14. Will.

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Tuve que darle muchas explicaciones a la policía local, al final les dije que "mi novio" y yo estábamos de paseo y unos estafadores nos robaron todo, que mi novio intento defendernos pero ellos lo hirieron. 

Sabia que ninguno de ellos lo había creído, pero no habían pruebas de lo contrario. Atendieron a Nathan y logre comunicarme con Will, él no comprendía que hacia en Roma, y mucho menos en un hospital, me había quedado todo el día, noche y madrugada cuidando el sueño de Nathan, tomaba su manos cada que lo veía moverse, esperando que abriera los ojos. 

Luego de unas doce horas, Will apareció en la puerta de la habitación de Nathan camine hacia él lo único que necesitaba era un abrazo. 

-¿Quien demonios es él? -dijo Will una vez fuera de la habitación. 

-Es un amigo- mentí- Tu no lo conocías, es de mi infancia. 

Will volvió a fijarse frunciendo su seño, y luego añadió: 

-¿Que fue lo que les ocurrió? 

Me quede pensativa unos segundos y preferí darle una versión distinta de todo.  Le dije que unos drogadictos nos habían atacado y secuestrado para vender nuestros órganos, luego nos habían traído a Roma, aquí Nathan y yo intentamos escapar y lo conseguimos pero uno de los tipos había herido gravemente a Nathan. 

Sabia que Will creería cualquier cosa, era fácil de engañar para ser un policía.

-Bien... en cuanto despierte tu amigo regresamos a casa... Y... no quiero que te vuelvas a ver con él, mira todo lo que sucedió. 

-Claro.- dije con una pequeña sonrisa forzada. 

Nathan. 

Desperté luego de lo que a mi parecer fueron días, mire a mi alrededor y observe una pequeña manguera con sangre saliendo de mi brazo, la seguí hasta llegar a una bolsa, tenia una especia de prensa en uno de mis dedos y mi pecho dolía, moví mi camisa levemente y vi una venda sobre mi pectoral izquierdo, imágenes de lo que había sucedido regresaban a mi mente, tenia mi mortalidad y había estado cerca de perderla, luego recordé a Katherine, intente moverme pero me queje y todas las cosas a mi alrededor estorbaban. 

Quite la prensa de mi dedo y luego la manguera, comencé a caminar para buscar a Katherine, en ese momento llegaron varias mujeres vestidas de blanco estaba preparado para pelear, justo cuando estaba por atacar a una la vi... Ahí estaba ella, la mujer más hermosa que había visto y conocido.

-Katherine. -dije suavemente. 

Camine hacia ella, pero me quede estático al ver quien estaba junto a ella era Alexander, o bien William. 

-Vaya... Ya estas mejor, amigo. -dijo Will.

-Si. -dije.

-Deberías recostarte Nathan, tu herida puede abrirse, debes descansar.- Era Katherine, sus ojos estaban algo hinchados. 

-Si. -volví  a decir mientras veía a Katherine. 

Me volví a recostar en la cama, mientras que una de las mujeres de blanco volvía colocar todo, me quede estático mientras lo hacían, seguía observando a Katherine. Las enfermeras salieron y escuche a Kat decirle a Will que quería hablar conmigo a solas, él asintió y salio.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, luego ella dijo: 

-Regresare a Nueva York, haré lo que dijimos antes de separarnos. Seguiré con mi vida, eso incluye  a Will, pero no a ti. 

Ella estaba con la mirada en el suelo. 

-No lo entiendo... Sigues prefiriéndolo a él antes que a mi?

Ella asintió levemente y añadió con voz suave:

-Si. 

-Estas completamente segura de esto? 

-Si. -volvió a decir alzando su vista a mi finalmente. -Espero que nuestros caminos nunca se vuelvan a cruzar. 

La observe por unos segundos mientras ella se apartaba de la camilla. Cuando estaba por replicar llego Will.

-Es hora de irnos, cariño. -dijo. 

-Bien.- dijo Katherine sonriendo. 

-Hey, oye, amigo, necesitas ayuda en algo más? -era Will.

Estaba molesto, seguía observando a Katherine quien se había ido acercando a él.

-No. Para nada, estaré bien. Gracias. -dije viéndolo. 

-Bien... -lo vi dudar un momento y luego se devolvió.- Quería agradecerte por salvar a Katherine, sé que son amigos desde la infancia, realmente lo agradezco. 

Así que eso le había dicho, pensé.

-Claro, Kat y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. -dije sonriendo. 

Katherine me vio, note como trago grueso y salió de la habitación. Los días pasaron y pude salir del hospital, luego de pagar los gastos, regrese a casa, se sentía vacía, todo a mi alrededor se sentía extraño. 

Poco a poco fui acomodando mi apartamento, botando todos los papeles y cosas inservibles, regrese a mi trabajo como entrenador físico, mi vida se había convertido en una rutina, despertaba, desayunaba, me iba a trabajar, y regresaba casa. Una vez a la semana lavaba mi ropa y una vez al mes compraba comida. 

No había vuelto a saber nada de Katherine, mis hermanos o padre. En cierto modo me sentía feliz, pero había un vació que nada llenaba. Un día mientras acomodaba mi ropa escuche un ruido en la cocina, tomé una daga que escondía y camine hacia allá.

-Vaya... llevaba años de no ver este lugar tan aseado. -Era mi padre.

-Que diablos haces aquí? -le dije de mala gana. 

-También me alegro de verte, hijo. -dijo Ares con diversión. 

Le di una mirada de odio y él sonrió. 

-Sólo pasaba a verte, saludarte... Ya sabes, cosas típicas de padre e hijo.

-¿Que quieres? -repetí. 

-Quería saber si estabas disfrutando tu mortalidad... aunque no estoy seguro, veo que tus ataques de ira han disminuido, y no usas cosas que se pueda quebrar... Quizá tus ataques de ira aumentaron. Me pregunto? Se fueron o regresaron?. -Él me dio una mirada de diversión.

-Largo! -dije. 

Vi a mi padre desaparecer para no volver. Las semanas pasaron y fui a comprar mi comida, un día mientras venia con mis compras observe a una mujer hermosa junto a la puerta de mi apartamento, la conocía, rubia de ojos claros. Aunque no entendía que hacia ella, termine de acercarme y en lugar de decir hola lo que salio de mi boca fue:

-Madre? 

La Maldición De AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora