7.

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Los siguientes día la pase a su lado . El día se nos hacía eterno hasta el llegar de la tarde. Habíamos comenzado a acercarnos cada vez más.

—¿Alguna vez has asistido a una gran fiesta? —Dejó un vaso con Coca-Cola sobre su mesita de noche mientras conversabamos enmedio de nuestro maratón de dramas.

—¿A que te refieres con "gran fiesta"? —Di un sorbo a mi bebida.

—De esas fiestas donde va más gente de la que crees conocer, no hay límite de alcohol y hay más cosas de las que te puedes imaginar —Rió como si conocieras muy bien de ellas.

—Sabes que sólo salgo para ir a la escuela, ¿Me ves cara de que tengo cientos de fiestas a la semana? —Contesté con algo de sarcasmo, era cierto no tenía la gran vida social como el chico más popular del Instituto. La última fiesta a la que asistí fue a mi propia fiesta de cumpleaños.
—Cuando salgo es todo menos a una fiesta.

—¿Me estas hablando enserio?— Asombrado sin creer en lo que acababa de decir.

—Más enserio que nunca —Reste importancia llevandone un pedazo de pollo a la boca tratando de concentrarme en ver el nuevo episodio del drama.

—¡Vamos a una! —No me cuestionó. Saltó tan emocionado que hizo volar las migajas del pollo frito.

—No puedo ir a una fiesta a la que no estoy invitada.

—Claro que puedes ir, eres mi invitada y con eso hasta. ¡Vamos! —Voltee hacia la izquierda encontrandome con un niño estallando en emoción.—¡Tienes que ir! —Sonreía con un gran entusiasmo haciéndome difícil el negarme.

—Se que no me queda de otra, no dejarás de insistir hasta que acepte —No me caería mal una nueva experiencia.

Al escuchar mi respuesta saltó sobre mi haciéndonos caer de la cama. Cayó debajo con mi cuerpo sobre el. ¿Según las películas que se hacía en estos casos?.

Nos mantuvimos mirándonos sin decir ni una sola palabra. Su mirada se deslizaba de mis ojos a mis labios hasta que comenzó a acortar nuestra cercanía. Sentía su aliento chocar contra mi mejilla. ¿A caso si se cumplía lo de las películas? ¡Alguien pellizqueme! Tenía los labios del hermoso niño de pecas a sólo unos milímetros de mi.

No fue necesario el pellizco ya que su teléfono comenzó a soñar haciéndonos salir del trance y volver a la realidad. Con movimientos tontos nos pusimos de pie tratando de ocultar lo apenados que estábamos.

—¿Bueno? —Contestó con voz ronca como si acabarás de despertar. —Si está bien linda, nos vemos ahí —Fue lo único que alcancé a escuchar ya que se retiró para hablar por teléfono.
Sabía bien con quien hablaba.

—Era ella —Contestó sin mostrar emoción.

—¿Tu novia? —Traté de sonar lo más relajada posible.

—Si —Tomó una de sus camisas para cambiarse poniéndome nerviosa volteando hacia otro lado mientras la cambiabas. —Saldremos a cenar.

—No suenas muy feliz de verla —Respondí intrigada ante tu respuesta.

—No es eso, la amo pero no tenía planes de salir hoy tenemos nuestro maratón de dramas tu y yo —Roció algo de loción sobre su cuello y muñecas .

—No te preocupes —Traté de sonar lo menos dolida posible pero falle en el intento.

—Tu eres mi amiga, ella es mi novia la amo —Sus palabras me dejaron con la boca abierta no creí que me contestaría de esa manera.

—Conozco mi lugar Felix —Me levanté de golpe buscando calmar mis sentimientos. —No es necesario decir cosas de más, repites que la amas tantas veces tratando de creertelo tu mismo —Recogía mis cosas para salir de tu casa.

—Y lo hago, la amo —Me miraba recargado sobre la ventana de su habitación.

—¿Estas seguro que lo haces —Rogaba por escuchar una respuesta diferente a lo que veía venir.

—Sí —Soltó sin preámbulos dándome agallas para salir de su espacio.

—Esta bien, que te diviertas con tu novia a la que "amas" —Hablé recalcando esa palabra. —Me llamas cuando estés disponible —No estaba enojada, estaba dolida al hacerme ilusiones.

—¿Estas enojada? —Su voz se escuchaba preocupada.—Si quieres ahorita le digo que puede ser otro día, pero no te enojes conmigo —Cambiaste hacía mi tomandome por los hombros obligándome a hacer contacto directo contigo.

—No te preocupes, no estoy enojada no veo el por que estaría enojada, tu y yo sólo somos amigos. Sal con ella —Las palabras quemaban conforme iban siendo expulsadas. Di un beso en su mejilla dispuesta a no mirarle, camine hasta mi casa mientras mi corazón se apretaba contra mi pecho.

Llegué hasta mi habitación silenciando mi llanto gracias a mis tontas ilusiones con el niño de las hermosas pecas.

Comenzarán a ir las cosas mejor, no me odien jaja esperen el próximo capítulo viene algo muy bueno

freckles ; lee felix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora