—Espera —me orden Moon—, antes de hacerme la pregunta ¿Qué te parece si pruebas el bretzel?
—Si porfa, ya tenía ganas de que lo dijeras, solo oliendo ese delicioso aroma hace que se me haga la boca agua.
—Pues vamos, me coge la mano y me guía hasta el puesto de comida ambulante.
—Hola Ana, está es mi amiga Mar y voy a enseñarle cual es la comida más deliciosa del mundo, así que sírvenos dos bretzels de los de siempre.
—¡Moon! —saluda Ana, al mismo tiempo que sale del puesto de comida y lo abraza— Cuanto tiempo, ya te echaba de menos.
—Si, es que he estado un poco ocupado últimamente, pero a partir de hoy vendré más veces.
—Eso espero, y esta preciosidad es Mar ¿no?
—Si —digo sonrojándome.
—Pues encantada de conocerte, si Moon te ha traído aquí es porque tienes que ser muy especial para él.
—¡Ana! —le regaña Moon.
—Bueno, me callo que el niño se avergüenza, ahora mismo os sirvo el pedido.
Una vez tenemos los bretzels nos despedimos de Ana y nos vamos, pero no sin antes prometerle que vamos a volver muy pronto.
—Dios santo esto está delicioso —exclamo, relamiendo mis labios —. Por cierto, Ana parece una mujer muy agradable.
—Sabía que te gustaría, y sí que lo es, es como mi segunda madre.
—¿Por qué ha dicho que nunca has traído a nadie aquí? —pregunto curiosa.
—Eso no sirve de pregunta, porque tú no la puedes responder.
—Ya, pero quería saberlo soy muy curiosa, pero no tienes por qué contestarme.
—No te preocupes, este sitio me lo enseño mi hermana, aquí veníamos muchas veces los dos y cuando se murió venia yo solo para recordarla, por eso nunca he traído a nadie, era como nuestro lugar especial.
—Lo siento, siempre la cago hablando de más.
—No has cagado nada, hablar de ella contigo es diferente, no lo veo como un recuerdo triste solo feliz, por eso te he traído a ti, porque sabía que lo apreciarías tanto como ella.
—Pues gracias de verdad, estando contigo me siento bien, es como si te conociera de toda la vida y eso me gusta.
—Lo mismo pienso de ti, es como si tuviéramos una conexión especial, te entiendo sin hablar y eso es difícil de encontrar en alguien.
—Si que lo es, ¿Pasamos a la siguiente pregunta?
—Si, ya estoy preparado.
—Está no será una pregunta tan buena como la tuya, es una que se suele preguntar todo el mundo, pero... ¿Cuál es tu hobby? ¿Qué haces en los tiempos libres?
—No sé si es un hobby, pero yo dos días a la semana voy al hospital, cuando estuvo mi hermana ingresada vi que había muchos niños que también lo estaban pasando mal, así que dos años después decidí volver allí, quería intentar animarlos. Así que desde los 17 años voy dos días a la semana al hospital, a veces me visto de payaso, otras veces les traigo juguetes o les leo cuentos, es una manera de que por unas horas los niños y niñas se olviden de lo que tienen y que se sientan normales, me gusta ver sus reacciones de felicidad, y solo por eso ya vale la pena ir allí.
Al acabar de hablar me quedo fascinada, no entendía como un chico tan joven era capaz de hacer algo tan bueno. Para muchas personas un ídolo o un héroe sería un cantante, un jugador de futbol, un actor, pero un héroe de verdad es quién ayuda a los demás sin recibir nada a cambio, es quien intenta sacar una sonrisa a la gente y él es un héroe.
ESTÁS LEYENDO
Lazo Rojo
Teen FictionUna noche de invierno. Bajo la luz tenue de la habitación. Una fiesta. Una borrachera inesperada. Acompañada del hombre que creía ser el adecuado. Una imprudencia. Un destrozo. Algo que marcará el resto de mi vida. Mi destino. Una historia llena de...