CAPÍTULO 18

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Cameron y yo vamos andando hasta el coche sin decir nada. Después de lo que ha ocurrido no sé qué decir.

Me lleva a mi casa y me acompaña hasta la puerta. Le doy un beso y me meto dentro.

- ¿Hay alguien en casa? - pregunto casi gritando. No, no hay nadie. Sólo Cristhina, la cocinera. Está con la música no me ha escuchado - Cristhina... ¡Cristhina! 

- Hola. - dice ella quitándose los auriculares.

- Tienes la música más fuerte que yo. Por cierto, ¿qué vamos a comer? - pregunto sentándome en la mesa de la cocina.

- No te acomodes, que tienes visita.

- ¿Yo?

- Le he dicho que espere en el salón. Es un chico muy guapo. 

- Ah, Hayes... - sonrío - Si, guapo es. Pero sólo somos amigos. ¡Amigos! - ella se ríe - Es verdad.

Voy hasta el salón esperando encontrar a Hayes. Entonces veo a un chico moreno de pelo negro. Jacob está aquí. Se me había olvidado por completo... Bueno, espero que entienda que tenía otra cosa más importante que hacer.

- Lo siento, se me olvidó. Vino Cameron y... - me ahorro los detalles.

- Ya, os vi iros. - está serio mirando al suelo. Me siento a su lado.

- Jacob, creo que es mejor que dejes tus intentos de estar conmigo...

- Me hiciste una promesa, y no la has cumplido. - dice él cortándome la conversación.

- Te he dicho que no podía. Vino Cameron.

- Era una promesa.

- ¿Te lo repito otra vez? 

- Sólo venía a darte esto. Te la dejaste en mi coche cuando fuimos a recoger a tu novio de la cárcel. - me da una chaqueta vaquera, más bien me la tira. 

Ni siquiera se despide, se va dando un portazo. Parece que le ha afectado bastante esto, y lo peor es que a mí también. Me siento mal, no quiero perderle. Pero tampoco puedo perderle porque nunca le he tenido. Me tumbo en el sofá y agarro la chaqueta con fuerza. Acabo de perder mi virginidad con Cameron Dallas, el tío más guapo que he visto en toda mi vida, y me estoy rayando por uno que no sabe ni en qué día del mes estamos.

Durante la cena no hablo. Mis padres están entusiasmados porque vamos a ir de viaje. Resulta que este viernes por la tarde nos vamos y volvemos el domingo por la mañana. Me faltan dos días para irme y no tengo nada de ganas. Sobre todo porque estoy segura que Holly hará de las suyas. No me la imagino de amiga mía, ni quiero.

A la mañana siguiente Jacob ha vuelto a venir al instituto. Parece un milagro. Está con Caspar y otros chicos en una esquina. Yo estoy en la misma fuente que siempre con Hayes a mi lado. Ninguno habla. Jacob me mira de vez en cuando con odio. 

- La he cagado, Hayes. - digo de repente. Él me mira y le cuento lo de Jacob. No le cuento lo que pasó con Cameron porque no le interesa.

- Tampoco es para tanto. Se nota que le gustas. Si le gustas no va a dejar de hablarte por esa tontería.

- Pero él a mi no me gusta.

- Eres una mentirosa. - dice Hayes riéndose - Se te nota mucho.

- ¡Que no! - grito - A mi me gusta Cameron.

- No te digo que no, pero también Jacob...

- ¿Eso puede pasar? Porque no se a quién podría querer más, en el caso hipotético de que me gustaran los dos.

- En ese caso hipotético... Yo diría que Cameron. - sonrío. Me alegra su respuesta - Pero te has aburrido de él - esto ya no me gusta - Le has ayudado a salir de la mierda en la que estaba y ahora ya parece que has terminado lo que empezaste.

- Me conoces demasiado bien.

- Después de todo, soy tu mejor amigo.

- ¿Qué harías tú?

- Quedarme con los dos.

- Eres tonto.

- ¡Pues no me preguntes!

Nos vamos a clase bromeando. 

Al salir el coche de Cameron vuelve a estar allí. Corro hacia él y nos besamos delante de todos.

- El viernes nos vamos. - dice él.

- Si. ¿Por qué has venido?

- He venido para recoger una cosa.

- ¿En el instituto? - no le creo, pero me hago la tonta - Está bien, te veo luego. - le beso y me voy con Hayes.

- Hayes, ¿te morirías de hambre si comieras hoy más tarde? - le pregunto.

- ¿Por qué? - me dice él.

- Necesito que me ayudes en algo.

* NARRA CAMERON * 

Caspar me dijo que Jacob y Lisa habían quedado ayer a las cinco. Por eso llegué al instituto, para que no pudieran verse. No estoy dispuesto a que éste imbécil me quite a Lisa. Así que hoy he llamado a algunos amigos para que le queden las cosas claras a Jacob. Un aviso no le vendrá mal.

He pagado a un chico para que lleve a Jacob a un descampado que hay detrás del instituto. No hay nadie, así que no nos verán. Como ese chico no tiene conciencia, seguramente haría cualquier cosa por dinero. Pero, por si acaso, en cuanto llego le digo que se vaya y que no cuente nada si no quiere que le pase como a Jacob.

Hay dos enormes gorilas detrás mía. Jacob se ríe.

- ¿Me vas a pegar una paliza? - dice riéndose.

- Puede. - le respondo yo.

- Eso sólo hará que Lisa te odie. Porque a ella le gusto... - le pego un puñetazo en la nariz.

- No lo suficiente para acostarse contigo. - ¡mierda! ¿por qué he dicho eso? Cuándo estoy enfadado se me escapan gilipolleces por la boca.

- Eres un capullo. - dice él.

* NARRA LISA *

- Hayes, han ido por allí. ¡Vamos! - grito yo. Hayes me sigue el paso temeroso.

- Si Cameron se entera... ¡Me va a matar!

- Eres mi mejor amigo, como te mate le castro. 

- Vale, me tranquilizo. - suspira - ¡Me va a matar! - vuelve a gritar.

- Sh...

Estamos escondidos detrás de unos muros que hay cercanos a dónde ellos están. Está claro que Cameron pretende dar una paliza a Jacob. Como lo haga... Cierro los ojos. Lleva dos puñetazos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis. He perdido la cuenta. Al final Jacob termina en el suelo con sangre en los labios y en la nariz. Escucho lo que le dice Cameron.

- Aprenderás a no meterte en dónde no te llaman.

Será gilipollas... En cuanto Cameron y sus matones se van corro hacia Jacob. Tiene los ojos cerrados y está gimiendo.

MI VECINO (CAMERON DALLAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora