MI VECINO (CAMERON DALLAS)

CAPÍTULO 3

Invito a Hayes a comer al día siguiente. Tengo mucho que contarle. Es mi único amigo aquí, y mis amigos de Indiana ya han empezado la escuela, por lo que ya no me llaman, o no quieren hacerlo. No le doy muchas vueltas a ese tema ya que estoy centrada en la persona misteriosa de las notas. 

Se lo cuento todo a Hayes y él me escucha con atención asintiendo con la cabeza la todo lo que le digo.

- ¿Quién crees que puede ser? - le pregunto nerviosa. Está sentado en el filo de mi cama con los brazos cruzados, pensativo.

- ¿Estás segura que no es Cameron?

- Me dijo que no lo era.

- No lo sé. Pero no deberías de dormir sola está noche. 

- No pienso preocupar a mis padres ni a Taylor. Y no tengo amigas que se queden a dormir... - le miro durante unos segundos y él abre los ojos como platos.

- ¿Qué pretendes hacer?

- Tú te quedarás escondido está noche en el armario de la ropa y así verás quién es el que me deja las notas, ¡es perfecto!

- ¡No pienso dormir en un armario! - se queja él.

- No es un armario. Mira.

Le guío hasta la puerta y abro el vestidor. Es enorme, lo suficiente como para  que Hayes quepa en un saco de dormir.

- Tus padres no me dejaran. - vuelve a quejarse.

- ¡No seas tonto! No se enterarán...

- Si me pilla Taylor me mata.

- ¿Quieres ayudarme, si o no?

Bufa y después se gira de brazos cruzados hacia mi.

- Está bien. 

- ¡Genial! 

- Podemos hacer algo antes, si quieres podemos ir a alguna fiesta. Los dos.

- Cameron hace hoy una fiesta. Quiero ir y averiguar en qué trabaja. No me voy a dar por rendida con lo suyo.

- Está bien. - murmura Hayes - Me voy a casa. ¿Nos vemos luego?

- Si.

Hayes está raro, como si estuviera decepcionado. Tampoco le doy muchas vueltas, debo de concentrarme en esto.

Bajo las escaleras y veo que mis padres y Taylor están muy arreglados. ¡Mierda, la comida! Antes de que me vean subo a mi cuarto y me cambio rápidamente. No me da tiempo a ducharme porque son las doce y media y la familia Willow estará aquí en media hora. 

Me pongo un vestido blanco ajustado por arriba y suelto por abajo y me recojo el pelo con un lazo negro. Perfecta. Así parezco la niña buena que mis padres pretenden que sea.

Al bajar Taylor me da un grito.

- ¡Ya voy! 

- Los Willow están en la entrada. 

- Lo sé. He visto su coche. 

Taylor se acerca a mi y me susurra en la oreja:

- No hagas ninguna tontería.

- ¿Por qué debería...?

Entonces la puerta se abre. Mi primer pensamiento es: ¡MALDITA ZORRA! Holly Willow, la única hija de los socios de mi padre está allí, plantada delante mía, con un vestido rojo que le hace parecer más mayor de lo que es.

Entonces, cuando parecía que mi tarde iba a ser la peor de muchas, veo a Cameron detrás de Holly, agarrándole la mano. No es que me importe, no he llegado a ese punto en el que estoy loca por Cameron. Pero... ¡Después del rumor que hizo correr esa estúpida malcriada resulta que son novios!