El interior de la casa es enorme: no es más que una sala con sofás, sillas y neveras. Bueno, y un equipo de música enorme, del que suena música altísima. En la sala, hay gente bailando y charlando animadamente: así de lejos no reconozco a ninguno.
Miro alrededor mía para buscar a mis amigos, pero todos se han dispersado por la sala. Todos excepto Mimi, que me agarra de la mano.
-¿Quieres algo de beber?-me pregunta, a lo que asiento.-Ven.
Nos movemos de camino a una barra, haciendo zig zag entre la gente que está bailando. Reconozco a algunos de otros cursos, pero a la mayoría no los he visto en mi vida. En cambio, Mimi saluda a casi todo el mundo.
-¡MARTÍ!-grita de repente la rubia, corriendo hacia un chico alto y delgado. Yo acelero el paso para no perderla.-¡Que de tiempo tío!
-Pues sí-le dice, abrazándola. - Hasta os echo de menos, quien lo diría.
-Tú lo que echas de menos es poder hacer lo que te salga de los huevos sin que te echen bulla. -responde Mimi, haciendo que Martí se ría.
-También, también. - parece que se percata de mi presencia, ya que me mira, algo extrañado. Mimi se da cuenta de su reacción y me presenta.
-¡Oh! La chica nueva que te dijo Amaia, ¿recuerdas?
-¡Hostia sí! Ana, ¿verdad? - asiento. -Bueno soy Martí, encantado. - me da dos besos. Tras eso, nos mira a las dos. - Bueno, me voy a ir a seguir a saludando a gente y eso. Coged lo que queráis de las neveras o pedid lo que queráis en la barra.
-¡Adiós!- le dice Mimi. - ¿Vamos? Martí es genial, una pena que no hayáis coincidido en el Emerald.
Nos acercamos a la barra, donde hay una chica ocupada sacando vasos de plástico de una bolsa.
-¿Mimi? - pregunta la chica, al vernos llegar. Es morena, con el pelo con un corte recto por los hombros y ojos azules.
-¡Hostias, Nat! - se abrazan por encima de la barra, emocionadas. -¿Qué haces aquí, tía?
-Martí, que a cambio de estar aquí esta noche poniendo cubatas me paga dos meses del alquiler del piso de estudiantes en el que estoy en Granada.
-Tu esperate como te pillen sirviendole alcohol a menores...-ambas se ríen, haciendo que me ría yo también. Mimi me mira y me pasa su brazo por el hombro, atrayéndome hacia ella. - Oh Ana, esta es Nat. Nat, esta es Ana, mi novia.
No sé si ha sido imaginación mía, pero he notado como hacía más énfasis en la ultima palabra. De hecho algo ha cambiado en Mimi: sonríe forzadamente.
-¿Tú con novia? - pregunta Nat, divertida. - Pensé que no te iba lo serio. ¿Tan mal rollo fui?
Se forma un silencio sepulcral entre nosotras tres, mientras miro a Nat.
-Venga, que estaba de coña chicas. - dice Nat, rompiendo el silencio. - ¿Qué queréis beber?
-Vodka rojo - digo, rápidamente.
-Roncola. Cargado, por favor.
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Llevamos por lo menos tres horas bailando y charlando con gente. Perdí a Mimi hace por lo menos hora y media: no iba muy bien y creo que se fue con Ricky a que le diese el aire.
Así que llevo todo este tiempo bailando con Miriam, Roi, Mireya y más gente. Hay que admitir que todos vamos algo alegres, pero nada más. Ninguno queríamos tener problemas al llegar al Emerald. Bueno, Mimi y Amaia eran punto y aparte.
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come what may // warmi
Fanfictionen uno de los internados más exclusivos del mundo hay tiempo para todo: aprender, disfrutar, llorar, pelear y enamorarse. 🌹