Capitulo 23: Las rosas no serán suficientes

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Paulo: Te dije que quería disculparme – Contesto

Giuliana: Para qué? Solo lo haces para quedar bien, para que yo no me sienta mal y la idea de las disculpas es que las hagas porque te nazcan no porque quieras estar bien conmigo – Contesto

Paulo: lo hago porque quiero giuliana –Dijo intentando que la joven lo mirara.

Giuliana: De todas formas no quiero tu lastima sabes? Metiste la pata conmigo, pero de todas formas eso que importa, de todos modos no somos nada no debería importarte Paulo – Contesto

Paulo: Porque eres tan decorosa? - Pregunta esta ve ya bastante enojado.

Giuliana: No soy rencorosa Paulo, por primera vez en tu vida piensa en lo que hiciste por primera vez tú vida deja de pensar que estoy bien siendo tu amiga...ESTOY ENOJADA! Lo oyes? Enojada de que no puedas dejar de ser un completo imbécil desde la ves que te conocí, enojada porque aún no puedo entender que es lo que hice mal para que me dijeras cosas tan horrible. Enojada, porque sin importar que es lo que te diga lo poco que te importa me destruye – Contesto dejando sin habla al cordobés.

Paulo: No sabía que te sentía de esa manera...en realidad lo siento yo...- Intento decir pero rápidamente la joven lo corto.

Giuliana: Ya no sigas diciendo que lo sientes, de nada vale – Contesto levantándose para empezar a caminar hacia el edificio.

Paulo: Te acompaño – Respondió rápidamente apresurando sus pasos para ir detrás de ella.

Giuliana: No. No quiero que me acompañes ni que me dejes en la puerta de mi casa como un caballero solo aléjate de mí Paulo – Le contesto viéndolo directamente a los ojos.

En aquellos ojos se transmitía una mirada que paulo poco había visto pero reflejaba furia y mucha tristeza, la respiración del joven le faltó al escuchar con un ser tan dulce lo trataba de una forma tan cruel aunque se lo merecía no sabía cómo afrontarlo.

La castaña comenzó a caminar apresurada, mientras el cordobés solo observaba como ella se marchaba no tenía el valor de decirle que lo sentía a pesar de que ella no quisiera escucharlo así que solo la dejo ir.

Se decidió a irse a casa, donde llego 20 minutos después en su auto al parecer antonella se encontraba allí pero no tenía ánimos de escuchar sus gritos.

Antonella: Donde estabas!? – Pregunto histérica.

Paulo: Solo voy a tomar algo para taparme y una almohada, iré a dormir en el sofá evidentemente no querrás dormir conmigo así que para que preguntar – Contesto y decidió no decirle nada más a su novia yéndose directamente al sofá, después de cambiarse.

Los pensamientos atormentaban a paulo en aquel lugar oscuro solo iluminado por el resplandor de la luna, nunca había visto tan molesta a Giuliana sabía que la había regado completamente ya desde hace tiempo eso era algo que tenía claro.

Al día siguiente...

El cordobés estaba dispuesto a hacer que la castaña, lo perdonara aunque sabía que no iba a ser tan fácil pues la joven era bastante orgullosa no perdonaba tan fácil y más si se encontraba repleta de furia en ese momento.

Pero ya vería como hacer que la joven lo perdonara, ahora debía correr rápidamente al entrenamiento.

Más tarde el joven ya se encontraba encaminado al sitio, encontrándose a Giuliana y Melissa en el camino la castaña no parecía muy contenta de verlo pues lo fulmino con la mirada unas cuantas veces antes de llegar a su destino.

Sin embargo a él ya se le había ocurrido una idea de cómo convencerla de que lo perdonara, y esperara que funcionara aunque tuviera que hacer varios intentos. Pero porque paulo estaba haciendo esto? Si ni siquiera eran nada y el estaba desesperado porque la joven simplemente volviera a hablarle, era un impulso solo para que estuvieran bien? O algo más que eso.

Le comento a Gonzalo y a Cuadrado que haría a pesar de que el primer nombrado no estaba en muy buenos términos con el no dejaba de ser su amigo.

La castaña se dirigía a desayunar con Melissa en su oficina, para luego comenzar su jornada de trabajo luego de eso.

Melissa: Giuliana tuviste un pleito con Paulo últimamente? – Le pregunto inesperadamente su amiga al verla llegar a su oficina.

La chica la miro un poco sorprendida pues no entendía, la razón por la cual la rubia le preguntaba eso.

Giuliana: Porque lo preguntas? – Pregunto de vuelta.

La rubia solo apunto con el mentón la mesa donde justo encima de su desayuno se encontraba una rosa, con una nota pegada.

"Perdóname" estaba escrita con esa caligrafía que la joven tanto conocía, y aunque aquello le pareció un poco tierno no le prestó atención y simplemente prefirió continuar comiendo.

Pero eso no fue todo en el almuerzo llego otra nota, al lado del vaso donde había servido su jugo decía "Sé que estas enojada, 'pero necesito que me perdones no fue mi intención hacerte daño" y finalmente casi antes de terminar la práctica, una última rosa metida en el bolsillo de su chaqueta que decía "Enserio lo lamento" Giuliana solo miraba a paulo desde las gradas,

Creía que eso sería posible, que solo eso tendría que hacer para que lo perdonara? Ni de chiste, ya que sin importar lo que hiciera la castaña lo seguía mirando con esa misma expresión y eso lo frustraba más de lo que ya estaba.

Me va a extrañar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora