Capítulo 25

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Yo: K debo ver?

Mi amor: Paciencia Pequeña ; P

Guarde el celular, cuando vi que me trajeron el postre. Se veía deliciosa la tarta de fresa. Kinnet me miró embosando una sonrisa seductora de medio lado.

-¿Que me miras así? ~ Pregunte con la cuchara partiendo el pastel ~

-Las fresas me gustan para jugar. ¿A ti no? ~ Digo en mi oido casi sin voz ~

-Vamos, come y calla ~ Le dije metiendo la cuchara en mi boca ~

Esa cucharada que me meti en la boca despertaba mi gusto y hacia que la boca se me hiciera agua. Kinnet comia no muy feliz, ¿no le gustaba? Imposible, el pastel esta muy rico.

-Kinnet, ¿Que te ocurre?

-Nada, es que no me gusta lo que lleva dentro, bueno si me gusta pero no en el pastel.

-Eres un delicado. ~ Me beso la mejilla y sonreí ~ te lo dijo enserio Kinnet.

-Lo sé, princesa mía.

Unas horas después todos bebían, el chofer había llevado a mis abuelos a la casa, ya que me podía quedar a dormir en la casa de Kinnet.
Kinnet estaba tomando un refresco de naranja, cuando vino hacía a mí y agarró mi mano. Subimos la escalera rápidamente, entró de sopetón en su habitación y me introdujo en ella.
Soltó el vaso en la mesita y comenzó a quitarse las prendas que cubría su cuerpo. Yo me quité cada accesorio que lucía mi cuerpo, Kinnet se hacerlo por la espalda y desabrochó la cremallera del vestido, este callo al piso.

-Te ves hermosa siempre~Dijo con las manos en mis hombros~

-¿Sabes que eres un pervertido?~Me mordi el labio~

-Sabes que te amo y te quiero complacer... ¿Verdad?

Comenzó a depositar besos por todo mi cuello, cosa que hizo que no pudiera soltar palabra alguna.
A pasos torpes fuimos a la cama, entre miles de besos y sus manos libre por mi cuerpo, quitando mi ropa interior, al igual que la suya; soltando mi cabello caímos en la cama, haciéndolo el dueño de la situación mas de lo que ya lo era, me besaba frenéticamente por todo mi cuerpo, mientras yo sólo me podía estremecer.
No sabía como hacer que parará, habia mucha gente en la planta baja, me daba vergüenza que me pillara.

-Princesa mía, ¿Que te ocurre?

-Pueden entrar~señale la puerta~

-Eso tiene solución inmediata.~Se levanto y fue corriendo hacía la puerta, para echar un pestillo ~ Así mejor ¿Verdad amor?

-Si gracias amor mío.

Él se puso de nuevo encima de mí, beso mi cuello con delicadeza, su respiración junto a la mía era dificultosa, sus besos bajaron hacía mi abdomen. Sus besos eran tan delicados que me causaban cosquillas.

-¿No quedarás quieta? ~Alzo la mirada hacía mí, arqueando la ceja~

-Es que... Me haces cosquillas... No sabes dar besos normales, ¿o que?

-Yo te estoy besando normal pequeña.~Deposito un beso en mi ombligo~.

Repitió el beso en mi muslo, bajando así a mis píes. No dejaba de besarme por cada parte de mi cuerpo.
No se cuanto tiempo llevaba besando mi cuerpo desnudo cuando se fue introduciendo en mí muy lentamente. Mis dedos se hundieron en su espalda, sus besos por mi clavícula, mientas lo sentía dentro se sentía divinamente, y más cuando comenzó a moverse dentro de mí.
Al despertar sentí que unos brazos me abrazaban por la espalda, y mi mente recordaba lo sucedido esta madrugada. Noté como se removía. Sus brazos me atrajeron hacia él, notaba su respiración en mi cuello.

-Buenos días princesa.~Dijo con la voz adormilada, para luego depositar un beso en mi cuello~

-Buenos días Kinnet~Le respondí con la voz tomada aún por el sueño~

Me gire para mirarlo a los ojos, y fue entonces cuando lo besé. Lo besé muy lentamente, quería saborear y recorre con mi lengua cada parte de su boca. Kinnet término el besó, se levantó agarró una camiseta, y me la tiro, luego cogió y se colocó unos boxeer.

-Cielo muy a mi pesar deberíamos baja a desayunar, son las 12 ya.

-Yo prefería besarte. ~Dije haciéndole puchero ~

-Y yo amor, pero me veo a mi madre y eso mirándonos con cara de viciosillos.

-Amor, eres un vicioso de mis labios.~Bromee~

-De ti. ~Se acercó a mí para pegar nuestros labios de nuevo ~

Me retiré muy a mi pesar y me puse la camiseta que me dio Kinnet, el se colocó el pantalón de un pijama.

-¿Quieres un pantalón?

-Si tu camiseta me queda de vestido, el pantalón no quiero saber como me quedara.

-Parecerás una payasita. ~Dijo bromista~

-Vamos a bajar precioso... Tengo hambresita.

-Vale, aún que yo quiero comerte a ti.~Dijo haciendo pucherito~

-Ya hablamos de eso de comerme, ahora comamos comida... ¿Si?

-Vale reina mía.

Dicho esto bajamos hacía la cocina. Kinnet me puso unos bollitos de crema y un vaso de zumo de mango, el se sirvió lo mismo.

-¿Y tu madre?~Le pregunté mientras cogía un bollito~

-Mi madre estará en el gimnasio o algo. No queda quieta nunca. ~Cogia y partia un trozo de bollo para echarlo a la boca luego~

-¿Y tu padre y hermanos? ~Arquee mi ceja curiosa~

-Mi padre se habra ido a jugar al golf con sus amigos, mi hermana de seguro que con mi madre, y mi hermano estara dormido con su novia.~Dio un sorbo al zumo y me sonrio~

-¿Me hiciste salir de la cama corriendo para nada?

-Para desayunar tranquilos, y tu te metas en la ducha mientras yo voy a por ropita para ti.

-¿Vas a ir a casa de mi abuela y abuelo a por ropa solo?

-Claro, y te llevó la ropa de anoche allí. ¿No?

-Eres un encanto... Gracias.

Luego del desayuno, me metí en la bañera que me había preparado Kinnet. Estuve en la bañera hasta que llego él con mi ropita. Salí del baño y me puse el chándal que Kinnet me trajo. Ciertamente creía que me traería cualquier cosa no lo que le pedí. Pero me equivoque, me trajo todo lo que pedí.
Debía llamar a mis abuelos, y decirle que la madre de Kinnet me invitó estos días a pasarlos en su casa. Pero se lo diría al rato, ahora quería ver la película con mi suegra y cuñada. Iban a emitir alguna película romántica según me dijeron y que era hermocisima, en fin que con yn bol de palomitas, unos refrescos y pipas, nos tiramos en el sofá y noa pusimos ha ver la película.

Mis días en casa de Kinnet eran fabulosos, iba a ver a mi abuela y abuelo todos los días, me sentía con una super familia, ósea como si tuviera una madre y un padre, con hermanos y mi novio, ese novio ideal existía. También en estos días conseguí que Kinnet y Hugo hablarán. Estaba todo genial y mañana era fin de año, entraría el año nuevo con mi segunda familia y por su puesto con mis abuelos, los cuales cada dia los veía mas felices.

Entre Dos Caminos. El acertado y el equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora