8. Rhythm of the night

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Mirando al techo yacía un Otabek pensativo en su habitación, no podía de dejar de pensar en aquel japones a quien ayudo a curar sus rodillas malheridas. 

Tambien recordaba el momento en donde le robo un par de besos, eso estaba demasiado mal.

Pero sus labios color rosa...se veían tan apetecibles y así lo fueron.

¿Como es que todo lo bueno es prohibido?..— Menciono acariciándose los labios, de manera lenta. 

En su habitación solo se escuchaba "Thinking out loud" imaginándose como seria bailar con aquel chico que se robo su corazón en un par de horas. 

Ambos, solo ellos. En una habitación grande.

Esos pensamientos llegaron a su fin cuando su madre aviso para cenar. 

Osito, es hora de cenar...— Menciono una dulce voz, asomada en la puerta.

— ¿Ah? Si, ya voy madre..— Respondió distraído. 

¿Tienes algo, hijo? Te ves mas pensativo que de costumbre..— Su única y mas confiable fuente de confianza era su madre, ella lo aconsejaba, le incentivaba aunque no lo necesitara, ella es la ayuda mas grande que tenia Otabek en ese momento.

Si, bajemos para poder contarte..—  

Tanto madre e hijo bajaron a la cocina, el moreno se ofreció a servir la cena. Su madre ya había hecho demasiado, era su turno de hacer algo. 

Unos minutos después de tener todo listo ambos se sentaron frente a frente, había un minuto de silencio por la incomodidad.  

Mamá...—  Decidió comenzar Otabek.  

Cuéntame ¿Quien te trae así, hijo? — Respondió Aliya, su madre. 

¿Como lo sabes? No te he contado nada aun..— Cuestiono algo confundido, su madre era realmente increíble.

Te conozco desde que llegaste a este mundo, Beka... procede.—  

Impresionado por esa respuesta paso a contarle todo lo sucedido el día de hoy a su mas fiel compañera, ella lo escuchaba atenta mientras tomaba un poco de su infusión. 

Ahora solo quedaba esperar el veredicto final. 

Así que...ese chico Yuuri te tiene así, es raro que te hayas enamorado...se que eres un chico como cualquiera y tienes derecho pero me parece algo raro que alguien se haya ganado tu corazón en un par de horas..— Dijo segura con cada una de sus palabras. 

Yo te recomiendo que lo conozcas mejor, que reaccionen químicamente y ¿quien sabe? puede que luego ese japones me tenga de suegra..— La mujer también morena comenzó a reír mientras que su hijo le seguía la risa. 

Ay mami, que dices...¿puedo ir a comprar? sera rápido.— Mejor manera de zafarse no había ahora mismo, pero cualquier cosa funciona.   

Bien, ve con cuidado y procura no demorar..—     

 • ¶ ¶¶¶¶• 

¿Ahora que compro? Tengo dinero, pero no opciones..— Otabek paseaba y paseaba por la tienda, viendo que llevar a casa para completar su mentira.

En uno de los pasillos no solo le impresiono la cantidad de dulces y cosas con azúcar que habían en los anaqueles, si no que también había un chico de cabello desordenado y ropa mas grande que el. 

Le llamo la atención porque...simplemente le parecía adorable.

Para hacerle la platica se acerco a ver las diferentes variedades de chocolate delante de el. 

Me pregunto ¿cual podría llevarle a mi madre? — Entre sus manos había una caja de chocolate con portada un oso, todo lo que tenga osos era perfecto. 

Esos chocolates son muy ricos, te los recomiendo..— Esa voz se escuchaba calmada y muy dulce, no llegando a ser como la de una chica.    

— Gracias por la recomendación.—  Al momento de voltear a ver a esa linda figura se dio cuenta que era el japones que estudiaba con el.   

¿Yuuri? 

¡¿O-Otabek?! — Se le notaba mucho mas que nervioso.     

¿Esto podría ser mejor? 

Ambos se encontraron casualmente, esto es obra del destino o algo así. 

• ¶ ¶ ¶ ¶ ¶ •   

Entonces, fuiste a comprar pero ¿solo fue un pretexto? que original..— El japones caminaba con su pequeña bolsa en manos, era gratificante verlo al natural y no con un look tan...forzado. 

Es lindo verte naturalmente, ya sabes...sin tu ropa apretada ni tu cabello peinado hacia atrás..

—  A-Así suelo vestir por las noches, es como mi descanso..— Sus palabras eran tímidas, sus mejillas sonrojadas y el nerviosismo por las nubes.   

¿Descanso?...buena palabra para ponerse a pensar. 

Ambos pasaron por una tienda de música, estaba sonando una melodía suave pero perfecta para bailar. 

¿Escuchas? es mi canción favorita..— Tanta fue la emoción del ojos chocolate que se puso a bailar sin pudor alguno. 

•Versace on the floor•

Let's take our time tonight, boy...above us all the stars are watchin'..— Empezó Otabek ya que también se sabia la letra por completo. 

There's no place i'd rather be in this world...your eyes are where i lost in..— Ambos se envolvieron con la sinfonía, comenzaron a bailar lentamente. 

El kazajo tomo las manos del azabache para darle un par de suaves vueltas y atraerlo hacia el mismo, su cercanía era completamente agradable. 

Asi siguieron cantando, hasta que Yuuri quedo cerca del pecho contrario el cual no dudo en abrazar con algo de torpeza. 
 
So just turn down the lights and close the door...ooh i love that dress but you don't need it anymore..   

Esa estrofa fue un claro susurro, un susurro el cual ambos disfrutaban. 

Sus miradas se encontraron por unos segundos, con sonrisas por el momento. 

Y cuando menos fue esperado, sucedió algo mágico. 

Se besaron.

24 hours °OtaYuuri°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora