13. Chris

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Nathan.

Me desperté luego de un tiempo, me sentía fatal, todo mi cuerpo dolía, en especial mi rostro después de la paliza que mi padre me había dado. Escuchaba sonidos de batalla, abrí los ojos un poco y note el sol saliendo, así que no había muerto, pensé. Gire mi rostro hacia los sonidos de batalla y vi una melena roja luchando contra Ares, quite mi mirada y cerré los ojos, luego caí en cuenta de lo que acababa de ver y volví a verlos, observe a Katherine empuñando una espada y luchando contra Ares maravillosamente. 

Empece a moverme lentamente, hasta lograr estar sentado, tome la lanza de mi padre y la utilice para incorporarme, respire profundo mientras conseguía enfocar mi vista, lo cual logre rápidamente al ver a Chris apuntando con su arco y flechas hacia Katherine, corrí hacia allí y detuve la flecha de mi hermano en el aire.

-¿Qué demonios? -dijo él al verme en pie.

-Theo? -dijo mi padre con sorpresa.

-Nathan! -dijo Katherine al voltearse.

Ella me observo por unos segundos con sus grandes ojos verdes y luego se lanzo hacia mi, besándome. Era sin lugar a dudas el mejor beso que había recibido en mucho tiempo. Era como si el tiempo se hubiese detenido y solo existiéramos nosotros. Al separarnos la observe a sus hermosos ojos y comprendí que ella era y seria la mujer predestinada para mi.

Ambos nos observamos y asentimos, sabíamos que debíamos terminar con mi padre y mis hermanos, así que cambiamos de lugares, ella luchaba contra Chris y yo contra Ares. 

-Deberías de estar muerto! -dijo mi padre.

-Yo también me alegro de verte, papá.

Empezó la lucha entre nosotros de nuevo.

-Cuando piensas morir, Theo. -dijo mi padre molesto.

-No lo sé... Cuando piensas devolverme mi mortalidad... -dije en son de broma.

Seguimos luchando por un tiempo, daba un golpe, tras otro, tras otro, seguí atacandolo, no le daba descanso, luego de un tiempo logré hacer que la espada de mi padre saliera "volando", lleve la lanza al cuello de Ares en forma amenazante, todos a nuestro alrededor se quedaron en silencio.

Escuché armas caer, eran mis hermanos se daban por vencidos.

-Te vencí -le dije a mi padre- es momento de que recupere mi mortalidad.

Mi padre se quedo anonadado, nunca había perdido una batalla.

-Pero... -empezó a decir.

-Sin peros... Padre. Mi mortalidad! La quiero de regreso. Ahora!

Ares me observó por unos segundos, cerró sus ojos y sentí como si algo se fuera de mi, él me miró y dijo:

-Listo... Tu mortalidad fue restaurada.

Era estúpido que recuperara mi mortalidad de una forma tan sencilla, pero aún así me sentía diferente, era como si un peso se hubiese quitado de mi espalda.

Gire sobre mis talones y observe a Katherine, ella irradiaba felicidad , ella corrió y salto hacia mi, la tome en mis brazos y la bese por un largo tiempo, nos separamos y la miré, era ella y estaba feliz de tenerla conmigo.

Al separarnos me voltee para que nos fuéramos, escuche un sonido de algo filoso, luego a mi hermano Chris abalanzarse sobre mi, sentí un dolor muy fuerte en mi pecho, comprendí demasiado tarde lo que había sucedido. 

Katherine. 

Luego de separarnos Nathan y yo empezamos a caminar, vi al hermano de Nathan venir hacia nosotros traía algo en su mano, entendí tarde lo que estaba sucediendo, Nathan cayo al suelo con un cuchillo clavado en su pecho, Chris lo observo por unos segundos, se agacho y se acerco a su hermano y le dijo: 

-He esperado más de veinte años, para hacer esto... y no sabes lo placentero que es... 

Chris dijo hundiendo más el cuchillo, grite por la impresión mientras las lagrimas salían sin poder evitarlo, observe como la sangre empezaba a salir por la boca de Nathan, Chris se acerco a mi, me tomo del cuello intentando asfixiarme, luche para que me quitara las manos de encima pero... era inútil Chris tenia demasiada fuerza.

-Es increible todo lo que ha soportado el idiota de Theo por un rostro bonito. 

No podía hablar y mi vista estaba empezando a fallar, sentía que Chris iba a romper mi cuello en cualquier momento, intente quitar las manos de este de nuevo, pero era obvio que seguía sin poder.

Cuando mi vista fallo más y pensé que mi fin estaba aún mas cerca, sentí los dedos de Chris aflojar hasta soltarme. 

Caí de rodillas intentando recuperar la respiración, alce mi vista y observe a una mujer pelirroja de ojos claros, era mi madre, era Atenea. 

-Por Zeus! Esto era lo que faltaba! Ares!- Dijo mi madre molesta. 

Alce mi vista a ella, la observe un tanto sorprendida, mientras ella caminaba molesta hacia Ares. Me quede estática por unos segundos y luego corrí hacia Nathan, intente tomar su pulso pero no lo encontraba puse mi oreja sobre su pecho y al fin lo encontré era débil, pero seguía ahí. 

-Tu hijo intento asesinar a mi hija, Ares!! Te lo he pedido a lo largo de los siglos! Deja a mis hijos fuera de tus locuras! -era mi madre la podía escuchar gritarle a Ares. 

Las lagrimas seguían bajando por mi rostro, no sabia que hacer había dejado mi celular en algún lugar, escuchaba a los dioses griegos gritarse, mientras mi pánico de perder a Nathan iban creciendo. 

Mire la sangre que teñía la camisa de este en rojo, los dioses seguían gritando y yo seguía sin saber que hacer.

-YA BASTA!! -dije al borde de la locura. -CÁLLENSE LOS DOS! Necesito una ambulancia. 

Para mi sorpresa ambos hicieron silencio y me observaron algo sorprendidos.

-Mi hijo esta obteniendo lo que merece, déjalo así! Déjalo que muera! -era Ares el odio irradiaba de él. 

Mi madre le dio una mirada de odio a Ares y camino hacia mi, se agacho junto a mi, tomo mi rostro en sus manos y dijo:

-Mi dulce Katherine... Tu y yo sabemos que puedes hallar una solución, sé que puedes. 

Me queda atónita por unos segundos y luego corrí hacia la calle pidiendo ayuda. Varias personas se acercaron a mi e intentaron ayudarme, mi ropa estaba manchada de sangre, estaba despeinada y sucia, aún así muchas personas me ayudaron.

La Maldición De AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora