—Si igual moriremos, entonces moriré en el intento —dicté con decisión. Era lo único que podía hacer después de todo.
Inhalé con profundidad mientras tomaba el tubo oxidado. Ash y Skip tenían razón, no había un colchón del otro lado, además de que si el tubo se rompía o no rotaba mi cuerpo lo suficiente las cosas no terminarían muy bien. Aún podía recordar que no había conseguido saltar desde aquella vez, tras lesionarme. Creí que nunca más volvería hacerlo, a pesar de que ya me había recuperado.
El miedo de caer me había detenido, y acabado con mi vida en el deporte, pero no era momento de tener miedo de caer si Ash estaba arriesgando más que eso. Si lo conseguía, pensé que podría avisar a la policía, y darle la ayuda que necesitaba en lugar de mantenerme como una carga.
No decidí pensar demasiado cuando comencé a correr, dejándome llevar por el impulso y escuchando de fondo los gritos se Skip. Pude ver el otro lado de la pared, pero cuando me alegraba de haberlo conseguido la realidad me golpeó, en un sentido literal. Había esperado el impacto, por lo que hice mi mayor esfuerzo en levantarme y caminar. Buscar ayuda, en lugar de quedarme ahí.
—¡Esperen! ¡Volveré! —grité mientras corría manteniendo presionado mi brazo magullado.
Tenía que encontrar rápido un modo de llamar a la policía y pedir ayuda. No había tiempo de que tratara mi herida, y a ese paso dudaba resistir mucho. Estaba perdiendo más sangre de la que esperaba, aunque si pensaba demasiado en ello sólo me sentía más mareado. Tomé el celular de una señora que huyó debido a mi aspecto, y una vez escuché la voz al otro lado del teléfono mi cuerpo colapsó, con un par de policías frente a mí.
Estaba tan cerca de indicarles dónde se les necesitaba, pero mi visión se volvió negra antes de hacerlo. Estaba tan lejos.
Cuando desperté, me di cuenta de que estaba en el hospital. Me hicieron algunas preguntas, y poco después vi a Ibe entrar por la puerta.
—Lamento haberte preocupado, pero quiero volver. Ash salvó mi vida arriesgando la suya. De no ser por mí, Skip hubiera conseguido escapar —por algún motivo me sentí como si estuviera mintiendo. Me había esforzado, y en verdad me hubiera gustado ayudar más, pero no era por eso que quería volver. Pensé en ese momento que sólo era debido al sentido de responsabilidad y devoción por salvarme, y decidí dejarlo así.
Salí del hospital, atento de cualquier cosa que pudiera escuchar. «Está vivo», pensé con alegría cuando me dijeron que estaba en el hospital con sólo algunas lesiones. Aunque mi tranquilidad se fue cuando escuché lo ocurrido con Skip. No pude evitar culparme de su muerte, recordando lo mucho que se había esforzado por mantenerme con vida.
Charlie nos convocó a Ibe y a mí poco después de ir con el rubio, no tenía que ser un genio para adivinar lo que me quería decir. Por supuesto, tras ver cómo Ash me había protegido pensó que podría ser yo quien lo hiciera entrar en razón. Salvarlo de un acto suicida. Hacerlo que me dijera qué era lo que sabía para poder usarlo a su favor. Conseguir la carta bajo la manga que con esfuerzo cuidaba.
—¿Por qué yo? —no tenía control sobre él después de todo. Apenas nos conocíamos, y lo único que había hecho en realidad era salvar a un sujeto que fue arrastrado a sus problemas por accidente. «Mi vida sobre la de Skip...» me arrepentí de inmediato del pensamiento por el nivel de importancia que me estaba poniendo, y sin pensar demasiado acepté. «Haré lo que pueda», fueron mis palabras.
Entré al hospital confiado en lo que debería hacer, pero en cuanto lo vi con la mirada perdida hacia la ventana, y un aspecto tan débil, olvidé lo que había preparado decir.
—Hola. ¿Cómo te sientes?
—Mira quién pregunta, no había colchón, ¿cierto?
—No fue la gran cosa —que pudiera hacer bromas en ese estado me sorprendió, ¿qué era lo que había esperado al entrar a verlo?—. No pude agradecerle a Skip al final... Oye, Ahs... —en verdad no podía decirlo.
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A happy day for Banana Fish (Banana Fish) (Yaoi)
FanfictionLa primera vez que Eiji vio a Ash no pudo evitar asombrarse ante el aura que desprendía. Dos personas de mundos completamente diferentes. Ambos tenían sus propios pasados difíciles. Y tras conocerse, al fin ambos habían comenzado a crecer. --- Sigue...