Pidge.

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Probablemente Katie había despertado mas temprano de lo usual por la ansiedad, ni siquiera ella misma lo sabia, la tarde de ayer había sido de locos.

Ella se había acercado a sus compañeras, sorprendentemente, agradándoles.

Pero para ser parte de su grupo de amigas (o zorras, como personalmente llamaba en secreto) debía hacer algo primero, cualquier cosa estaría bien para ella siempre y cuando no fuera acostarse con alguien o matar.

Pero, relativamente tenia un reto "sencillo"

Lance McClain era un chico latino bastante atractivo, que había roto el corazón de todas esas chicas, asi que esas cuatro cabezas huecas le tenían un odio desmedido al joven, quien nunca parecio lamentarse de sus acciones.

Katie no conocía los detalles, pero si era tan malo como le contaban, entonces, debía de poder hacerlo, ¿No?

En ese punto de su adolescencia, haría lo que fuera por no ser mas molestada con ser una nerd o poco femenina.

Aun mas porque por fin podría vestirse como un niño, cosa que amaba hacer y ahora nadie podría juzgarla, porque nadie la reconocería.

El dia de ayer, sus futuras amigas le habían cortado el cabello, hablaron con todos sus maestros de la "transformación" de Katie y juraron no revelar nada como parte de un plan bien elaborado.

Katie al llegar a casa, fue recibida por un abrazo y mimos de su hermano mayor, quien supo una verdad a medias, Katie no podía verle a la cara y decirle que esa "transformación" era para que esas chicas se vengaran de un chico con el que ella nunca antes había entablado conversación.

Matt, feliz de que su hermana menor por fin hacia amigas, le regalo sus viejos lentes y la bautizo como "Pidge Gunderson" besando su mejilla y dejándola sola en la sala con un huracán de sentimientos que fueron olvidado cuando dormía, pero parecían despertar con ella esa mañana.

Se arreglo con la ropa de su hermano mayor, tomo también la mochila vieja de este y salio después de darle un beso en ambas mejillas a sus padres, que jamas cuestionaron su apariencia o gustos.

La familia de Pidge estaba llena de "nerds" pero eran amorosos y protectores unos con otros, si algo andaba mal, lo demás lo intuían, y Pidge estaba perfectamente bien.

Al llegar a la escuela, y ser presentado como un estudiante de intercambio, Pidge tomo su lugar y las clases como acostumbraba, para la hora de salida, darían inicio al plan de esas chicas.

Se debía dirigir a un club en especifico, "Voltron" se llamaba aquel club, y los miembros se autodenominaban como "paladines" nadie tenia idea de que hacían o eran en especifico, pero saberlo no era la misión de Pidge, camino a paso lento al salón de ese club, pero apenas iba a tocar la puerta, esta se abrió de improvisto, chocando con ella dos personas, haciendo que los tres terminaran en el piso del otro lado del pasillo.

–¡Ay, dios mio! ¿Estas bien? – aquella voz era dulce y educada, femenina, Pidge se acomodo los anteojos y vio a la chica morena con la cabellera pintada de blanco casi platino, arrodillada a su lado, la mas pequeña, asintió aun desde el suelo. –¡Miren lo que hicieron! Mas vale pidan una disculpa, Lance, Hunk– sus ojos volvieron a ver a su alrededor, notando a esos dos chicos a una distancia de ella pero también en el piso, mareados.

El mas grande y regordete fue el primero en reaccionar. Miro al otro y le tendio la mano para ayudarle a levantarse –Lo siento, normalmente me veo arrastrado a los planes de ese idiota, ¿Te hicimos daño? – Pidge estaba sin palabras, desconcertada, negó vagamente.

–¡¿Idiota!? ¡Te recuerdo soy tu mejor amigo y estoy aquí en el piso todavía! –un llamado exagerado y dramático capto su atención, Lance McClain, su misión, estaba literalmente a sus pies con el ceño fruncido y los brazos cruzados, extendiendo después la mano para recibir ayuda, sacudiéndose el polvo. –Lamento de todas formas el choque, ¿Seguro que todo bien? –

Pidge volvió a asentir.

–En realidad, estaba buscando un club. – agrego, acomodando sus lentes y jugando con el borde su sudadera naranja –Se llama Voltron. Escuche que tienen una vacante y yo tengo mis tardes libres. – Mas tardo en decir aquello, que lo que aquella chica y Hunk la metieron al salón.

Lance se quedo atrás, chillando sobre haber sido abandonado y caminando adentro otra vez.

Una vacante.

Aquello le daba mala espina, miro a todos lados del pasillo esperando encontrarse con esas "señoritas" que le odiaban, pero al no ver nada, bufo. Tal vez solo estaba siendo paranoico.

Carraspeo y se metió al salón. 

Mentiras /Plance/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora