—Guauuuu...
Paso la rama del árbol que había levantado y me quedo mirándolo todo, no es algo lujoso y moderno lo que tengo delante, es algo simple y maravilloso.
Es un lugar verde lleno de árboles y plantas silvestres, pero entre esa vegetación, hay una chorrera oculta, es una especie de cascada larga y pequeña, algo natural y único y para hacerlo más espectacular está lleno de mariposas de diferentes colores revoloteando por allí.
—Este es mi lugar favorito de todo Madrid —murmura, mirándome a los ojos.
La verdad es que entiendo que ese sea su lugar favorito, creo que a partir de ahora también será el mío.
—Si no te gusta me lo dice y vamos a otro sitio, sé que a mucha gente esto no le gustaría, no hay restaurantes, casas, cobertura, gente, no hay nada y por eso sé que a la mayoría de las personas no les gustaría estar aquí, pero por eso me gusta a mí, para mí esto es algo especial, un lugar tranquilo dónde puedo olvidarme de todo
—Este es uno de los sitios más maravillosos que he visto en mi vida, puede que no haya todas esas cosas que has dicho, pero qué más da, eso no es lo más importante.
—Estaba convencido de que te gustaría, por eso te he traído aquí.
—Gracias otra vez.
—Siéntate —dice señalando una gran roca alta que hay delante de esa cascada.
—¿Cómo conociste este lugar?
—Bueno...—Empieza a hablar y veo como su mirada se entristece.
—Perdón, soy muy entrometida, si no quieres no tienes por qué decírmelo.
—No, da igual, tú me has contado muchas cosas sobre ti y yo también quiero hacerlo.
—Está bien, pero si de repente no te sientes cómodo puedes callarte, no voy a enfadarme.
—¿Te acuerdas cuando esta mañana te he dicho que yo pasé por algo parecido a lo tuyo?
—Si —afirmo, intrigada por lo que me va a decir.
—Pues no fui yo exactamente el que pasé por algo así, fue mi hermana, a ella un día empezó a dolerle mucho la barriga, después la garganta, la cabeza, así sucesivamente. Mi padre era médico así que la llevamos a su hospital y le dijeron que sería solo un virus, después le dijeron que sería un resfriado, ella cada vez estaba peor, pero nadie sabía lo que le pasaba, hasta que un doctor averiguó que tenía VIH —dice callándose y limpiándose una lágrima.
—Lo siento muchísimo...
—Tranquila, más o menos ya lo tengo superado, hace diez años de todo esto y con ayuda he aprendido a seguir adelante
—Ella...—Quería preguntarle cómo estaba, pero no sabía cómo hacerlo, tenía miedo de su respuesta.
—Si, ella murió hace 10 años, tenía 25 años y yo 15, era solo un niño, no entendía que le pasaba a mi hermana, no sabía porque nadie la ayudaba, ni siquiera mi padre que era médico sabía qué hacer y eso me desesperaba. —Sin pensar lo que estaba haciendo lo abracé, sabía que lo necesitaba.
—Si no quieres continuar lo entiendo.
—Si que quiero, necesito decírtelo —dijo, cogiéndome de la mano y continuó hablando—: Cundo se enteraron de lo que tenía ya era demasiado tarde, además en aquella época no había tratamientos cómo los de ahora. Ella se quedó en el hospital, yo iba todos los días a verla, la intentaba animar y hacerla reír, no quería que ella estuviera triste y la verdad es que lo conseguía, yo no me iba de allí sin verla sonreír. —Cogió aire y se fue al lado de la cascada, yo no me levanté pensaba que quería estar solo.
—Ven —me dijo de repente, así que rápidamente me levanté y fui a su lado. —Me daba muchísima rabia que al enterarse de lo que tenía mucha gente la dejó de lado, la juzgaban y no querían saber nada de ella, pero mi familia nunca hizo eso, siempre estuvimos a su lado. —Oírlo hablar me entristecía, me sentía completamente identificada, pero con el hecho de que, a mí, mi familia también me dejó tirada.
—De verdad que si no quieres continuar te entiendo —le repetí viendo que estaba llorando, pero el continuó hablando.
—Una noche tuve un mal presentimiento, así que me escapé de casa y entré al hospital sin decir nada, al llegar a su habitación, vi que ella ya no era la misma, sabía que no le quedaba mucho tiempo, así que me senté a su lado y le cogí la mano. Le dije que no me iba a separar de ella, que estaría a su lado siempre y ella me dijo "Moon, eres una de las mejor cosas que me ha pasado en la vida, eres el mejor hermano que he podido tener, y sé que eres fuerte, quiero que cuides a mama y papa, a partir de ahora todo va a cambiar pero tú puedes arreglarlo, también quiero que vivas tu vida y seas tú mismo, que digas todo lo que te pase por la cabeza, porque hermanito tu eres único y mereces ser feliz", después de eso cerró los ojos y se fue para siempre. Esa misma noche yo cogí mi moto y descubrí esto, este es el lugar dónde vengo cada vez que quiero pensar, este lugar me tranquiliza.
Después de eso no dije ni una sola palabra, sabía que cualquier coa que dijera no iba a servir de nada, así que le cogí su mano y la apreté, solo quería que supiera que yo estaba aquí, que no se sintiera solo.
—Gracias —susurro.
—¿Por qué? —pregunte extrañada. Aquí la única que tenía que agradecer algo era yo por que el me lo hubiera contado.
—Te necesitaba, nunca le he contado esto a nadie, nunca he dicho lo que me dijo mi hermana, eres la primera. Ese día que te vi por la calle me dejaste fascinado y cuando me dijiste que tenías VIH, sabía que era mi destino, tenía que estar a tu lado, ayudarte, hacerte reír e intentar que no estuvieras triste, a lo mejor con mi hermana no pude, pero a ti lograría hacerte feliz.
—Gracias a ti por contármelo.
—Bueno, basta de tristezas por hoy, que ya hemos tenido muchas en la vida, he venido aquí para hacerte pasar un buen momento y lo estoy arruinando.
—No estás arruinando nada, me estás haciendo pensar en todo y me gusta.
—Anda vámonos a comer algo que ya es hora.
—Está bien, vamos.
Subimos a la moto y nos dirigimos a la ciudad, pero ya no me sentía la misma chica que antes, Moon en tan solo un rato me había hecho abrir los ojos, me ha hecho darme cuenta de que hay gente peor que yo, y que siempre va a ver gente que juzgue y critique, pero que lo importante es que yo sea feliz y no haga caso a lo que piensen los demás y solo por eso ya agradecía haber venido a Madrid, ya que gracias a eso lo que conocido a él. He conocido al chico que sé que no me va a dejar caer, porque aunque solo hace un día que lo conozca ya lo puedo considerar mi amigo.
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Aquí os dejo el capítulo 14
Se que ha sido un poco emotivo, pero quería que conocierais un poco más a Moon ¿Qué os está pareciendo de momento?
En el próximo capítulo lo seguiremos conociendo, por lo menos podemos decir que Mar ya tiene otro amigo.
PD: Porque no todos los príncipes son chicos malos o tienen los ojos de colores. A veces lo más sencillo es lo que más destaca.
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Lazo Rojo
Teen FictionUna noche de invierno. Bajo la luz tenue de la habitación. Una fiesta. Una borrachera inesperada. Acompañada del hombre que creía ser el adecuado. Una imprudencia. Un destrozo. Algo que marcará el resto de mi vida. Mi destino. Una historia llena de...