17. Oh! Maldición!

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza. Había tomado mucho llevé mi vista a una mano en el pecho y luego mi vista a mi costado.

-Oh! Maldición! -susurre.

-No puede ser! -dijo ella abriendo sus ojos. -Mi cabeza! Me duele mucho!

-¿Qué haces aquí? -Le dije poniéndome en pie.

-No, tu dime... Yo sólo quería tomar un par de tragos. -dijo ella algo alterada.

-Bien... Creo que los dos estamos de acuerdo en eso.

Salí de la cama cubriéndome con una sábana, tomé algo de ropa rápidamente y entré al baño, para cambiarme. Al salir Allison estaba en ropa interior, mirando por la ventana, su piel era de porcelana.

Ella miró hacia donde yo estaba y se sobresalto un poco.

-Lo siento. -dije quitando mi mirada de su cuerpo.

-No, esta bien. Quiero decir... Esta bien que entrarás.. Digo... Es tu habitación... Y yo debí de ponerme mi ropa desde hace tiempo.

Asenti algo confundido.

-Lo siento por eso. -dijo Allison. -Estoy tan avergonzada, nunca me había sucedido algo similar, lo siento, en serio, lo siento.

-Esta bien, tranquilizate, no hay ningún problema. -dije sonriendo para intentar tranquilizarla.

-Quiero que sepas que ayer... Mi intención era únicamente distraerte, o sea que te divirtieras... Nunca fue mi intención que esto sucediera. Creo que fue culpa del alcohol.

-Esta bien, lo entiendo, realmente lo entiendo. Ambos estamos de acuerdo en que fue culpa del alcohol. Eso es todo.

Ella sonrió algo apenada, ella tomó su ropa y corrió al baño.

Yo caminé a la cocina y preparé algo de café uno bien fuerte. Allison salió de la habitación, seguía avergonzada, sus mejillas estaban rojas.

-¿Quieres un café?

Justo cuando ella estaba por responder, la puerta de mi apartamento se abrió era mi madre, era domingo ella y yo solemos desayunar juntos los domingos. 

-Oh! -dijo mi madre al ver a Allison.

Allison abrió los ojos como platos, observe sus mejillas ponerse aún más rojas. 

-Señora Smith. -dijo Allison a modo de saludo.

-Hola... -mi madre hizo silencio. 

-Allison Miller- dijo esta estirando la mano hacia mi madre.

-Graciela Smith. -dijo mi madre respondiendo el saludo. 

Ambas se miraron algo incomodas, mi madre llevo su vista a mi y dijo:

-Nate, corazón, unas palabras?

-Claro, mamá. -dije caminando tras ella. 

Entre a la habitación y cerré la puerta.

-No sabia que habías olvidado a Katherine.

-No lo he hecho. -dije entre dientes.

-Pues eso parece. -dijo mi madre.

-Salimos por unos tragos, estábamos ebrios... y... y una cosa llego a la otra. dije con algo de vergüenza.

-Quieres decir que tuvieron sexo. -dijo mi madre.

-Mamá! -dije sorprendido y riendo un poco.

Ella rio mientras salia de la habitacion. 

-¿Quieres algo para desayunar, Allison? - era mi madre.

-No, gracias. Yo sólo estaba esperando que ustedes salieran para despedirme.

-Ni siquiera lo pienses! Quédate a desayunar, insisto.

Noté a Allison algo incómoda, pero mi madre la tomó del brazo y la llevó a la cocina. Sonreí y reí un poco, mientras iba tras ellas.

-... Dime Allison, cariño. ¿Qué prefieres, té, café o un batido?

Allison estaba nerviosa, podía verlo a leguas.

-Un poco de café bien fuerte servirá, madre. -dije entrando a la cocina.

Allison respiró algo aliviada al verme entrar.

-Claro que será un café fuerte, deben tener una buena resaca.

-¡Mamá!

-Acaso dije una mentira, cariño?

-No, pero tampoco hace falta que lo publiques.

-No seas dramático, Nate.

Mi madre siguió cocinando, yo le ayudaba y Allison permaneció en silencio por un largo tiempo.

-¿A qué te dedicas, nena?

-Soy contadora. -dijo ella.

-Vaya! Por un segundo pensé que ibas a decir que eras modelo, con la belleza que tienes gracias a tu madre, era lo más predecible.

Allison abrió los ojos algo sorprendida.

-Ay cariño, no te asustes! Tienes esa aura rosa a tu alrededor, todo hijo de Afrodita lo tiene... Eso y la paloma blanca** que esta fuera desde que llegue.

Allison y yo miramos por la ventana y notamos que realmente había una paloma blanca viendo hacia adentro.

Ambos abrimos la boca un par de veces para decir algo pero simplemente estábamos en blanco. ¿Cómo era posible que mi madre hubiese notado esas cosas?

-Cierren la boca, se les va a meter una mosca.**

Era sin lugar a dudas el desayuno más entretenido, diferente y divertido que había tenido en mucho tiempo. Al terminar Allison ayudó lavando todo lo que habíamos ensuciado durante el desayuno, luego se despidió y se fue.

-Es simpática. -dijo mi madre.

-Si. -dije mientras leía el periódico.

-Y muy linda. - añadió.

-Si, lo es. -dije.

-Deberías de invitarla a salir de nuevo. -terminó mi madre.

Sonreí un poco, aunque mi madre tenía razón, debía invitarla a salir de nuevo. Quizá era momento de darle una nueva oportunidad al amor, y que mejor manera de hacerlo que con una hija de Afrodita.

**En algunas ocasiones a Afrodita la simbolizan con una paloma blanca.

**Referencia al dicho: "En boca cerrada no entran moscas".

La Maldición De AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora