Al día siguiente. En la escuela secundaria de South Park. Todos estaban impactados al ver al azabache sin su gorro favorito. Algunos se burlaban, otros sólo lo miraban, las chicas se derretían al verlo tan bien peinado; de igual forma todos se ganaban la seña de Craig, acompañado de su inexpresiva cara.
Sus amigos le preguntaban que había ocurrido con su chuyo, pero el sólo evitaba la pregunta, si les decía lo molestarían por el resto de su vida y lo llamarían marica. No quería eso.
Esperó al que día terminara y fue a ver a Tweek como lo prometió, tocó la puerta de su casa y su madre le abrió.
— ¿Vienes a ver a Tweek de nuevo? ¡Qué adorable! Pasa. -habló conmocionada la madre del rubio.
Craig subió las escaleras sonrojado. No es adorable ir a ver a tu amigo cuando está enfermo ¡Es normal!
Golpeteó la puerta y entró. Se dio cuenta de que Tweek no estaba solo el día de hoy. Se encontraba con uno de los chicos góticos, Pete, para ser exactos.
— Veo que no he sido el único que pensó en venir a cuidarte. -habló molesto.
— O-oh Craig ¡Gah! Pete quiso venir en cuanto supo de que estaba en cama.
— Así es, no sabía que Craig Tucker se preocupaba de la gente, que...interesante. -lo miró de arriba abajo con desagrado. Nunca le había caído bien, de hecho nadie le caía bien.
— Como sea. -rodó los ojos- Solo vine por mi chuyo y me marcho. -dijo sin mirarlos aún molesto.
Estaba... ¿Celoso?
Tweek se levantó y le pasó su gorro favorito mirando su expresión con extrañeza. Se veía bastante enojado. Craig le arrebató bruscamente el chuyo de las manos y se fue a su casa, no si antes decirle "cuídate" seco sin mirar atrás. El rubio estaba confundido. Su amigo estaba actuando de manera extraña desde ayer. Se volvió a acostar y siguió charlando con el de mechas rojas.
— Es raro, pareciera que a Craig le importas bastante. -habló Pete.
— Ngh, siempre ha sido bueno conmigo. No es tan extraño, supongo.
— Pero viniendo de él, lo es... -Pete estaba celoso- Bueno, me voy. Se me está haciendo tarde. -le revolvió el cabello con afecto- Recuperate pronto niño. Extraño verte en la cafetería.
Y se fue. El chico anti-conformista estaba enamorado de Tweek. Aún no había tomado la valentía para decírselo, pero lo iba a enamorar cueste lo que cueste, aunque el no fuera gay.
Al otro día Tweek ya se encontraba mejor para ir a clases. Fue y saludó a sus amigos, quienes le preguntaron que le había pasado y que lo habían extrañado, todos excepto Craig, quien sólo lo evitaba.
El rubio se fue donde Wendy, su mejor amiga a charlar. El azabache lo miraba. Estaba más bello que antes, pensaba. Durante el transcurso del día no le habló en ningún momento, sólo se dignaba a mirarlo de lejos, contemplando su rostro. De un momento a otro lo perdió de vista y decidió ir a buscarlo, vió a un montón de gente en el patio diciendo ¡Pelea! ¡Pelea! repetidas veces. Fue a ver si Tweek también estaría allí observado el espectáculo y efectivamente, estaba ahí, pero no observando, si no peleando.
— ¿¡Qué dijiste pendejo!? -preguntó el rubio exaltado.
— ¡¡La cafetería de tus padres da asco!! -vociferó su contrincante desafiándolo.
— ¡¡Te voy a patear el culo, marica!! -gritó enfadado y le dio un puñetazo. Tweek iba ganando, era bueno peleando. Su adversario se veía muy arrepentido de haberse metido con él.
El pelinegro lo miraba estupefacto. Sabía que el era buen peleador, pero al parecer había mejorado mucho su técnica.
— Mierda, soy gay. -soltó y se tapó la boca rápidamente al escuchar las palabras que habían salido de esta. Miró para todos lados esperando que nadie lo hubiese escuchado, sin embargo, todos estaban tan concentrados en la pelea que nadie tomó en cuenta su comentario.
Clyde quien recién había llegado se ubicó a su lado y exclamó asombrado "¡Joder, Tweek, pateale las bolas!"
Cuando terminó la pelea el rubio se levantó vencedor, dejando a su rival en el suelo. Craig se acercó a felicitarlo.
— ¡Mierda amigo! ¡Eres muy bueno! -Lo elogió sorprendido por todo lo que presenció.
— ¡Gah! G-gracias. -le agradeció tímido.
— ¿Te acompaño a casa? -le preguntó el pelinegro. Al darse cuenta de lo que hacía se retractó- Di-digo... ¿Nos vamos juntos? Mi casa queda cerca de la tuya.
El rubio lo miró confundido. Otra vez está actuando extraño.
— Está bien. -le sonrió y se fue a buscar sus cosas. Craig hizo lo mismo.
¡Craig que mierdas dices! Tweek no te gusta, no eres gay, te gustan las chicas no los pitos ¡Imbécil! -se decía para sus adentros tratando de convencerse.
Esperó a Tweek fuera de la escuela, quien a pocos segundos después llegó.
— Bueno ¿Nos vamos? -le dedicó una sonrisa, que luego se esfumó y volvió a su cara sin expresión alguna. 'Deja de sonreirle'.
— Va-. -iba a decir 'vamos' hasta que un grito que se escuchó a lo lejos lo interrumpió.
— ¡Tweek! ¡No te había visto! -Era Pete. Craig al verlo se asqueó. Le molestaba su presencia, sobre todo cuando estaba cerca de su rubio.
— Oh, hola Pete. -lo saludó contento.
— Veo que estás en buena forma ¿Te acompaño a casa? -Oh no, claro que no teñido.
— Lo siento, pero se va ir conmigo. Tenemos mucha tarea que hacer ¿Vienes Tweek? -le dijo Craig mirando a Pete desafiante. Tomó de la muñeca al rubio y se lo llevó en dirección contraria sin dejarlo responder si quiera un 'vamos'.
Una vez ya lejos del chico de mechas rojas, el de cabello alborotado se soltó del agarre y habló.
— Te comportas extraño...
— ¿¡Qu-qué!? -el pelinegro paró en seco soltando su muñeca- ¿Qué quieres decir con eso?
— No sé... te- te preocupas demasiado por mí últimamente. Es mucha presión. -soltó sin hacer contacto visual mirando la acera.
— ¿Y eso qué? Eres mi amigo, es normal. -lo miró frunciendo el entrecejo.
— Cuando Clyde se enfermó te importo una mierda.
— Clyde es Clyde, es inmune a todo y además lo conozco hace tiempo. -dijo Craig ya molesto- ¿A qué quieres llegar con esto? Si quieres te dejo tranquilo.
— ¡Gah! N-no... -suspiró- Da igual. Olvídalo, soy un idiota.
Craig sonrió. No lo habían descubierto.
— ¿Vamos? -preguntó dibujando una sonrisa en su rostro para calmarlo.
— Vamos. -le sonrió devuelta.
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El chico de cabellos dorados | Creek
FanfictionCraig Tucker vivía su monótona y aburrida vida como siempre, hasta que un día de los tantos que llegaba tarde; un nuevo chico de dorados cabellos llamado Tweek Tweak se presentó cambiando todo por completo. ¿Qué ocurrirá después de su encuentro? ¿Q...