Lunes.

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Lance vio a Pidge, coloco su brazo sobre su hombro y sonrio altaneramente, guiñando su ojo izquierdo –Por lo visto, estas atrapado toda la semana conmigo, pequeño. – murmuro antes de revolver su cabello e irse a buscar algo entre los cajones de un mueble bastante alto que tenían en el salón, Pidge se encogio de hombros y asintió, esperándolo paciente junto a la puerta, colgándose la mochila naranja que no abandonaba por nada.

Hace poco Allura se había ofrecido para cambiar de días con ella, para no sentirse tan asfixiada con el cubano, pero Pidge se había rehusado, oportunidades asi no aparecían dos veces en su vida. La albina asintió, marchándose alado de Keith, ese dia ella le acompañaría a el a dejar algunos paquetes, mientras Hunk se encargaba con ayuda de Shiro de ir al hospital.

Dejando al moreno y a la pequeña castaña sola, alistándose para irse a lo que era su tarea del día "Regar todas las plantas del instituto" las palabras brotaban de la pequeña pizarra, dibujando una sonrisa en el rostro pecoso de Pidge.

–¿Cómo quieres tomar el trabajo? ¿Lo hacemos por separado o juntos? – la voz de Lance resonó en la habitación, tenia una manguera colgando de su cuello y dos regadores de plantas, ambos eran reciclados y estaban hechos con botellas de agua, sujetos por el mango, extendiéndole el verde a Pidge, sin borrar la sonrisa tranquila.

–¡Juntos! – exclamo ella, carraspeando –Quiero decir, juntos, no conozco mucho de la escuela todavía– se apresuro a excusarse. 

Lance parpadeo y rio, asintiendo varias veces –No te preocupes, nadie te culparía por querer estar con este lovely boy. – Pidge rodo los ojos y tomo el que se le extendía.

Comenzaron por el interior de la escuela, Lance estaba tranquilo, no daba sus chistes irreverentes o trataba de llamar la atención de alguien mas, miraba en ocasiones a Pidge y cuando esta lo descubría, solo le sonreía.

Cuando llegaban a una planta falsa, Lance la detenia y le mostraba como identificar aquellas que no eran reales, de alguna forma, la platica se fue extendiendo de plantas a sus pasatiempos.

Pidge descubrió que a Lance le gustaba tocar la guitarra y era fanático de las caricaturas por culpa de sus sobrinos, quienes eran su adoración.

Lance supo que Pidge tenia un hermano mayor y que era un consentido, que siempre se le dificulto hacer amigos por ser todo un nerd, ante esas palabras el cubano la miro.

"No deberías cambiar quien eres para encajar, ¿Sabes?" acaricio su cabeza "¿Y que si eres un Nerd? Estoy seguro que algún día...podrás llamarnos a nosotros _amigos_ " le dijo con una sonrisa tranquila, y Pidge sintió un hueco en su corazón.

...

¿Cómo podría traicionar esa confianza? ¿Esa sonrisa? ¿Esa amabilidad?

Siguieron hablando, de videojuegos, de comida y ocasionalmente de algún libro o película que les gustase a ambos, de alguna forma, habían terminado de regar toda la escuela y salones, quedándose la tarde entera en el castillo, hablando por horas, hasta el regreso de los demás, quienes se sorprendieron de verles juntos tan calmados.

Pidge se despidió con la mano, sin mirar atrás.

Lance la imitio, pero el se quedo con sus amigos, Allura le sonrió.

–Yo creo que esta vez, se va a quedar. – Comenzó ella, recogiendo sus cosas, Lance miro la puerta otra vez

–Eso espero, es un buen chico...no le haría daño a nadie, ¿Verdad? – Pregunto, con duda, como si el cubano tuviese miedo de algo, se colgó la mochila al hombro, y camino a Hunk, siendo recibido por un gran abrazo de este.

El silencio se rompió cuando el chico se separo y respiro profundo –¡Estoy bien! Dejen de preocuparse ¡Para probarlo, les invito una malteada el fin de semana! – todos asintieron –...yo los invito, ustedes pagan– y después solo era un Lance corriendo por los pasillos a la salida y los demás paladines quejándose a su espalda, tratando de alcanzarlo. 

Mentiras /Plance/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora