Recuerdo.

175 17 0
                                    

-Truco.

-¡Quiero re truco!

-¡Quiero vale cuatro!

Mis amigos se encontraban en la mesa jugando al truco, con música, bebiendo daiquiris. Yo me encontraba en el sillón de la casa de huéspedes de Max, en la parte de atrás observándolos. Me había llevado a dormir ahí, para que sus padres no me vieran y no hicieran preguntas incomodas. Había pasado un día desde que había llegado, Brandon se quedó a dormir para hacerme compañía. De todas maneras, a pesar de haberme fumado una buena cantidad de porros no había logrado conciliar el sueño. Mi cuerpo dolía horrores, y estaba mucho más lleno de moretones que ayer, mi cuello lucía horrendo, color negro. Miré hacia la ventana que daba al jardín, las flores de su jardín eran preciosas, su madre debía cuidarlas muy bien para tenerlas así de lindas.

-¡JUGUEMOS OTRA VES!

-No sabes perder rubio.

- ¿Qué es ese olor?... ¡HUELO A CORBARDE!

-¡AH SI BUENO PREPARATE PARA QUE TE ROMPA EL CULO!

Volví a observarlos, parecían divertirse tanto, aun así yo sabía que a pesar de estarse jugando a las cartas distraídamente, tenían un ojo puesto en mí. Habían estado toda la mañana debatiendo que hacer conmigo, fingí dormir para escucharlos, habían llamado a Gustav, le habían dicho que se pase en la tarde para ver si él lograba sacarme algo de información. No pensaba hablar. No quería hablar con nadie sobre el tema, a nadie le importaba, a nadie le debía importar. Sentía humillación de solo pensarme pronunciando las palabras mágicas. No podía pensar la idea de contarle a alguien que...Tom me había... ¡Era vergonzoso! ¡Era repugnante! Era... era... una condena para él. No paré de darle vueltas al asunto en toda la noche, sin siquiera poder distraerme con una película. ¿Qué le había pasado a mi hermano por la cabeza para querer tener sexo conmigo? Me sentía responsable, era mi culpa, estaba seguro, no sabía muy bien qué era lo que había hecho para incitarle algo así, pero de seguro algo en mis borracheras debía de haber pasado. Negue con mi cabeza, y agarre flores del frasco que reposaba en la mesa ratona, puse todo en el Lillo, enrollándolo y dándole una lamida para cerrarlo. Nunca había armado porros en mi vida, pero sólo me basto una noche entera para volverme un experto. Encendí el porro aspirando lo más que pude, noté dos pares de ojos posados en mí. No voltee a verlos, no me interesaba recibir sus miradas de extrañeza.

Comencé a relajarme, pero sin poder sacar el tema de Tom de mi cabeza, no podía dejar de pensar en que momento le hice confundirse de esa manera... Aunque, confundirlo no le servía de excusa para hacerme lo que me hizo. Mis manos comenzaron a temblar con el solo recuerdo de su lengua paseándose por mi cuello. Cerré mis ojos y dejé reposar mi cabeza en el sillón.

Me terminé el porro en unos minutos, comencé a picar las flores para hacerme otro. Me sentía totalmente drogado, todo se me daba vueltas, pero necesitaría más de eso para dejar de pensar en Tom.

- Eyyyyyyy antiojudooooooo. ¿Cómo andas Bro? - De reojo vi como Gustav entraba a la casa de huéspedes.

- ¿Está Mamá en casa? ¿Quién te abrió la puerta? ¿Cómo entraste men?

- Tu madre me ha dejado pasar... - De repente silencio. Volteé la cabeza en dirección hacia ellos, Gustav me miraba completamente extrañado, preocupado, esquivé sus ojos, y llevé el porro a mi boca, encendiéndolo, e inhalando mi amada salvación.

-¿Bill? – Ignoré su llamado, reposé mi cabeza en el respaldo del sillón otra vez, poniendo mi mirada en el techo.

-No te gastes, está hecho un muerto. No habla.

¿Did you still remember me?Where stories live. Discover now