-Necesito que me diga todo lo que paso desde que llegó al bar la noche del Martes quince de noviembre.- dijo tomando asiento sobre el sillón y cruzando los brazos sobre su torso.
-Llegue al bar con mis amigas, las chicas que estaban aquí conmigo cuando ustedes llegaron.- dije empezando a recordar.- era el cumpleaños de un amigo de una de ellas, así que fuimos las tres al bar Ibiza, ubicado a unas cuantas calles del departamento...Todo iba bien hasta que.- recordé que habia empezado a escucharlo en mi mente, llamándome y que por ese motivo fui al baño, en un intento de estar sola.
-Hasta que?.- preguntó el detective Kozel.- Continé... por favor.- dijo con mirada comprensiva.- Se que es dificil.- añadió.- pero necesitamos de su ayuda si queremos solucionarlo y usted es una parte esencial en todo esto.
Asentí, tenia razon, comprendía sus palabras.
-Hasta que fui al baño, estaba solo y escuché pasos dirigirse hacia mi, empujaron la puerta por lo que quede de espaldas a mi atacante, se coloco sobre mi y empezó a decir cosas sin sentido.- dije cerrando los ojos, en un intento de calmarme.- Me dijo que tenia mucho tiempo observándome y que al fin estaríamos juntos, era Velkan.- dije mirando al detective a los ojos.
-Velkan?.- preguntó. Le hizo una señal con la mano al otro hombre que estaba junto a el y este saco una libreta y lapicero de su gabardina.- Como era Nina?.- me preguntó, indicándole al hombre que pusiera atención.
-Es alto, quizas un metro noventa, ojos grises, quijada pronunciada, tiene tatuajes que le cubren todo el cuerpo, incluso el cuello.
-Es su amigo?.- me preguntó.
-No.- contesté.- Lo conocí en la calle hace pocos dias, me lo llegue a encontrar varias veces en la calle.- recordé lo que me habia dicho, "siempre he sabido encontrarte Nina", cerre los ojos alejando el recuerdo.
-Solo Velkan? Sabe su apellido?.- me preguntó entrecerrando los ojos.
-No. Solo se que es Velkan, me dijo que era rumano.
-Que pasó después Nina?.
-Perdí el conocimiento, me desmayé. Desperté en una habitación que jamas habia visto, era muy amplia y eleganté. El estaba ahi conmigo, me dijo que....me dijo que era suya.- sentia un nudo en mi pecho.- me dijo que siempre habia sido suya, que me iria con el, no me dijo a donde solo que no nos quedaríamos en Nueva York porque sabia que me encontrarían.
-Como escapo señorita Santino?.- no pudo ocultar la curiosidad en su voz.
-Lo besé cuando me llevo el desayuno al cuarto.- dije agachando la mirada.- En un intento de que bajara la guardia, lo herí, tuvo que salir a curarse y aproveche para romper la ventana del cuarto.
-¿Le gustaba su captor señorita Santino?.-preguntó con sorpresa.
-No.- dije de forma tajante.- Pero sabia que no se esperaría un gesto así de mi parte, tome el tenedor y lo escondí sin que lo notara, espere a que se acercara a mi y se lo enterré en el cuello, inmediatamente empezó a sangrar. Pero cuando intenté huir... el en un solo movimiento estaba frente a la puerta y se quitó el tenedor del cuello como si nada.- dije bajando cada vez mas mi tono de voz hasta convertirlo en un susurro.
-Espere...- dijo el detective levantando la mano frente en mi en señal de que dejara de hablar.- me dice que le enterró el tenedor pero cuando usted se dispuso a salir el ya estaba en la puerta?.- pregunto con un gesto de confusión en su rostro.
-Sí.- dije sin mirarlo.
-Disculpe señorita Santino, pero la herida que usted le provoco me suena a una herida mortal.- dijo acomodándose en el respaldo del asiento.- Como podría alguien sobrevivir a algo asi? mas aun si fue en la yugular.
Estaba por contestar, por decirle la verdad, por decir que el no era humano, era un vampiro, un jodido vampiro que estaba matando jovencitas a diestra y siniestra con la intención de satisfacer un deseo que no podia cumplir y que yo era la única culpable y que quizás a quien deberian de encerrar en la cárcel era a mi.
-No van a creerte Nina.- pude sentir a Velkan en mi cabeza, y un deseo de morir me invadió por completo.
-No voy a dejarte, prometí regresar por ti.- seguía hablando.- Puedes decirles la verdad, eso no impedirá que lo haga, pero.- hizo una pausa.- sería una lastima matar a mas personas por ti Nina... sabes que cumplo mis promesas.- espere a que dijera algo mas, pero su voz no volvió a sonar dentro de mi.
-Señorita Santino?.- mire al oficial que me sacaba de pensamientos.- ¿Como lo explica?.
-Falle.- dije sintiéndome derrotada. Velkan lo había hecho otra vez.
Sentía la mirada del oficial sobre mi, sabia que mentía, no me atrevía a mirarlo de vuelta.
-Y que pasó después?.- preguntó luego de unos segundos.
-Salio del cuarto a curarse, dejándome sola.- mentira.- y aproveche para escapar...el cuarto tenia una ventana que casi abarcaba toda una pared, la rompí con el sofá de la habitación y por ahi salté. Corrí tanto como pude, tome un taxi y llegué al departamento....- deje de hablar.
-Y luego?.- preguntó, parecía molesto.- ¿Que pasó después?.
-Velkan estaba ahi...me estaba esperando.- no queria llorar pero las lagrimas empezaron a salir de mis ojos, trazando su camino hasta las sabanas.- Me volvió a pedir que me quedara con él, seguí negandome, y me llevo.- trague saliva con dificultad.- me llevo a la habitacion donde estaba Daniel, estaba amordazado y.- dije con un nudo en la garganta.- Velkan me hizo despedirme de el, me dijo que mataria a cada una de las personas que estuvieran en su camino para llegar a mi, por lo que le rompió el cuello a Daniel frente a mi.
Un silencio se hizo en la habitación, una pausa que cada vez era mas incomoda. Ambos detectives no dejaban de mirarme.
-Buena niña.- dijo Velkan nuevamente en mi mente.- Te haz ganado un premio.- me pareció escucharlo reír.- Quizás después de todo.- lo escuche suspirar.- no maté a esa rubia tuya que no ha dejado de mirarme desde que llegue, una verdadera lastima....este tipo de noches me hacen sentir tan hambriento Nina.
-Sadja!.- su nombre cruzo por mi cabeza para quedarse impregnado ahí.
-Tal vez ya sea hora de que descansé señorita Santino.- dijo el detective levantandose de su lugar.- Ya es tarde. Vendremos el dia de mañana para saber como va su recuperacion.- dijo mirandome detenidamente.
-Descanse...señorita Santino.
Salieron ambos oficiales de la habitación dejándome sola. Daba vueltas en mi cabeza una y otra vez cada una de las palabras dichas por Velkan hace solo unos segundos.
Escuche la puerta abrirse dando paso a Nikki y Sadja que entraban con una sonrisa en la cara, sabia que estaban nerviosas.
-Adivina que?.- Nikki fue la primera en hablar.- al parecer mañana te darán de alta Nina.- dijo con brillo en los ojos.- Dicen las enfermeras y el doctor que ya estas mejor.
Solo pude asentir con una media sonrisa en el rostro.
-Que paso?.- pregunto Nikki.- Que te dijeron? Estas bien?.
-S...si.- dije con la mayor tranquilidad que me fue posible proyectar.
-Sadja.- dije mirandole la espalda, estaba parada frente a la puerta de vidrio que daba directo al balcón que formaba parte de la habitacion.
-Dime.- contestó.
-A quien estabas mirando en recepción antes de que los oficiales terminaran de hablar conmigo?.
Nikki me dedico una mirada para luego mirarla.
-Sadja?.- preguntó la pelirroja.
Podia sentir la impotencia crecer dentro de mi, alimentando mis ganas de salir a buscar a Velkan y enterrarle una estaca de plata una y otra vez en el lugar en donde en algún momento tuvo un corazón.
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Mía.
VampireEmilio Garcia un periodista reconocido de la ciudad de Nueva York tiene que entrevistar a Nina Santino, una bella chica procedente de Rumania que, segun le dijeron, tiene algo mas que una buena historia para contar, para el final de la noche, Emilio...