Capítulo 29

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***Oliver***

Sonreí al mismo tiempo y me acerqué de nuevo a ella. Su sonrisa me parecía dulce siempre. No podía resistirme a ella. En varias ocasiones se me acercó de nuevo con intenciones poco inocentes. Pero se dejaba guiar por mi juicio y al cabo de un rato desistía.

Estuve con ella en la piscina hasta que le llegó la hora de que se fuese a currar.

- No tienes por qué irte ahora...-me dijo en su cuarto- yo me voy a la ducha pero... mientras puedes cotillear por mi habitación

Se fue escopetada hasta el baño dejándome allí. Eché un vistazo detenido a varias fotos. En muchas de ellas salía con John, en la mayoría a decir verdad. En otras cuantas estaba con las dos chicas que ya conocía un poco: Claire y Ann. Y en otras tantas salía ella con más chicos, todo chicos... no conocía a ninguno aparte de a John. No había rastro de sus padres en ninguna de las fotografías.

Dirigí mi mirada después al escritorio, bastante más ordenado que la última vez que estuve allí. Sobre la mesa estaba el libro de historia y un gran montón de papeles que parecían de estudio.

Al cabo de un par de minutos ella volvió, completamente vestida, y con el pelo empapado.

- ¿Ya?- pregunté

- No, todavía me tengo que pintar un poco...- me respondió

Se acercó al tocador y cogió una caja de sombras de ojos. Las aplicó con agilidad sobre el párpado superior y después delineó una fina raya, con gran habilidad. Se aplicó un poco de colorete sobre las mejillas y me sonrió con dulzura.

Su mirada había quedado remarcada hasta el extremo, parecía más mayor y estaba demasiado guapa. Era increíble lo que unas pinturas podían conseguir.

- Me encanta- sonreí.

- Pues nada, vámonos.

Ella cogió su móvil y se levantó. Ambos fuimos hasta el bar andando y me despedí de ella en la puerta trasera.

- ¿No vas a venir más tarde?

- No... este sitio a mi hermano le encanta. Pero para mi gusto hay demasiado ruido y poca intimidad. Y ya no hablemos del espacio vital

***Dawn***

Él llevaba razón pero aun así intenté convencerle.

- Por favor...-pedí

- No va a colar- sonrió

Decidí apelar a su lado de hombre protegiendo a su chica.

- ¿Tú sabes la cantidad de hombres que me acechan ahí dentro?

- Ya se encarga Isaac de vigilarte.

- Los fines de semana le veo más a él que a ti-acusé

- Así me pillas entre semana con más ganas.

Se agachó y acalló mi nueva réplica con un beso. Cuando se separó de mí le miré enfadada.

- Hasta mañana, Dawn-se despidió

Oliver se resistía increíblemente bien a mis peticiones y a mis gestos. No estaba acostumbrada a aquello, siempre conseguía lo que quería de los hombres y aquella sensación era extraña para mí. Entré al local resignada aunque en medio del creciente jaleo no tardé en olvidarme de Oliver y su resistencia.

Echaba un vistazo a cada rato, pendiente de ver a Isaac con sus amigotes. Aunque no apareció hasta bien entrada la noche.

***Isaac***

Dulce ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora