Capítulo 1

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Me levanté después de un día terrible. Fui al bañó.
Luego me vesti con un chaleco blanco básico, un jeans y las vans blancas.

-Sharipha, ¡Vamos! A desayunar. ~Dijo fuertemente mi abuela~

-Ya bajo abuela.~Le respondí del mismo modo~

Me miré en el espejo. No sabía que ponerme en el cabello. Al final me puse la pinza de siempre, que consistía en un lasito rojo, con pequeños puntitos y una calavera en el centro. Me miré y vi a esa chica de pelo castaño, con mechas rubias y ojos verdes. Así aun parecía una niña buena, ósea pintas que no me gustaban, cogí mi lápiz le ojos y me los pinté. Bajé las escaleras y entré en la cocina. Hay estaba mi abuela poniendo encima de la mesa unas magdalenas, y mi abuelo leyendo el periódico.

-Hola, buenos días mi niña.~Dijo mi abuelo con sus voz dulce ~

-Buanos días abuelo. ~Lo miré y besé su mejilla~ Buenos días abuela. ~Me dirigí a ella y la besé del mismo modo que lo hice con mi abuelo~

Vivía con ellos desde siempre, mi madre falleció al nacer yo y "mi padre", de ese señor no tengo constancia, dejó a mi madre en estado y desapareció.

-Cielo desayuna, tienes clases en 20 minutos.

-Lo sé abuela. Comienza una nueva etapa.

No soy el mejor ejemplo a seguir, tengo 16 años y fumo, bebo, y no me gusta las relaciones serías, para mi los chicos es para un par de besos y listo. Y para colmó anoche estuve un buen rato en comisaría, menos mal que me sacaron de hay, ciertamente no me gusta darles disgustos a ellos, es lo único que tengo.

-Bueno, tienes ganas de comenzar¿No?~Pregunto mi abuelo mirando mi el periódico ~

-Si claro, ya es bachillerato, estudiare medicina. Y seré una gran cirujana.

-Así me gusta mi tesoro.~Dijo mi abuelo muy orgullo~No quiero que se repita lo de anoche.

-No pasará.

Me levanté, cogí una libreta, un boli y lo metí en un bolso blanco. Salí de la casa y me dirigí al nuevo instituto. Había mucha gente, y no conocía a nadie. Por desgracia mis amigos no estudiarían nada. Me dirigí hacía la parada, esperé el autobús unos minutos. Cuando llego el bus y entré dentro, había varios chicos y chicas con mochila. Una vez piqué la tarjeta me introduje en el bus. Mire a todos los lados para buscar un lugar libre, había uno a lado de un chico. Era alto, fuerte, guapo, pero un estirado, pero para mí mala suerte y la suya me sentaría en ese lugar.

-¿Donde crees que vas?~Dijo al ver que me sentaba, su tono era muy desagradable ~

-A sentarme, no lo ves. ~Dije con un tono de ironía ~ Me permites ¿Si? ~Dije con un tono ahora entre irónico y estúpido~

Me senté, poniendo mi mochila en mi regazo. Él chico mal educado, pijo y creído, miraba su cell.
Entró una rubia, de ojos azules, con un cuerpo tremendo, vaya todos los chicos a entrar la Barbie la miraron, no apartaron la vista de ella, está se acerco a mi lugar y se posicionó a mi lado, muy firmemente.

-Te levantas~Me invitó a hacerlo con una mirada de superioridad ~

-¿Por que debo hacerlo?~La miré a los ojos esperando su contestación ~

-Por que siempre me siento en ese lugar.~Hizo una pequeña pausa~A lado del capitán de fútbol.

-Adivino ¿Y usted es la animadora? ~Dije alzando la ceja ~

-Exacto. Niñata te levanta, somo gente con clase y tu, mirate no tienes nada que ver. ~ Me dijo, echándose el pelo hacía atrás, sin apartar sus ojos de mí. Su tono era de creída total, su aires de superioridad era inaguantable ~

-¡Niñata tu! ~Me levante, al igual que alce un tanto mi voz~ No te sentaras aquí hoy. Por que estoy yo. Te quedo claro chica. ~Le dije con tono firme ~

-¡Ah!~La rubia, no duro en cogerme del cabello~

Él chico me cogió por la cintura y deshizo el agarré de mi cabello. Me sentó en el asiento y él la cogió a la Barbie y se alejaron. Un chico alto moreno, de ojos color miel, cuerpo atlético, se sentó a mi lado.

-Soy Kinnet~ Es tiro su mano~

-Yo soy Sharipha.~Le estreche la mano~ encantada.

-Encantado, Sharipha.~Embozo una sonrisa hermosa~ ¿Estas bien?

-Por el estirón de pelo, pues si. Esto no es nada para mí, pero esto no quedo así.

-Chica rebelde~Dijo muy simpático~

-Mucho ~Le sonreí~

Llegue a mi nuevo instituto, y bajamos del bus, unos 5 chicos y 6 chicas, y entre ellos estaban, la barbie, el capitán de fútbol, Kinnet. Nos despedimos cortésmente, y me dirigí a mi clase, mientras él se quedó con varios chicos, fumando un cigarrillo. La verdad me entró ganas de estar hay con él ya que quedaba unos minutos.
Sinceramente cuando fui a cruzar la puerta de la entrada me volví hacía el chico, Kinnet.

-Kinnet. ¿Puedo fumarme uno con ustedes?

-Sharipha, claro que sí. ~Me miró sonriente. Luego miro a sus amigos~ Chicos, ¿sabéis que aquí nuetras amiga Sharipha acogido y le a enfrentado a Catalina? ¿Y que no se ha movido del lugar, es decir, del asiento que justo estaba a lado de Hugo.

-¿Enserio?~Pregunto uno de los chicos tirando el cigarro~

-Sí. ¿Por que, Tan extraño es eso? ~Pregunte curiosa~

-Sabes eso de que siempre hay grupos. Pos en este instituto, Catalina es la pupular, es mas la líder. Y Hugo es el popular, y deseado por toda mujer aquí. Y si te posicionas conmigo y mis colegas, serás la chunga. La escoria del insti.

-Mejor ser escoria que imbécil. ~Solte, dándole una cala a mi cigarro~

-Te presentó a la peña, Rubiales, Morenazo, Intelectual, ~Fue señalándolos ~ Falta el Friki, el Vago, el Morate, y el Porreta~

-Encantada, chicos. Pero no es que se presenta por el nombre ~Mire a Kinnet~

-Se supone que sí, pero a ellos no le gusta eso. El único qué se presenta por el nombre soy yo, aunque vaya soy el Macarras, pero como soy el que manda en la cancha de baloncesto, me suena raro decir, soy macarra. Realmente suena mal.

-Sí, muy mal. ~Sonrei. Y kinnet me devolvió la sonrisa ~ ¿Todos jugáis?

-Si y no. En la calle sí, en el instituto, solo Morenazo y Rubiales, y yo, claro. ~Sonrio, con una sonrisa muy grande~.

Sonó la sirena. Y todos entraron. Menos el grupo chungo con el que estaba, o al menos lo parecían. Una vez entraro la enorme masa de personas, entraron ellos, y yo a su vez. Todos miraban, yo era la nueva y ellos no eran lo mejor vaya. Debía ir a la clase de Ciencias del Mundo Contemporáneo.
Sinceramente no sabía dónde estaba. Y por algún motivo me despedí de ellos para buscarla, en vez de preguntarle a ellos.

Entre Dos Caminos. El acertado y el equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora