que había movido el corazón de esta muchacha fria, le dije a mi mamá que si podía ir y aceptó.

Fui a El Peruano y me senté en el ambiente donde había estado aquel día del cumpleaños de mi madrina, en un asiento que daba mirando a la barra donde él se encontraba. Su compañero me atendió, el mismo que me había dado el número de Matias, lo apodé 'Señor cupido'.

- ¿ No quiere un pollo a la Matias?

- Ah... -no había escuchado bien- no -riendome-.

- Hoy es su cumpleaños.

- Sí, me lo dijo; usted es un mentiroso.

- ¿ Por qué?

- Ya me dijo Matias que usted le dijo que yo le pedí el número de él -riendome-.

- Ah...ja,ja,ja, es que los vi y eran tan lindos, así que le dije 'Marico, la señorita se me acercó y me pidió tu número' y él no me creía porque no había visto que tú te hubieses acercado a mi y no me creía capaz de dartelo hasta que me vio.

- Bueno, igual muchas gracias.

Le sonreí y le di la orden, él se fue y me quedé con mis amigas que estaban curiosas por quien era, en eso él se asomó sonriendo y les dije que era él, le devolví la sonrisa mas no me acerque, mis amigas me dijieron que estaba guapo y se notaba desde lejos que era venezolano.

- Anda

- No, que palta.

Él y yo nos quedamos mirando, mas no me acercaba, me daba palta por alguna razón, la niña que buscaba al adulto que le gustaba,  no sé.

Nos trajeron las cosas que pedimos, una limonada, tequeños, alitas bbq, dos cafés.

- Disculpe pero, ¿cuál es su torta favorita?

- Ay, yo no como dulces, no me gustan.

- Pero, ¿ ningun dulce le gusta?

- Uhm, pues me gustan los dulces de leche.

- ¿Una torta tres leches estaría bien?

- Sí.

- Gracias.

Me quedé confundida pero, seguí platicando con mis amigas mis pequeña historia, en eso llegó el señor cupido y me sirvió una porción de torta.

- Muchas gracias (le dije sorprendida).

- A la orden.

Volteé a mirar a Matias y ahí estaba, todo sonriente, sólo le dije gracias de lejos y me guiñó el ojo.

- Fer, te sacaste la loteria.

- Ahora podrás venir y comer todo lo que quieras.

- Es un caballero, se nota.

- Eso no lo hace cualquiera.

- Se nota que le gustas.

Mis amigas empezaron a reventarle cuetes a Matias, le pedí su celular a una de ellas para tomarle foto a la torta, era una porción algo grande y yo, ya estaba llena. La estuve comiendo lentamente porque esa torta es demasiado dulce.

- ¿No se la va a comer?

- Sí, eso hago sólo que es algo dulce.

- Mirelo al pobre como quedaría si le deja su torta allí.

El señor cupido vino para chequear si ya me la había terminado, me puse a analizar y dije es cierto, si la dejo tal vez ellos lo vean de mala forma, así que de manera mágica logré comerla toda. Mis amigas se fueron al baño y me quedé sola, en eso lo veo y me llamó asi que me acerqué.

- Hola.

- Hola.

- ¿Te gustó?

- Muy rico la verdad, gracias.

- Eres linda.

- Lo sé.

- Matias felíz cumpleaños, que la pases divino.

- Ah mirale, solito se saluda.

- Ya que alguien no lo hace.

- Feliz cumpleaños, después de tu trabajo ve a bailar y festejarlo con tus amigos.

- Muchas gracias, ¿ Cuándo te veo?

- No lo sé.

- Bueno, anda que tus amigas ya regresaron. 

- Cuidate.

Me regresé a mi sitio, pedí la cuenta y nos fuimos.

 Gracias por el presente, fue muy lindo de tu parte. 

le escribí ese mensaje por messenger cuando llegué a casa. Pasado las 23h me escribió:

- ¿ Qué harás el martes?.

- No lo sé.

- ¿Quieres ir al cine conmigo?

Sí, no, sí, no, piensa rápido Fer, jamás has ido al cine con un chico y dicen que el cine es el hotel para los jovenes.

- Claro, ¿a qué hora?

- ¿Te parece bien a las 16h?

- Perfecto.

- Te recojo a las 16h entonces.

- ¿Puede ser en el Kfc cerca a mi casa, no quiero que te vean mis padres.

- Ja,ja, está bien.

Hablamos de tonteras hasta que mi madre cortó el internet como siempre, me quedé pensando cómo haría ya que tenía clases de francés de 17h a 19h, qué le diré a mi madre para que me deje ir o bueno me diera plata. Al día siguiente le dije a mi mamá que si podía ir el Martes al cine con una amiga después del francés, me aceptó...felizmente.