La conversación

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Ash no esperó que Eiji lo ayudara a escapar en el auto. En un inicio imaginó que fue resultado del impulso, y que una vez la adrenalina dejara su sangre tomaría consciencia de lo que había hecho, regresando al lado del periodista.

Era algo obvio, por lo que una vez estuvieron algo alejados le ordenó que detuviera el auto. No quería entrometerlo más de lo necesario. Su parte ya había terminado, ya no le debía nada. De hecho, nunca lo hizo. Una vez se librara de él el rubio se encargaría de planear cómo llegaría al lado de Dino para devolverle lo que merecía.

Primero Skip... y ahora su hermano. Ash no se permitiría perder más.

—Este también es problema también —la respuesta lo sorprendió un poco—. Vi cómo mataron a tu hermano ante mis ojos. Me dijiste que fuera cuidadoso, y aún así dejé que me siguieran.

—Los japoneses deben de ser masoquistas —el comentario salió para no escuchar al otro arrepintiéndose y disculpándose—. Ah, haz lo que quieras.

—¡¿En serio?!

—Sólo encárgate de cuidar tu propio trasero —no entendía cómo podía sonar tan contento por simplemente dejarlo colaborar. Después de todo, podrían morir—. Eres más grande que yo, ¿no?

El de cabello oscuro regresó a su asiento con la cabeza metida entre sus hombros mientras asentía. Tal vez ese comentario había sido demasiado, pero no dejaba de ser cierto. Aunque si tuviera que basarse en experiencia, el rubio le llevaba muchos años más a Eiji.

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—Lo siento, es mi culpa. Nunca creí que haría algo así, Eiji es usualmente dulce y tímido—Ibe en verdad estaba sorprendido del modo en que  el otro se había comportado. Primero se había negado rotundamente a volver a Japón, y ahora ayudaba a escapar a una persona que conocía hacia menos de un par semanas.

Sin contar que incluso se había escapado a cumplir un trabajo del que él no se había enterado hasta mucho después. ¿Tanto le había afectado a Eiji el ambiente de los barrios? De no haber conocido a Ash nunca hubiera hecho cosas tan alocadas como esas.

Tal vez estaba exagerando demasiado al pensar que una persona podría ser el motivo para que otra cambie tanto, ¿pero cuál podría ser la explicación? Sí, había visto muchas cosas que nunca antes habría imaginado, pero nada de eso había sido su culpa. Ibe se alegraba de que ahora el más joven no se mantuviera deprimido por el hecho de haber abandonado el deporte, pero no había imaginado que coste a su alegría haría tantas locuras.

—No te preocupes, pero ¿ahora qué hacemos?

—Creo que puedo saber a dónde irán —respondió recordando lo que Eiji le contó. 

Si al volver a Japón se convertía en un chico rebelde sus padres sin duda le echarían la culpa.

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—Tal vez me atraviese en su camino, pero si me voy ahora jamás me perdonaré —esa era mi oportunidad de arreglarlo. De enfrentarme a una situación difícil en lugar de quedarme quieto, sin hacer nada. Aceptando en silencio. No iba a darme por vencido.

Cuando admití en voz alta que ya no podía brincar, sentí por primera vez esa realidad. Salí de Japón a modo de escapar por un tiempo de la realidad. Ya no tenía nada que hacer, me había sentido inútil. No podía permitirme estorbar o arruinarlo ahora. Tenía la oportunidad de hacer algo por alguien quien se había ganado mi respeto muy rápido. Una persona que era totalmente lo contrario a mí. 

Alguien diferente y sin miedos, dispuesto a darlo todos a pesar de ser consciente de los resultados.

—No quiero dejarlo. Yo... quiero ver lo que pasa hasta el final con mis ojos.

Mi declaración consiguió la aceptación de Shorter. 

Los tres teníamos nuestros motivos después de todo. Distintos, pero desembocaban en lo mismo.

A la mañana siguiente, cuando escuché la voz de Ash al despertar me sentí tranquilo al comprobar que no había sido un sueño todo lo sucedido, pero tras ver el cañón del arma frente a mis ojos sentí que todo había terminado. El fin antes del verdadero comienzo. De no asimilar lento por culpa del sueño, y del reciente impacto, me hubiera quejado de la mala broma en un tono más serio.

—Es tuya —indicó el rubio entregándomela tras una breve explicación de funcionamiento—. Cuando la batalla comience no podré protegerte. Tienes que protegerte tu mismo —antes ya me había dicho eso, pero ahora había algo distinto en su voz. Verdadera preocupación. No me echaría hacia atrás, pero comenzaba a prever lo que pasaría; en lo que me había metido—. No te preocupes demasiado. El desayuno estará en cinco —Ash me sonrió de modo bromista, como en intento de borrar mis preocupaciones—. Será el desayuno chino especial de Shorter.

Inhalé profundamente una vez el otro se fue, y mirando el arma con recelo, la tomé recordando la primera vez que levanté un arma. Fruncí el ceño como si estuviera en una verdadera situación de peligró, imaginando que algo malo iba a suceder, que los enemigos se encontraban frente a mí, y simulé disparar. Después de eso guardé el arma un poco avergonzado y me apresuré en vestirme para bajar con los otros dos. 

No quería que mi debilidad se mostrara en algún punto decisivo.

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Un avance lento uwur, pero próximamente se irán mostrando más los sentimientos entre Ash y Eiji. Las interacciones románticas y los sentimientos que comienzan a crecer(?

Que hasta el momento esto es más como una recopilación de momentos levemente salpicada de más fanservice xd  Como recordatorio he de decir que las partes de Eiji son recuerdos que tiene, mientras que lo de tercera persona es un complemento a la historia para exponer su relación con Ash desde otros ojos.

Muchas gracias por leer como siempre, y no se olviden de dejar sus comentarios, votos o más! Nos leemos pronto :3

A happy day for Banana Fish (Banana Fish) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora