9.

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Demasiadas emociones para una sola noche. Craig Tucker, el chico que rara vez se le veía sonreír estaba contentísimo, nadie podría borrar su sonrisa ni cambiar su buen ánimo ¿La causa de esto? Era aquel chico de cabellos dorados, revolucionó su mundo, transformándolo por completo. Después de todo no era tan malo si el estaba ahí.

Despertó con una sonrisa, aún abrazaba Tweek, quien se encontraba dormido como un lindo bebé. Se acomodó y le echó una mirada a Token y a Clyde, quienes ya no estaban acostados, al parecer se habían levantado hace no mucho. El azabache quiso aprovechar que ellos no estaban para volver a acurrucarse con su amado y plantarle un beso en la mejilla. Se veía adorable durmiendo, su corazón se dio vuelta al verlo tan dulce y vulnerable a la vez, le daban ganas de volver a sentir sus labios contra los de él como la noche anterior, pero se resistió. Lo siguió contemplando hasta que despertó. Abrió sus hermosos ojos azules y se juntó con la mirada de Craig. Se asustó y se separó.

— Buenos días Tweek. -lo saludó con su tono monótono de siempre y con la ceja alzada.

— Bu-buenos días. -se puso de pie nervioso observado su alrededor- ¿Y los otros?

— Abajo, supongo. -se encogió de hombros- ¿Te irás?

El asintió sin mirarlo. Vaya, que tajante. Bajó las escaleras dejando al azabache solo.

Se levantó con el pie izquierdo.

Salió después de él y se encontró con sus amigos -aún en pijama- desayunando. Tweek estaba en el baño lavándose.

— ¿Qué hay Tucker? -le saludó Token con una sonrisa.

— ¿Y Tweek? -preguntó levantando una ceja con picardía.

— Ni idea. -respondió sin darle importancia y ubicándose a su lado.

— ¿Cómo está el colchón? ¿No lo rompieron, verdad? -preguntó Token con el mismo tono que Clyde. Y a estos que mierda les pasa.

— ¿Qué mierda? -levantó la ceja sin comprender.

— Se veían tan lindos acurrucados así, hasta les tomé una foto. -habló el castaño enseñándole la foto de ellos abrazados. Craig se sonrojó. Era verdad, se veían lindos. Sobre todo Tweek.

— ¿Y-y eso qué? -tartamudeó- Somos novios, no deberían sorprenderse.

— Tú decías no ser gay y que era todo fingido. -rió el afroamericano.

— Métanse en sus asuntos par de maricas. -gruñó enseñándoles el dedo, ellos se mataron a carcajadas.

Al rato llegó Tweek, quien también recibió las bromas del par de idiotas. Al parecer le molestaba bastante, así que sólo los ignoró. Craig se ubicó a su lado.

— ¿Qué sucede? -le susurró al oído preocupado por su comportamiento.

— Nada ¿Por qué? -le respondió sin mirarlo, inexpresivo. Esto era raro en él.

— Te comportas de manera extraña... ¿Es por lo de anoche? ¿Verdad? -preguntó angustiado. Esperaba que no fuera por eso. El rubio se quedó callado y lo miró sin expresión alguna.

— Tenemos que hablar.

Craig tragó saliva.

— ¿Ahora? -Tweek negó con la cabeza.

— Te veo en la cafetería más tarde.

Siguieron conversando con sus amigos, sin embargo, se sentía la tensión en el ambiente. El azabache para animar la cosa habló.

— ¿Saben? ustedes anoche si que hicieron cositas gay ¿Creyeron qué no nos daríamos cuenta? -sonrió de lado y miró a Tweek guiñándole el ojo. El se estremeció en su asiento.

— Nosotros... ¿¡Qué!? -cuestionó alarmado Clyde.

— Enséñales. -ordenó Craig. El rubio sacó su teléfono y envío la foto en la que ambos salían besándose al grupo que tenían en whatsapp.

— ¿¡QUÉ MIERDA!? -se alteró Token- Que hijos de puta. No se lo envíen a nadie, Nichole me mataría.

— Ni a Bebe, son unos maricas sin vergüenza. -se enfadó Clyde, ellos solo rieron orgullosos de su broma.

— Lo enviaré al chat con Jimmy. -dijo con malicia Tweek. Viendo sus caras de preocupación y vergüenza añadió- Saben que no es un charlatán. Quedará entre nosotros al igual que la foto que ustedes sacaron de...Craig con- conmigo. -miró al azabache. Tenía tantas cosas que decirle.

— Está bien. -bufó el castaño.

Luego de eso los chicos se arreglaron y volvieron a sus hogares. Craig se ofreció a dejar a Tweek a su casa, pero el se negó. Necesitaba pensar y ordenar sus ideas, estaba realmente confundido. Él aceptó y quedaron de juntarse a las 6pm en la cafetería de sus padres. No iba a negar que estaban nerviosos, ambos, después de lo que pasó a noche se sentían diferentes el uno con el otro y necesitaban conversar urgentemente.

Craig fue rumbo a la cafetería donde se encontró con sus suegros, quienes estaban muy contentos de verle, en verdad lo amaban como si fuera su propio hijo, a veces más que a Tweek. Les preguntó donde se encontraba y le dijeron que en la bodega. Asintió y fue donde su chico temblando y con las manos sudorosas. Se decía a si mismo que parecía un tonto actuando así, que sin importar lo que le diga debía aceptarlo. Respiró hondo y entró.

— ¿Tweek?

El rubio se sobresaltó. Se encontraba ordenando las bolsas y por el susto terminó tirándolas todas.

— Déjame ayud-.

— No importa. -lo interrumpió- Puedo solo. -recogió todo y se sacó el delantal, para dirigirse al más alto.

— Tenemos que hablar de lo que pasó anoche.

— Ngh, lo sé... Por eso te invité. Yo-. -hizo una pausa- Lo siento Craig.

— ¿Por qué? -lo miró perplejo.

— Y-yo...L-la verdad estaba bajo el efecto del alcohol y... ¡Agh, es demasiada presión! -se jaló sus dorados cabellos con nerviosismo. Craig quiso calmarlo, pero el lo detuvo- Mira, si te besé fue por eso, nada más, lo nuestro no es real y nunca lo será. No somos gay. -soltó por fin.

— Ya lo sabía, te quería decir lo mismo. -mintió.

Ambos sabían que ninguno de los dos había ingerido alcohol en la fiesta de Clyde, los únicos que bebieron fue él y Token, la pareja se rehusó a hacerlo. Igualmente optaron por seguirse la corriente para no tensar más las cosas.

— Ngh, deberías salir con algunas chicas... Ya sabes... -bajó la mirada- para que no te confundas.

— ¿Y el pueblo? Se darán cuenta. -se cruzó de brazos. Realmente no quería salir con chicas, le daban asco, siempre le han dado asco. ¿Por qué no acepta de una buena vez sus sentimientos por él?

— Sé discreto, duh. Además ya ni les importa lo nuestro. -dijo obvio.

— Como quieras.

Se sentía arruinado, pensaba que las cosas serían distintas y empezarían una relación real, pero no. Fue rechazado por su único amor y tenía que aceptarlo, no era gay, jamás sería correspondido.

En cambio Tweek simplemente le sonrió, pero no era una sonrisa de verdad, por dentro sentía un dolor en su pecho, como si lo que estaba haciendo estaba mal y terminaría lastimado. Cada vez que estaba con Craig se sentía feliz, protegido, sin embargo, ahora lo estaba alejando de su lado para que fuera feliz y le dolía bastante, no entendía el porqué de esto, sólo deseaba que el pelinegro estuviese con alguien que lo quisiera de verdad o tal vez no quería aceptar sus sentimientos.

El chico de cabellos dorados | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora