Capítulo 18 - venganza

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Capítulo 18

NARRA SOPHIE

La venganza es dulce... Oh, si que lo es.

Y la mía sería la más dulce.

Camino al salón de ensayos, pare en una tienda para comprar una botella de agua.

Nada podía salir mal.

Cuando llegue, el aún no estaba ahí. Incumplido. Así que, deje el agua en el suelo y empece a preparar las líneas de seducción que le diría.

Me pare frente al espejo y empecé -Alan, eres irresistible para mi. Tengamos una noche ardiente.

Dios, eso había sonado como de telenovela.

Otro intento- no quiero que solo seas mi entrenador. Se mi amante.

No se qué sucedía conmigo, es decir, ¿no puedo lograr sacar de mi boca una frase seductora, común y corriente?.

Gruñí de frustración y aventé mi saco, para luego patearlo.

Pero no me di cuenta que el estaba entrando puerta.

-no deberías desquitarte con tu ropa.

-lo siento, no sabía que estabas ahí.

-aún así, tu ropa no merece ese trato.

-no me digas que ahora a parte de ser entrenador, te has unido a la organización protectora de derechos textiles.

El río seductoramente y se empezó a mover como un leopardo. Un leopardo que se dirigía a mi.

-debes estar muy estresada, como para crear una organización fantasma.

Ese comentario me puso aún más nerviosa, pero me causo cierta gracia.

-podría hacerte un masaje para que te relajes un poco...

Coloco sus manos sobre mis hombros, y por un segundo me sentí la mujer más vulnerable del planeta.

Pero no podía dejarme llevar por sus fantásticos movimientos en mi piel. Tenía que aprovechar aquel momento para realizar mi venganza.

Gire mi cuerpo para quedar cara a cara, o mejor dicho cara a pecho.

El siguió con sus masajes, aunque yo fui más hábil y se lo impedí

cuando enrede mis brazos en su cuello.

Nos miramos por un momento y luego lo bese.

El beso cada vez se hacía más candente y yo iba dirigiéndolo hacia donde tenía el agua.

Nos quitamos nuestras camisas al mismo tiempo y después yo muy sensualmente me deshice de su pantalón.

Nos fuimos recostando en el suelo . Yo tenía el dominio y estaba sobre el besando todo su torso. No puedo negar que estaba disfrutando mi venganza.

Todo estaba bien hasta el momento en que le dio por hablar.

-lo siento mucho, Sophie, pero no te puedo hacer este daño.

-¿de que hablas?

-esto se quedara como algo de una noche y yo no te quiero hacer eso, mereces cosas mejores.

Me pare indignada, busque mi camisa y lo mire a los ojos.

-¿que crees? ¿Qué te estaba buscando para que nos casáramos, tuviéramos tres hijos, una casa de dos pisos y viviéramos felices y comiéramos perdices?- suspire frustrada- ¡claro que no, imbécil! Tengo dieciocho años, solo quería una noche ardiente, con mi ardiente entrenador.

-entonces ¿tenías todo planeado?

-¡no!, iba a mostrarte unos pasos, pero todo se dio cuando tus asquerosas manos tocaron mi piel.

El se coloco de pie y note que su amiguito estaba muy feliz.

-es mejor que pidas cambio de entrenador.

Se coloco su camisa y se largó.

Imbécil.

Lo odiaba.

Arruino mi venganza y me dejo a mi como la niña calentona.

Conduje a una velocidad no muy permitida y con el volumen de mi música a punto de estallar las ventanas de mi auto.

Al llegar a parlamento noté todo muy oscuro y callado. Pensé que posiblemente mis amigas habrían salido a arreglar sus problemas, luego vi las luces de ambos cuartos encendidas y con las puertas cerradas.

Toque en el cuarto de Camile, me urgía contarle lo que había pasado.

Ella me abrió y sonrió creyendo que yo le traía buenas noticias.

-entonces... ¿El se fue?- estallo en risas.

-si. Y me sugirió que pidiera cambio de entrenador.

-¡boba! ¿Es que no entiendes?

-¿entender que?

Camile suspiro resignada.

-el también tenía el propósito de vengarse contigo por haberlo dejado caliente, haciéndote lo mismo, para que fueras tu quien lo sintiera. Además dijo lo del cambio, para ver que tanto te había afectado.

Ella me miro como si fuera el hecho más lógico del mundo.

Ahora todo lo notaba más claro.

El muy desgraciado, solo quería jugar conmigo como yo también tenía pensado jugar con el. Al parecer estamos hechos del mundo barro.

Si mi entrenador quería venganza. Venganza tendría.

No pediría ningún cambio, seguirá con el, solo que ahora lo haría surgir cada vez que nos encontráramos.

Se arrepentiría.

Mientras tanto, ese día tenía que desahogarme, aunque no debía.

-¿hola? ¿Sophie?.

-hola, Colton. Te llamaba para ver si querías salir un rato está noche.

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Hola! Ya pueden asesinarme.

Se que son pocas las lectoras que tengo, pero aún así a ellas les pido perdón por demorarme tanto, últimamente no soy tan constante, pero en serio tengo excusa.

He tenido problemas familiares.

El colegio me explota.

¡No tengo internet!

Aún así no son demasiado válidas, pero me disculpo sinceramente.

Tienen snapchat? El mío es male15rs, por si les interesa. Mi Twitter es @male15rs y mi instagram es @ale16h, besos

Las imparables (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora