Capítulo 5

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En economía no somos mucha gente: Mimi, Luis, Mireya, y otros chicos bastantes simpáticos.

Aunque solo somos ocho en la clase, Mimi y yo nos pasamos la hora hablando por lo bajo y tonteando un poco cuando la profesora no presta atención.

Al salir de Economía, nos dirigimos al comedor, a coger unas piezas de fruta para el recreo.

Al salir al patio no puedo evitar sonreir: es un jardín enorme, con césped, árboles y bancos. A la izquierda, hay una zona con pistas de fútbol, tenis y baloncesto, y un pabellón, que supongo que será la piscina.

-¡Eh!-nos grita Miriam, que está sentada bajo un árbol, a la sombra-¿Venís?

-¡Sí!-gritamos Mimi y yo, a la vez. Nos miramos y nos reímos.

En el árbol están Miriam, Mireya, Ricky, Nerea, Aitana, Amaia y tres chicos más: el que estaba en clase con Amaia y los dos que estaban antes con el otro grupo.

-Maricona, que me comentan estos tres que no les has presentado a tu amiga-le dice Ricky a Mimi, que pone los ojos en blanco.

-Coño, ellos se pueden acercar, que no mordemos ninguna. O presentarse ellos.-responde Mimi.

-Soy Alfred-el chico que estaba antes con Amaia se levanta, se acerca a mí y sonríe.-Hago el bachiller de humanidades, pero nos veremos en las troncales. Ven.

Alfred me coge de la mano y me lleva donde estaba sentado antes. Me hace un gesto para que me siente al lado suya, así que lo hago y Mimi se sienta al lado mía.

-Les estaba contando mis vacaciones con Raoul.-me dice uno de los chicos. Es moreno, pero tiene unas mechas rubias en el pelo, y una sonrisa muy bonita.-Soy Agoney, por cierto. Y él es Raoul-señala al chico de al lado, que es rubio, y me sonríe, con unos dientes perfectos. ¿Por qué aquí todo el mundo parece sacado de un anuncio de pasta de dientes, con dientes y sonrisas perfectas?

-¿Eres canario, verdad?-le pregunto a Agoney.

-Sí, ¿tanto se me nota el acento?-me contesta riendo.

-Un poco, sí-le respondo, riendo yo también.-Yo también lo soy, más o menos. Nací allí y viví allí unos años, lo suficiente para saber que Agoney es un nombre muy canario. Mi vecino se llamaba así.

-Ala, ¿enserio? Por fin una canaria por aquí. ¿De donde eres?-me pregunta Agoney.

-La Laguna, Tenerife. Pero a los 6 años me fui a Madrid, pero sigo yendo a la La Laguna bastante. Mi familia sigue allí.

-¡Yo también soy de Tenerife! Pero de Adeje.

-¡Lah Torrehhh!-grita Miriam, imitando el acento canario y riendo. Hace que Agoney también se ría.

-A ver, no quiero sonar borde.-dice Ricky-Pero estos dos nos estaban contando sus vacaciones en Tenerife como buenos enamorados que son. Ibais por el Siam Park.

-Ah sí-dice Agoney.

Sigue contando su "Adejedate", como la llaman en más de una ocasión a las vacaciones en la ciudad del canario.

Apenas los conozco pero ya puedo notar lo mucho que se quieren: mientras hablan, los dos están cogidos de la mano, y acariciándose. Algunas veces se ríen, y se miran de una manera que me resulta casi empalagosa hasta a mi.

Estoy embobada mirando el dedo pulgar de Agoney haciendo círculos sobre la mano de su novio, cuando Mimi me toca la rodilla.

-¿Puedo?-me hace un gesto, como diciéndome que se va a tumbar apoyando la cabeza encima de uno de mis muslos, ya que tengo las piernas cruzadas.

come what may // warmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora