22. Juguemos con ellos.

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Ninguno de los dos salía del shock, era tan...sorprende pero de una mala manera.

Con cuidado desató sus muñecas y pies, la voz no le salía por mas que lo intentase.

El japonés tenía la mirada perdida, llena de lágrimas. Aquellos bonitos ojos brillantes ahora eran opacos, oscuros, sin ganas de nada.

Otabek...me salvaste...

Eso salió de sus labios, en un intento por levantarse pero sin lograrlo.

Su mejilla estaba algo lastimada, seguía roja a pesar del tiempo que había pasado.

— Vamos a casa...ahí me dices todo.

Dicho así lo cargó, sintió una parte de su corazón romperse en más de un millón de pedazos.

Tenía miedo de volver a pasar por aquella parada, así que fue por el lado contrario al camino. De una manera u otra tenían que llegar.

El silencio era sumamente horrible, nadie decía nada.

Parecía un cementerio, hasta que llegaron a casa del kazajo. Su madre al parecer no estaba, así que iba a hablar con el sobre todo esto mientras le curaba y hacia descansar.

— ¿Cómo fue que pasó esto? — Empezó el menor, limpiando la herida en su mejilla.

Fue él Beka...fue él...me golpeó, me dejó en una caja y me amarró...

Su voz se escuchaba romperse cada segundo.

Yo lo quería... Lo quería mucho y me rompió el corazón.

Por parte del contrario continuó limpiando con gentileza su herida.

Siempre me decía que me amaba, y luego se metía con cualquier mujer que pasaba por su radar...recuerdo que...

Se tomó un tiempo para pasar saliva y recobrar aire.

Estábamos en una fiesta, hace unos años...no tomé ya que me pongo mal. El si lo hizo, bailaba frente a ... Pegado a esa mujer. Nunca me voy a olvidar que tenia el cabello rojo, ojos azules y tenía un bonito cuerpo.

Hizo una pequeña pausa.

Mientras yo era un cerdo...cuatro ojos que no pintaba nada ahí.

Un abrazo calmó algo la situación, uno que decía "Tu eres el mejor"

— No dejes que ese idiota te haga la vida cuadritos, pequeño...eres demasiado para ese imbécil.

Dicho eso Otabek besaba sus manos y su mejilla no lastimada. La otra también pero con mas cuidado.

Esos recuerdos no se olvidan tan fácil...pero quisiera hacerlo...

Eso fue lo que se escuchó por último antes de que se quedase dormido.

Otabek aprovecho en escribir algo.

"Mi amado, mi príncipe, dueño de mis sueños. No puedo creer que tengas una espina clavada en el corazón... Me dedicaré a sacarla hasta que tus ropas tengan ese color blanco de antes.
El rojo se ve...grotesco para alguien tan puro."

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Bro, dos capítulos en dos días. Esto va a explotar xd

Les doy gracias a mis compas por darme la idea de esto alv jsjsjs

Si leen esto tienen que darle amor así es

So, me voy alv.

Se me cuidan, bai.

24 hours °OtaYuuri°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora