Hacia exactamente cuatro meses que perdí a mi madre. Lastimosamente fue atropellada cruzando la calle y no hubo nada que hacer, murió en el acto. Un dolor por perderla que sufriré toda la vida, la amaba como a nadie.
Y ahora solo somos Mila y yo contra el mundo.
Mi madre nunca supo tomar buenas decisiones en cuanto a sus relaciones sentimentales se refería, el primero fue mi padre y quien huyo una vez la supo embarazada de mí, lo que significa que no le he visto ni la espalda a ese desgraciado. Varios años después conoció al padre de Mila, este también decidió salir huyendo como un cobarde igual que el primero: solo fueron donadores de espermas. Lo dicho, mamá no tenía tan buena suerte con los hombre.
En cuando a mí, después de la muerte de mamá y que nos quedaríamos completamente solas, había tenido que abandonar la universidad cuando lo poco que mi madre tenía ahorrado tuvo que ser utilizado para su funeral y tampoco era demasiado, pues casi todo se lo gastaba en mis estudios porque decía que quería que cumpliera mi sueño de ser algún día una gran profesional, lo que ella nunca pudo ser y se esforzaba teniendo dos trabajos para que a Mila y a mí nunca nos faltara nada mientras ella se mataba como una burra, era la mejor mamá del mundo y la amábamos.
Lamentablemente debí dejar de estudiar. Tuve que abandonar mi carrera de Comunicación Social a causa de que tenía una despensa que llenar, una pequeña que alimentar, además del pago de la renta, y para ello necesitaba trabajar.
Así fue que conseguí un empleo en un lugar de comida rápida como mesera y me iba bien, sobre todo las propinas que me daban los clientes eran mejores que el sueldo miserable que recibía del dueño y que me obligué a aceptar a falta de algo mejor. Sin embargo, un mes atrás fui despedida cuando le tuve que dar una patada en las bolas a mi jefe gordo y mal oliente para defenderme. El muy cobarde quiso aprovecharse de mí y no me dejé, no soy una puta ni vendo mi cuerpo por dinero. Me echó.
Y tardé un mes antes de que pudiera volver a encontrar un nuevo trabajo, está vez como sirvienta en una casa de riquillos. Hace días atrás vi el anuncio en el diario donde solicitaban una chica del servicio en una mansión tan grande que fácil puede ser comparada con un castillo, y no lo pensé dos veces y me aventuré a ir a la entrevista, pidiéndole a mamá que desde el cielo ayudara a sus hijas para que no siguieran muriéndose de hambre a falta de dinero. Lo hizo, lo que significa me quedé con el trabajo. Claro, no puedo cantar victoria todavía, la señora que me entrevistó tras mis ruegos de que necesitaba un trabajo urgente porque me estaba muriendo de hambre junto a mi hermanita, además de que el casero estaba a punto de echarme de la casa en la que vivía por tener dos meses de retraso en la renta, me dijo que me daría un mes de prueba y que si no hacia bien las cosas me despediría sin consideraciones, lo que significa que debo hacer todo bien para no quedarme en esta casa y no ir a la calle, sin hogar y sin comida.
A partir del día siguiente que será mi primer día de trabajo aquí, trabajaré de ocho de la mañana a ocho de la noche, también se me permitirá vivir prácticamente en esta casa, lo que significa no pago de renta. Los únicos días que no trabajaré serán los domingos, serán mis días libres y está bien para mí. Y el sueldo, no está nada mal. Con suerte puedo juntar dinero suficiente para más tarde volver a retomar mis estudios universitarios, pues no quiero fallarle a mamá. Quiero que aun en el cielo se sienta orgullosa de su hija mayor.
«Haré todo para que te sientas orgullosa de mí, mamá»
En este momento, después de haber llegado hace una hora, me encuentro en la habitación que ocuparé. No es muy grande pero se siente acogedora. Tiene baño incluido y se puede apreciar dos camas en el centro, habitación que solo compartiré con mi hermana y está bien para mí, no podría tener mejor compañía en la vida.

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Siénteme ( COMPLETA)
RomanceElla, era la luz, él, oscuridad. Solo me habían puesto una sola regla: no debes entrar ahí. ¿La cumplí? Decir que sí, claramente sería mentir, así que no, no cumplí aquella regla y entre alli, donde lo único que pude percibir de aquel hombre sumido...