Caminando sobre arena

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Yut-lung se sentía impotente con el giro que habían dado las cosas. Desde el momento en que Sing simplemente había ido tras Ash, bajo el mismo hechizo que dejaba en cualquiera que lo conocía, hasta la llamada y acuerdos que tuvo que hacer con la policía para que lo liberaran junto al preciado tesoro del rubio. Había más de un motivo por el que quería mantener al asiático bajo su poder. 

Eso le daría una ventaja contra el rubio, además de que... ¿a dónde más se suponía que iría? Si Ash él estaba completamente solo; como él siempre lo estuvo, claro que la diferencia entre ambos era enorme.

Ash y Eiji eran como dos mitades que se complementaban; un verdadero Yin y Yang a diferencia del que él dijo formar parte con el primero. No le gustaba admitirlo, pero era igual al rubio, como Sing le había dicho. Se esforzaba en mantener una distancia convenciéndose de ser opuestos, pero tenían más en común de lo que le gustaba. 

Una serpiente y un lince. Ambos depredadores con sus propias cualidades.

—¿Pero por qué tiene que ser él?

Cuando Eiji se fue no pudo evitar sentirse impotente. Perdió aquella ventaja aunque no era eso lo que ocasionaba su malestar. Le molestó el hecho de que Sing estuviera ahí a pesar de lo que le había ordenado. Ese niñato en verdad nunca le haría caso. El líder del barrio chino corrió detrás del japonés y Yut lung tuvo las ganas de pedirle que se quedara con él antes de que se fuera. 

Ash no era un lince solitario. Aunque eso no necesariamente era bueno.

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 "Fuiste tan vigoroso, y ahora sólo eres desgraciado", las palabras de Golzine lo acompañaron hasta el momento en que enfrentó a su grupo. Todos ellos además del nuevo líder y Eiji estaban ahí reunidos, esperándolo. Entró en el momento justo. «Está aquí». Hizo un gran esfuerzo en no sonreír al ver que el japonés estaba bien. Se había preocupado demasiado cuando Ibe y Max le contaron que no habían escuchado nada de él, aunque la expresión que hizo el segundo cuando se dio cuenta de que planeaba buscarlo provocó que se sintiera algo avergonzado.

¿Acaso era tan fácil de leer?

El rubio seguía molesto consigo mismo por ser tan débil. Era incapaz de abandonar a la gente que le importaba y conocía. Él era así por mucho que intentara cambiar. Había intentado con esfuerzo que Eiji lo odiara, acabar con su relación sea cual fuese, pero no había sido así. La inefable alegría reflejada en sus ojos oscuros hizo que se diera cuenta que nunca conseguiría que él lo odiara. Y saberlo sólo hizo que la presión en su pecho aumentara.

—Dejemos de luchar por un momento. Eso no era lo que quería hacer cuando te viera —parecía haber cambiado bastante de la última vez que lo vio aunque no hace mucho de eso. Sin duda tenía mucho que decir, pero Ash en ningún momento esperó que se acercara hacia él con los brazos abiertos y uniendo sus labios con los suyos—. Me alegra que estés bien.

«¿Está mal si no nos separamos a pesar de vivir en mundos diferentes?» la pregunta apareció en su mente mientras correspondía al abrazo y beso. Separándose un poco para después recargar su cabeza en el hueco del hombro y cuello de Eiji, suspirando aliviado de... ¿haberlo encontrado? ¿de que no lo rechazara y aún se preocupara por él? ¿de haber entrado en su vida?

Lo siguiente que pasó fue una larga siesta que le pareció irreal. El escenario a su alrededor cuando despertó era el atardecer. Lo único que valía la pena en ese basurero. Se paró junto a la ventana apreciándolo, siendo consciente de la persona que se acercaba a él. Ash adivinó lo que el otro diría antes de que hablara, y eso lo hizo feliz.

—Ibe está preocupado por ti, deberías al menos llamarlo, no te obligaré a ir a casa —ante su expresión de creciente emoción respondió—. Incluso si te fueras seguiría pensando en to y preocupándome por tu seguridad. No quisiera perderte de mi vista... no quisiera que te alejaras de mí... No podré estar bien si no estás aquí y... —sentía cierta vergüenza que le parecía desconocida. No quería vacilar tanto con sus palabras, pero no podía no hacerlo. Rompió la brecha que los separaba con un casto beso antes de preguntar—. No quiero que te vayas porque me importas demasiado... ¿Te quedarías a mi lado?

Sentía su corazón chocar contra sus costillas y rogaba que el otro no fuera capaz de escucharlo.

—¿Eh? ¿Hablas en serio? ¿Puedes repetirlo? Me gustó cómo sonó —el tono burlón provocó que el rostro de Ash ardiera e inmediatamente se apartara cruzándose de brazos. Eiji se burló aún más por eso—. Vamos quiero volver a escucharlo salir de tus labios.

En lugar de dar respuesta lo tomó de la barbilla y acercó su rostro sin besarlo, sólo mirándolo de cerca a poca distancia de sus labios. Pudo ver que el asiático esperaba que cerrara la brecha, pero en lugar de complacerlo se alejó disfrutando ahora de sus quejas mientras se dirigía a la cocina para preparar algo para los dos.

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Literalmente escribo esto mientras me pongo al corriente con la serie. Espero llegar hoy hasta donde va la serie en el fic





A happy day for Banana Fish (Banana Fish) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora