A los que lo creían imposible

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Habían pasado unas horas solamente cuando lo decidió.
No podría hacerlo sola ni tampoco levantar sospechas pero iba a acabar con aquella stronza que le estaba metiendo ideas a Alex en la cabeza, no por ella porque ya no era nada suyo ni nunca lo había sido sino por burlarse de ella y nadie se burlaba de Elettra Lamborghini.

El plan era simple burlas las medidas de seguridad que pudiera haber en el supermercado, huir de los zombies, ¿matar? A los guardias, encararse con esa bruja y sacar a Alex de ahí.
Sí quería.
Y si no quería también.
Bueno, ya vería cuando llegara el momento.

De momento había logrado contactar con Aless para que le contara la situación y sin apenas darse cuenta él le había contado todo, qué Aída dormida bajo llave  en la sala de control cuando no estaba histérica matando zombies con su ametralladora, que su Segundo al mando dormía bien cerca porque tenía la misión de vigilar la puerta, tendría que ir por el primero. A su lado dormía el tal Sergio que le había parecido guapo al principio pero muy bobo.
Alícia y Marco se pasaban casi todo el tiempo en su propia fiesta particular cuando no les daba por matar algún zombie solo por diversión.
Y el resto estaban dispersos por las habitaciones, Alex dormía en la del fondo junto a su amiguita, esa Krisha que aún no conocía.
Aless había hablado maravillas de ella sin embargo, le había contado que desde que Alex la había conocido estaba más alegre, no hacía tanto caso a Aída pero ella seguía recelosa.
Había visto a gente morir, sus propios compañeros, había estado a punto de morir ella misma. Aún no sabía cómo había escapado de allí.

Investigando todo el apartamento había descubierto una bici y después de unos cuantos repasos y de engrasarla concienzudamente había sonreído alegre de encontrarse en el piso de un deportista.
Bueno, una... y Bien guapa, por lo que pudo ver en las fotos.
Una chica con una sonrisa brillante y una melena castaña posaba junto a su bici, seguramente después de un buen paseo.

Queriendo olvidar todo eso y después de encontrar algo de comida decidió salir por la mañana, no conocía demasiado bien esa parte de la ciudad y sabía que tendría que encontrarse con fuerzas para evitar cualquier horda demasiado grande que pudiera poder desviarla.
Cargó una mochila con unas galletitas saladas, unas gominolas que vio por los cajones y una lata de habichuelas. Comería frío pero comería.

No podía hacer todo su recorrido de una vez.

02:00 a.m

No podía dormir, tenía un mal presentimiento, el saco era asfixiante, si se tapaba tenía demasiado calor, sí la descorría y abría la cremallera demasiado frío.
Había hecho esta operación hasta cinco veces y harta se incorporó, Krisha parecía dormir profundamente, ella estaba en paz consigo misma, cosa que Alex no conseguía.
Despacio abrió la puerta de la habitación y dio unos pasos por el pasillo agudizando el oído para ver que escuchaba.
Hasta no hace mucho los ruidos que componían las noches de Madrid eran tráfico, conversaciones lejanas, algún grito, música de una discoteca o de un bar. Ahora todo estaba: muerto.
Y si algún sonido surcaba la noche se trataba de pasos arrastrados, de lamentos que no eran humanos.

Le hubiera gustado salir de casa a pasear de noche como otras tantas cuando todo era normal, le hubiera gustado escapar de allí.

05:00 a.m
Mañana hablarían de cómo entrarían en el lugar donde se escondían aquellos malnacidos.
Por un momento los restos quemados del edificio vinieron a su cabeza pero procuró apagarlos como ceniza.
Habría tiempo de vengarlos como merecían.

Elettra se despertó varias veces, cada vez que cerraba los ojos venía la imagen del sueño que no le dejaba descansar.
Era ella, borrosa debido al agua que caía entre ellas dos.
La lluvia golpeaba con fuerza sobre el suelo se cemento y ella bailaba dando vueltas y más vueltas sobre unos zapatos que podían hacerla escurrirse en cualquier momento.
Su sonrisa era brillante, sus ojos cuando se centraban en ella parecían sólo verla a ella, como si no hubiera nada más en el mundo.
Por eso no importaba, no importaba nada más que ella, en el centro de su universo, con el pelo brillante lleno de gotitas de agua.

Alex despertó con más sueño del que se había acostado, una tenue luz brillaba en el horizonte. Krisha dijo que iría con ella, no la dejaría sola y confiaba en ella pero alguien tenía que quedarse. Alguien aparte de Aless porque Elettra no podría vivir sin él.
Les necesitaba a ambos por si le pasaba algo que la cuidaran.
No es que Elettra lo fuera a permitir pero ya la conocía, aunque pudiera valerse por sí misma necesitaba algún apoyo aunque no lo dijera.
Ese era el fin probablemente y lo importante es que pudiera encontrar una cura.
Con una cura tendrían una mínima posibilidad de sobrevivir y después irse muy lejos, fuera de la ciudad, cuanto más alejados de los zombies mejor.

Esas eran las instrucciones que dejó a los dos además de su carta de despedida.

04:00 a.m
-Tú tampoco puedes dormir?? Me pasa antes de las batallas importantes.
Alex se preguntó cuándo había estado realmente Aída en una batalla pero no preguntó nada.
-Esto no va a salir bien.
-No, no va a salir bien pero no me rendiré hasta eliminar a esos despojos de la faz de la tierra, no tenemos bastante con los zombies también hay que aguantar a esos hijos de una hiena, carnosos.
-Por qué les tienes tanta inquina?? -La miró sorprendida.
-Se atrevieron a meterse con la gran Aída, casi me matan y son un peligro para todo el mundo.
-No lo entiendo, los conocías de antes o...?
Un poco apurada Aída siguió hablando casi sin que se le notara la verdad en la voz.
-Son un peligro y casi nos matan a todos cuando intentábamos defendernos, tú no estabas  aquí pero yo usé mi ametralladora para espantarlos a todos y agujereé bien ese tanque tan bonito que tienen aunque... aún me preocupa.
No lo conseguí destruir del todo -se quedó pensativa un momento apoyada en la barandilla y mirando al infinito de dónde venían gruñidos amenazadores- Había pensado en ir a destruirlo directamente, esta noche, antes de que llegara todo el mundo, sabotearlo desde dentro pero no puedo irme, soy el alma del grupo, sí yo desaparezco nadie luchará -se irguió y miró a la rubia a ver si había cogido la indirecta.
Alex estaba sumida en sus propios pensamientos dándole vueltas entre otras cosas a lo que le decía Aída.
-Tú.... -alzó la voz como sí de pronto se diera cuenta de algo- ...tú podrías hacerlo, eres perfecta, atlética, silenciosa y estás en ese rollo zen que hace que tengas nervios de acero.
Alex siguió sin mirarla, tal vez ese era el mal presentimiento que le atenazaba el estómago, la presunción de la muerte pero era policía y tenía que hacerlo.
Cerró los ojos y pensó en todas las personas que había perdido desde que aquello empezó incluyendo a una testaruda italiana.
-Lo haré.
-Escúchame, no soy tu madre pero estoy orgullosisima de ti -le dio un abrazo que Alex ni aceptó ni rechazó y se apresuró a darle órdenes.

Elettra llegó cansada pero con el ánimo alto sabiendo que en unos minutos más vería a Alex.
Encontró la llave donde había acordado con Aless que se la dejaría y oyó los murmullos, roces y gruñidos que él le dijo que habría. Todo dentro de lo normal.
Contuvo la respiración y soltó el aire despacito.
Necesitaba una carnada y la había traído.
Un jugoso trozo de carne voló por el cielo haciendo que los zombies se movilizaran hacia el sonido, para mayor efecto tiró unos botes vacíos que resonaron cerca del trozo de carne.
La estampida y el alboroto no se hizo esperar y pronto todos estaban en aquel punto. Observó la entrada del supermercado y la parte de arriba esperando a que alguien apareciera pero nada sucedió, entre las sombras se deslizó por las estanterías vacías cada vez más cerca de la entrada.

-Elettra, qué haces aquí????
Nati estuvo a punto de gritar pero la chica morena se abalanzó sobre ella echándola contra el suelo y haciendo que se callara. Isa y Adri no reaccionaron a tiempo pero obedecieron cuando Elettra les pidió que hicieran lo mismo.
-Tenéis que esconderme, yo no estoy ni he estado aquí, capicci?
-Capisco.

-Necesito esa llave.
-Y cómo piensas conseguirla porque que yo sepa el único que tiene acceso es ese mono con cuerpo de persona que se hace llamar jefe.
-Jefe de qué??? Ese tío no sería jefe ni aunque fuera el último hombre en la faz de la tierra.
-El problema es que no duerme solo.
-Adri, tú no eras una experta en infiltrarte en zona enemiga.
-Pero solo entre zombies, entre humanos destacó un poco.
-Coño!
-Se nos ocurrirá algo, seguro.
-Dónde está Alex??
-No la he visto en todo el día.
-Debe estar meditando con Krisha.
-Ah, con su amiguita -dijo entre dientes.
-Es un encanto de persona, un bombón, te va a caer bien.
-Seguro que sí.
-Y Aly?
-Ha estado pasando mucho tiempo con Marco pero no suelen salir de la habitación.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2018 ⏰

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