8. Euménides.

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Viajamos por un par de horas más.

-Primer parada! -dijo el chófer, calculaba que llevábamos alrededor de 4 horas. 

Nos bajamos del autobús, Katherine fue directo a los servicios sanitarios, mientras yo compraba algo de comida.

Vi a Katherine salir de los sanitarios, unas monjas la retuvieron por unos segundos, ella sonrió y caminó hacia mi. Miré de nuevo a las monjas había algo raro en ellas.

-Vamos al autobús? -preguntó ella.

-Si, claro. -dije observando a las monjas. -¿Conoces a esas monjas?

Ella las miró de nuevo y negó con la cabeza.

-No, ellas me preguntaron sobre algún hotel cercano, les dije que no conocía ninguno. Ellas comprendieron y agradecieron.

-¿Dijeron de donde venían? ¿Cuál es su congregación? O su nombre?

Katherine medito por unos segundos y luego dijo:

-Una de ellas se presentó como la hermana Euménides.

Cerré mis ojos por la preocupación, ahora comprendía lo que había visto raro en las monjas, sus ojos vacíos, completamente negros. Tomé a Katherine de la mano y caminé aprisa alejándome del autobús.

-Hey! Oye! ¿A dónde vamos?

-¿Sabes lo que son las Euménides? -pregunté algo preocupado.

-Si, es UNA monja! ¿Qué acaso no prestas atención?

Mira hacía atrás y ya no vi a las monjas.

-Diablos! Las Euménides, también conocidas como Erinias! Son seres de venganza, castigan a cualquier criminal vivo.

Ella meditó por unos segundos y luego dijo:

-Furias?

-Ese es su nombre romano, pero si, Furias. -dije preocupado.

-Y por qué nos siguen? No hemos cometido ningún crimen o si? Oh por Dios! Maté a a uno de tus hermanos y por eso nos siguen!? Oh por Dios! Oh por Dios! -dijo ella casi hiperventilando.

-Me siguen a mi! Golpee a mis hermanos eso es un crimen contra la familia, lo cual ella también castigan.

Caminamos por un tiempo hasta ocultarnos, sabía que nuestro escondite no duraría por siempre, la noche caería pronto y con ella aparecerían las eumenides.

-¿Qué hacemos aquí específicamente? -preguntó Katherine cuando la noche llego.

-Escondernos, ver por cuánto tiempo podemos ocultarnos de ellas.

La noche cayó por completo, aún no había señales de las furias, agradecía a Zeus por ello. Era casi media noche cuando creí que era prudente movernos, Katherine se había dormido, la moví un poco para que despertara, esta se quejo.

-Katherine. -dije en un susurro. -Katherine, despierta.

-Deja de molestar, Will... Despertaré cuando quiera.

Sentí como si un vaso de agua me hubiese caído encima. Cerré los ojos y deje de ser cortes.

-Katherine, despierta, es hora de irnos. -dije de una manera brusca.

Ella se despertó sobresaltada.

-¿Qué ocurre? -dijo ella somnolienta.

-Debemos irnos, hay que aprovechar que las furias no aparecen...

Ella se estiró un poco y comenzó a caminar, justo cuando creí que estábamos salvados... Escuché un aullido, de esos que hielan la piel. Luego escuché a Katherine gritar, me voltee y vi una escena, algo desagradable.

Katherine estaba en manos de una de las furias, y aunque sé que estas no son seres hermosos a la vista, mi impresión fue bastante, ver un ser con cabeza de perro, alas de vampiro, y en lugar de cabello, serpientes...

-Te has buscado esto, semidiós, serás castigado. -dijo una de ellas.
-Debes pagar tu deuda. -dijo otra.

Mi piel estaba erizada, sabía lo que ellas querían decir.

-No, por favor, no! -dije algo desesperado.

-Sabes que es la única forma! -dijo la furia que faltaba.

-Puedo cumplir las tareas! Aún tengo tiempo! -dije gritando un poco. 

Ellas me observaron por unos segundos, luego se miraron entre ellas, posiblemente decidiendo si era posible que completara las tareas en el tiempo que me faltaba. Luego de unos segundos ee silencio y estrés ellas soltaron a Katherine, ella corrió hacia mi asustada y casi llorando. Las furias alzaron vuelo dejándonos solos.

Katherine estaba llorando, ella no comprendía que era lo que sucedía. Yo al contrario trague grueso al comprender lo que acaba de hacer, había decidido no realizar las tareas por un motivo... Miré a Katherine algo preocupado, ella era mi responsabilidad, ahora más que nunca.

Katherine respiro profundo  varias veces para tratar de calmarse, cuando lo consiguió preguntó:

-De qué demonios estaban hablando!? Creí que no ibas a realizar las tareas! -dijo ella alterada.

-Si, yo también. Pero creo que mi padre y las furias opinan diferente.

-Y por qué opinan diferente!? A qué te refieres!? Respóndeme!!!

La miré por unos segundos, pensando como decirle lo que estaba ocurriendo, como decirle la verdad, ¿Cómo podría yo, explicarle todo eso?

-Es... Complicado. Eso es todo lo que puedo decirte.

-Eso no es de gran ayuda! Se supone que estamos juntos en esto! -dijo ella gritando molesta.

-No, no es así. Tu y yo no estamos juntos en esto! Sólo te traje para que mis hermanos no te hagan daño! -mentí.

Ella me dio una mirada molesta y algo herida. Me sentía culpable, muy culpable, todo lo que le ocurriera de ahora en adelante era culpa mía. 

-Así que... Iremos a Roma, pasaré las pruebas y luego podrás regresar a tu vida! Te podrás casar y listo. Luego fingiremos que nada de esto sucedió.  -dije bruscamente.

La vi al borde de las lagrimas, me sentía realmente mal por hablarle así, ella se recupero rápidamente y dijo: 

-Y según tu, ¿Como iremos a Italia? Por mar? 

-Claro que no! No pienso ser devorado! Escila o Caribdis podrían atacarnos, eso siendo positivos! Podríamos caer en la isla de Circe, o ser atacados por Polifemo, ninguna es buena opción. 

Ella me dio una mirada confusa, para luego añadir:

-¿¡Qué diablos te fumaste!?

-Son reales! -dije herido. -Muy reales! Ademas, también están las sirenas, ellas también nos pueden atacar!

Katherine me dio una mirada entre confundida y molesta, para que al final pusiera los ojos en blanco y añadiera: 

-Eres un idiota! -dijo ella. 

La Maldición De AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora