Desperté con la sensación de agujas en mis brazos, cuando mis ojos se acostumbraron a la luz me di cuenta de que estaba en una cama de hospital, no sabia cuanto tiempo llevaba ahí.
-Nina.- vi a Nikki junto a mi.- Hola maldita.- dijo con una sonrisa, su melena roja lucía descuidada y sus ojos estaban hinchados, parecía haber llorado durante dias.- Como te sientes?.
-Morena!.- Sadja se coloco al otro costado de la cama junto a mi.- Vaya susto que nos diste.- dijo con una sonrisa acariciando mi cabello con cuidado.
-Donde estoy?.- pregunté intentando levantarme de la cama, pero las manos de Nikki se posicionaron sobre mis hombros suavemente regresandome por completo a la cama.
-Estas en el hospital Los Ángeles. - dijo Nikki acomodando las sabanas sobre mi cuerpo.-Tenias algunas heridas Nina, entre ellas una contusión cerebral.- hizo una pausa.- Nina... que paso?.- su mirada lucia cansada.
Y fue ahí cuando recordé todo, llegando a mi memoria los recuerdos como baldes de agua fría. Velkan... las chicas muertas...sus amenazas...Daniel.
-Daniel!.- grité levantándome de golpe de la cama, sintiendo un breve dolor en mi espalda.
-Nina...- esta vez habló Sadja abrazándome.- Lo lamento.- comenzó a llorar agachando la mirada.
-No...- dije llevando mis manos a mi cara para cubrirla y empecé a llorar. Quería que todo fuera un sueño.
-Lo sentimos tanto Nina.- dijeron las dos y sentí sus brazos rodearme. Alguien mas había muerto, y era por mi. Era por mi culpa.
-Nina.- sentí un par de dedos acariciar mi mano, abrí los ojos y ví a Sadja frente a mi.- Vamos haz dormido mucho.- dijo sonriendo.
Sentía que mis parpados pesaban toneladas y que me era imposible mantener los ojos abiertos.
-Haz dormido como bebé.- dijo Nikki desde otra parte de la habitacion- Cabe mencionar que también haz mojado la cama.- rieron las dos ante la broma, intenté reaccionar de la misma manera, sin embargo ninguna sonrisa pudo dibujarse en mis labios.
-Debes desayunar.- dijo Nikki acercándome la charola con el desayuno. Me ayudo a acomodar la cama de tal manera que quedara sentada sin necesidad de hacer el mayor esfuerzo, no sentia malestar fisico pero si me sentía diferente, como si ya no fuera la misma de antes, como si me hubieran arrebatado algo de mi persona.
-Como te sientes?.- Me pregunto con una mirada llena de ternura.
-Mejor.- contesté intentando devolverle la sonrisa.- Chicas?.- pregunté tomando el té de manzanilla que tenia en la charola frente a mi.- Cuanto...cuanto tiempo llevo aquí?.
Las dos se miraron al mismo tiempo y Nikki fue quien hablo.
-Es lunes veintiuno de Noviembre Nina. Llevas aquí cuatro días, y es la segunda vez que abres los ojos estando internada.- dijo tallando sus ojos impidiendo que lagrimas empezaran a salir.
-Como me encontraron?. pregunté con un hilo de voz.- Como sabían que estaba en el departamento? cuando yo llegue solo estaba....- recordarlo me quemaba por dentro.
-El martes que fuimos al bar... que dijiste que ibas al baño y no regresaste, fuimos por ti para saber si algo había pasado, pero no estabas. Salimos a la calle a buscarte, incluso fuimos al departamento para saber si estabas ahí. Te buscamos toda la noche Nina. No podíamos esperar a que aparecieras, no con lo que había estado pasando con las chicas desaparecidas.- ese recuerdo envío escalofríos a todo mi cuerpo y sentía crecer el odio en mi pecho.
ESTÁS LEYENDO
Mía.
VampireEmilio Garcia un periodista reconocido de la ciudad de Nueva York tiene que entrevistar a Nina Santino, una bella chica procedente de Rumania que, segun le dijeron, tiene algo mas que una buena historia para contar, para el final de la noche, Emilio...