freckles ; lee felix

20.

Nunca recibí respuesta. Nunca volví a escuchar su voz directamente. Nunca volví a hablar con él. Ha pasado un año y me encuentro sola en la ciudad. Minho se fue a cumplir su sueño dejándome sola. Ahora él y Felix son parte de la misma agencia y están dentro de un programa de sobrevivencia ¿Quien lo diría?.

He seguido ese programa de supervivencia desde que me enteré de su estreno. Su primer canción es una de las mejores canciones que he escuchado y no lo digo únicamente por la relación que tengo con ellos si no por que en verdad lo creo.

En el capítulo de hoy es la segunda eliminación. Todos tratan duramente por conseguir un lugar. Felix se ha llevado comentarios fuertes por parte del CEO de la empresa. Después de su presentación llegaba el momento decisivo. La eliminación.

El escuchar su nombre mi boca cae hasta el suelo. Felix había sido eliminado. Sus lagrimas cayendo me tenían de rodillas llorando junto con el aún a la distancia. Su estremecer, su llanto me traían de vuelta al pasado. La manera en la que se aferraba a su amigo Changbin y la forma en la que Chan se sentía culpable por su salida me congelaron. ¿Aquí terminaba el camino a sus sueños?.

No podía creerlo, trabajó tan duro para que un dos por tres le negaran la oportunidad de debutar.
Quería consolarlo pero no podía hacerlo.

Días después me enteré que estaba de regreso en casa. ¿Se quedaría o seguiría luchando por sus sueños?.
Me pregunté cientos de veces si era conveniente ir a buscarlo, tenía miedo de ser rechazada nuevamente.

Salí a mi balcón a mirar la calle, me trajó el recuerdo de nuestro aniversario. Aquel día cuando Felix subió por mi ventana y comenzó todo el desastre.

Me quedé mirando un punto fijo. Para ser exactos su ventana. Las cortinas se movieron siendo recorridas. Detrás de ellas apareció Felix. Se quedó petrificado al verme parada. Nos mirábamos de lejos, ninguno de los dos hacia algún movimiento. Lo miraba de arriba a abajo memorizando cada centímetro de él para la próxima vez que fuera a extrañarlo. Había cambiado demasiado, de aquel chico que conocí solo quedaban sus hermosas pecas.

Quería llorar y gritar de emoción y tristeza. Eran dos sentimientos encontrados al verle después de tanto tiempo. Después de unos minutos su cortina volvió a ser recorrida.

¿Había todo había sido un sueño? o ¿Mi imaginación comenzaba a jugar conmigo?. El realmente estaba frente a mi.

Durante los dos próximos días no había señales de vida en su domicilio. Al tercer día me decidí en ir a buscarlo a pesar de todo.
Al pisar el césped de su casa me encontré con su mamá a punto de cerrar la puerta.

—Linda justamente iba a entregarte algo —Se acercó a paso veloz. —Encontré esto la mesita de Felix —Me tendió un sobre con mi nombre escrito en la parte trasera.

—¿Está segura que es para mi? —Miré incrédula.

—Claro, le pregunté antes de venir a entregártela —Mi corazón comenzó a latir mil veces por minuto. Habían hablado de mi. —Me pidió que te la diera.

—Muchas gracias —Le sonreí desde el corazón. Observaba y tocaba el sobre infinidad de veces se sentía como una carta y algo más.

—No hay de que. Espero que pronto vengas a comer con nosotros —Sonrió como todas aquellas veces que me aceptó en su casa. A pesar de todo era una mujer muy amable y encantadora.

—Con gusto. El día que usted me invite ahí estaré.

—¿Qué te parece hoy por la noche? —Me miró. –Felix tiene una noticia que darnos —Acaricio mi mejilla en un gesto de cariño.