Recuerdo.

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Mi enojo se había desvanecido, me encontraba más relajado que hacia unas 2 horas. ¿Era tranquilidad lo que sentía? ¿O sentía resignación? Me costaba horrores saber la diferencia, en ambos sentimientos uno no se sentía exaltado, sino que más tirado... ¿Por qué estaba divagando tanto? Debía dejar de enfocarme en estupideces como esa. Fruncí mis cejas, confundido. No sabía qué hacer con Bill, no sabía cómo sentirme respecto a su estilo de vida, una angustia apreció de golpe. Las drogas en un uso debido no eran malas... pero él no sabía medirse. Dirigí mi mirada hacia él, sus pupilas viajaban de un lado a otro sin parar, frenéticas, queriendo salirse de su cavidad ocular para revotar por toda la habitación, estaba sudando a chorros, y se pasaba la lengua por los labios cada un segundo. Sus brazos tenían pequeños espasmos, creo que no era consciente de ello. "no olvides tomar mucha agua". Esa había sido una de las frases de uno de sus amigos antes de irse. Hacía tres horas estaba así sentado, sin moverse, ido, sudando. Debía darle agua. Me encaminé a la cocina, vi la compu portátil sobre la mesa del comedor, no sería mala idea preguntarle al señor Google que hacer para bajar a mi hermano de las nubes. Llene un vaso de agua. Al darme la vuelta, vi a mi hermano parado en el umbral de la puerta, sosteniéndose con una mano de la arcada de la puerta, serio, ido, mirado el suelo. Sus pómulos sobresalían en su cara, marcados como todos los huesos de su cuerpo, era muy delgado y su maquillaje a pesar de estar todo sudado, estaba intacto. Caminé hasta él a paso lento, levantó la mirada, lucía totalmente exhausto, podía ver que le costaba mirar algo fijo por mucho tiempo, le acerqué el baso a la cara, y me la corrió asqueado.

-Traga, vamos.

-MmmhhNO – Giró su cara, me miró nuevamente, parecía más cuerdo. Una falsa ilusión seguro, bufe harto de la situación, estaba cansadísimo, a pesar de no tener sueño, estar pendiente de alguien en la manera en la que yo lo estaba de Bill, hacía que uno se sintiera exhausto.

-Vamos, debes hidratarte. – Tomé su cara de la mandíbula forzándole mirarme, e intenté hacer que el agua entrara por su boca. Me empujo sin fuerza alguna, quejándose.

-Ehhhh no. De..jame en... paz. – Comenzamos a forcejar, más bien yo empecé a forcejear con un saco de huesos, que de vez en cuando me hacia un poco de fuerza en contra. No parecía poder siquiera hacer fuerza. Paramos, nos miramos, su cabeza se le caía.

-No me mires con esos faroles rojos – Le dije pasando por su lado chocándolo. Me tiré en el sillón y prendí la tv. Comencé a hacer Zaping, sin encontrar nada divertido en la tele, dios, que embole era la programación de las 5 am. Eche la cabeza hacia atrás curioseando a ver qué hacia mi hermano. Estaba sentado en el suelo, apoyando su frente en las rodillas. Por un segundo me preocupé, no se movía nada de nada. Me paré del sillón y me puse cuclillas a su lado.

-Bill...

-Mmm...

-¿Quieres que te lleve a la cama?

-...no... –Abrió los ojos, levanto la cabeza. Sus pupilas conectaron con las mías y un escalofrió recorrió todo mi cuerpo. – ...me siento mal Tom...

Casi no le oí, hablaba muy despacito.

-¿Qué?

-...Me duele la cabeza... y me arde el estómago... me siento... mal... –Su cabeza cayó hacia atrás, chocando con la pared. No sabía que mierda hacer. ¿Le daba agua? ¿Un ibuprofeno? ¿Le hacía dormir? ¿Un baño? Mi cabeza comenzó a maquinar mil soluciones.

-...Bill no sé qué decirte... ¿Vamos al hospital?...

-...No...

Mire para todos lados, esperando una solución mágica. Estaba comenzando a asustarme, ya que había cerrado los ojos. ¿y si nos lo habría más? Amague a pararme, pero la mano de mi hermano me lo impidió. Frunció el ceño y luego me miró.

¿Did you still remember me?Where stories live. Discover now