Con la ayuda de Hayes llevamos a Jacob hasta su coche y lo metemos en la parte de atrás.
- ¿Llamamos a una ambulancia? - dice Hayes.
- No... - murmura Jacob - Llevadme a mi casa.
- Jacob, ninguno de nosotros sabe conducir. - digo yo.
- Yo si. - miro hacia atrás y veo a Holly parada en frente de Hayes y mía.
- Está bien. Vámonos. - intento fingir que no me importa, pero que Holly venga me pone nerviosa.
- ¿Sabes dónde vive? - le pregunta Hayes. Ellos dos están en los asientos de delante y yo atrás con la cabeza de Jacob en mis piernas.
- Guapo, he ido tantas veces a su casa que ya es como si fuera mía. - dice Holly sonriendo.
Jacob abre los ojos y sonríe. Le cuesta hasta moverse. Me siento mal, los he visto y no he hecho nada. Y Cameron... ¿Cómo ha podido hacer eso? Le odio. Ahora mismo le odio y me arrepiento de lo que pasó la otra noche.
- Lo siento. - digo acariciándole la mejilla.
- Bueno, por lo menos ahora podré tener las horas que me prometiste. - dice él lentamente mientras sonríe.
Cuando llegamos a su casa Hayes lleva en sus espaldas a Jacob. Son más o menos del mismo tamaño aunque Hayes tenga dos años menos. Lo metemos en el cobertizo porque no quiere que nadie en su casa le vea. Tampoco hay nadie, según nos dice él. Pero por si acaso prefiere estar en el cobertizo. Holly me trae el botiquín de medicinas para que le cure.
- Ojos azules, - dice Holly mirando a Hayes -, vamos a dejar que Lisa haga bien su trabajo. Además, aquí hace mucho frío.
- Si, vámonos fuera. - dice Hayes.
Jacob y yo nos quedamos solos. Le incorporo en el sofá y me pongo de rodillas en frente de él para estar a su misma altura. Tiene unas cuantas heridas, en la ceja derecha, en la nariz, en la boca y en la oreja izquierda. Intento curárselas como puedo.
- Auch... - se queja él.
- Aguanta un poco. - se coge de mi camiseta y la agarra fuerte. Cuando le curo la nariz grita mucho, tanto que acaba tirando de mi camiseta hacia él.
- Lo siento...
- No pasa nada. Sólo falta el labio.
Delicadamente intento curarle el labio sin que sufra, pero no puedo. Grita. Al final se acaba calmando y deja que se lo termine de curar. Lo hago con los dedos, siento el calor de sus labios a través de mis dados. Se le notan los surcos de las lágrimas en la cara. Se los quito con la mano.
- No sé por qué ha hecho eso. - intento disculparme con Jacob por Cameron, pero Jacob parece no querer que hablemos de Cameron.
- Déjalo ya. Cameron es un imbécil.
- No pensé que...
- Cuando te des cuenta ya será demasiado tarde.
- Vendré a verte luego, ¿vale? - digo dándole un beso en la mejilla.
- ¿Vas a hablar con él, verdad? - dice Jacob sonriendo.
- Puede.
Jacob le deja el coche a Holly para que me lleve hasta mi casa, más bien a la de Cameron. Hayes se queda con Jacob para que no esté solo.
Al parar el coche no salgo directamente, primero quiero hablar con ella.
- ¿Ahora vas de amiga? - le pregunto sin más.
- Quiero llevarme bien contigo, ¿vale?
- Después de todo...
- Me da igual lo que haya pasado antes, tú tampoco has sido una santa. Así que o firmas la paz o te ganaré en la guerra. - hay que decir que una puta con clase.
- Firmo la paz. Pero que conste que la guerra la hubiera ganado yo.
- No lo dudo. O sino tu novio me hubiera enviado unos matones para pegarme... - miro a Holly seria - Lo siento. Suerte con Cameron. Te esperaré aquí. Cuando termines volvemos a la casa de Jacob. Avisaré a tu hermano.
- Está bien. - salgo del coche. Me asomo por la ventanilla y sonrío a Holly - Gracias.
- De nada.
Llamo varias veces a la casa de Cameron, no porque no me abra, sino porque estoy enfada y tengo ganas de pegar algo. Me abre él sin camiseta, como siempre. Me iba a dar un beso, pero le esquivo y cierro la puerta.
- ¡Eres gilipollas! ¡Te lo has cargado todo! - grito.
- ¿De qué estás hablando?
- Lo he visto, Cameron.
- ¿El qué?
- La paliza que le has metido a Jacob. Le he curado, y le he dado un beso en la mejilla. Después iré a su casa y a saber lo que pasa... Porque tengo claro que paso de estar contigo.
- Lisa, por favor... - Cameron está temblando.
- Eres imbécil, un insensible. Ni siquiera puedes confíar en mí. ¡Te dije que Jacob y yo éramos amigos, nada más que eso! No pienso ir al viaje contigo...
- Lo siento, no sé por qué lo hice...
- ¡Pero lo hiciste! Lo hiciste y te juro que te odio.
* NARRA CAMERON *
Me odia. Acaba de decir que me odia. ¡Por qué me ha tenido que ver! He quedado como un gilipollas. Ni siquiera sé por qué hice lo que hice. Siempre he hecho eso cuando algo no iba bien. La violencia siempre ha estado en mi vida.
Lisa está sentada en el sofá insultándome, diciéndome que le he decepcionado y que ha besado a Jacob en la mejilla. Y todo porque soy un maldito desconfiado...
Le pego un puñetazo a la puerta del salón.
- ¡Qué haces! - grita ella - ¡Para! - se levanta y se pone en frente mía - Para ya. No tienes derecho a enfadarte ni a llorar. - al parecer estoy llorando. Ni siquiera me había dado cuenta.
- Lisa... ¡Soy así! Mi vida es esta. ¿Qué esperabas? ¿Qué cambiara por ti? ¿Qué me convirtiera en alguien que no soy? No pienso cambiar por una chica.
- Yo no te pido que cambies. Por eso es mejor que lo dejemos, ahora.
- ¿Vas a salir con Jacob, verdad? Porque él no es un gilipollas.
- Eres imbécil, Cameron. Y yo no quería cambiarte, sólo quería estar contigo. - Lisa está llorando y ahora mismo no puedo respirar. No quiero verla llorar, no por mi culpa - Espero que estés contento con lo que has hecho, Cameron. Eres el rey del drama.
- Entonces... ¿Vamos a cortar por culpa de un accidente?
- No ha sido un accidente, lo has planificado.
- ¿Me vas a dejar por eso?
- No, tú has hecho que te deje. Desde ahora no estamos saliendo.
Sus palabras se clavan en mi cabeza como cuchillos. Lisa Caniff acaba de cortar conmigo.
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MI VECINO (CAMERON DALLAS)
FanfictionLisa Caniff y su familia se tienen que mudar a un barrio adinerado de Los Ángeles. Allí conoce a sus nuevos vecinos, entre el que se encuentra Cameron Dallas, un chico de 19 años el cuál esconde un secreto que Lisa intenta descubrir a toda costa ya...