Si os soy sincera, la idea de trasladarme de casa no me hacía ni pizca de gracia. Pensar que tenía que conocer a gente nueva, encajar en un lugar, ser parte de un sitio totalmente desconocido para mi... Me aterraba, me hacía sentir llena de inseguridades.
Según mi padre el barrio era de lo mejor de L.A. ¿Mejor que mi antigua casa, que mis antiguos amigos, que mi antiguo TODO? Lo dudaba... Pero al menos me consolaba que no era yo la única que sentía incomodidad con todo aquello. Mi hermano también dejaría atrás a todos sus amigos, los deportes y en general toda su vida de niño-pijo-guai. ¡Ah, lo olvidaba! Claro, que el barrio al que íbamos estaba llenos de niños-pijos-guais como él... ¡Qué desgracia, pobre Taylor, que ya no va a poder impresionar a nadie con el dinero de su papi! En realidad, se que él también lo ha pasado mal con todo esto... Pero no puedo evitar llevarme la peor parte. Él es tan... Cómo decirlo... ¿Tan encajable? Le aceptarían en cualquier grupo. Sin embargo, yo... Soy un poco más difícil, aunque realmente no me importe. No es algo que me quite el sueño, la verdad.
Por suerte, la nueva casa es bastante grande, mucho más que la anterior. Aquí hay jardín y piscina, y las habitaciones son enormes. Nunca había pensando que me quejaría por espacio... Pero tanta inmesidad me hace sentirme más sola todavía. Aún quedan huecos por rellenar de recuerdos, y la adolescencia no es un momento precisamente bueno como para crear un hogar lleno de felicidad. Ya sabéis, por eso de las hormonas y lo fácil que es tocarle la moral a un adolescente... ¡Qué conste que os lo dice uno!
Otra cosa que me ha sorprendido mucho: los chicos. La mayoría de los vecinos son guapos, y a algunos guapos se les queda corto. Un grupo de chicos vinieron a presentarse los primeros días y se han hecho muy amigos de mi hermano mayor, Taylor. Como deduje, no le sería difícil encajar en ningún lugar.
Al principio vinieron solo dos chicos muy parecidos, Nash y Hayes, los vecinos de al lado. Resulta que son hermanos, pero ni siquiera me hizo falta que me lo dijeran, tenían los mismos ojos azules. Los demás chicos del grupo vinieron cuando pasaron algunos días. Carter, Matt, Shawn, Jack G., Jack J., Aaron, Jacob y, por último, Cameron. El último era muy raro, no me miraba a los ojos y ni siquiera entró en la casa, se quedó en las escaleras fumándose un cigarrillo, intentando hacerse el guay. He de reconocer que tuvo que esforzarse mucho... Pero tampoco tuvo que hacerlo para darme una... ¿Mala impresión? Más que mala, podría decir una quiero-saber-más-de-ti impresión.
Y el motivo por el que quiero saber más de él no solo reside en el momento que lo conocí. Resulta que la soledad no es lo suyo, y para saciar su necesidad continua de estar rodeado de personas hace fiestas cada vez que puede. Taylor va algunas de ellas, pero cómo Cameron vive en frente nuestra, prefiere no ir a todas por si nuestros padres le pillan. Sí, mis padres le odian. Pero no es de extrañar teniendo en cuenta su relativa juventud y sus ansias por poner la música al máximo nivel a las tantas de la noche, el alcohol y fumar a todas horas.
Trasladándonos al presente, resulta que hoy hay una fiesta especial en casa de Cameron. Normalmente a las fiestas ¨especiales¨ Taylor y sus amigos no suelen ir, hacen demasiado ruido y siempre acaba llegando la policía. He de admitir que alguna vez que otra he sido yo la culpable de ese suceso... Bueno, más bien mi padre, pero porque yo se lo sugerí. Pero estoy segura de que al final lo habrían hecho por voto propio, son tan reacios a Cameron que harían lo que fuera por echarle de su casa.
- Vive sólo...- dicen - ¿En qué trabaja? Siempre anda de fiesta...
No les agrada, pero se tienen que aguantar, ellos han elegido la casa pero no al vecino. Dudo que se jamás se vayan a acostumbrar al mundanal ruido de esa casa.
Como iba diciendo, hoy iba a haber una fiesta en casa de Cameron, y para mi sorpresa mi hermano y sus amigos estaban dispuestos a ir (a las espaldas de sus padres, por supuesto, ¡no son tan atrevidos los niñitos de papá¡). Me enteré cuando han venido a mi casa a interrumpir el sagrado momento de toma de sol.
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MI VECINO (CAMERON DALLAS)
FanfictionLisa Caniff y su familia se tienen que mudar a un barrio adinerado de Los Ángeles. Allí conoce a sus nuevos vecinos, entre el que se encuentra Cameron Dallas, un chico de 19 años el cuál esconde un secreto que Lisa intenta descubrir a toda costa ya...