La chica triste del balcón

06| Amigos reales

Era bastante extraño tener una amistad con Lindsey, es decir, un día era la chica más reservada del mundo, y al siguiente te contaba lo que le pasó, cómo se sentía y todo lo demás.

También fue rara la manera tan rápida en que nos hicimos amigos. Luego de que me hablara de Logan, hablábamos en las madrugadas cuando ella y yo no podíamos dormir. Ella salía a su balcón, mientras que yo ya me encontraba en la ventana.

Una noche, ese 13 de octubre, marcó nuestras vidas.

Lindsey y yo nos encontrábamos hablando a las 2 de mañana. Yo sostenía una taza de café al igual que ella, de modo que hubo un silencio para beberlo.

Quería saber más acerca de Logan, entonces recordé que ella había mencionado sobre una aventura. Pero ¿qué aventura, específicamente?

—¿Puedo hacerte una pregunta?— Inquerí, mirándola fijamente.

—Ya la hiciste— Bromeó, bebiendo un sorbo de café.

—Otra.

—Claro, está bien.

—¿Qué aventura ibas a hacer con Logan?

Ella iba a volver a tomar café, pero la taza quedó a mitad del camino hacia su boca. Luego parpadeó un par de veces y se aclararó la garganta. Quizás era mejor guardarmelo, pero ya lo había dicho y ahora tenía que sufrir las consecuencias.

—Viajariamos de un lugar a otro. Íbamos a ir a fiestas en Nueva York y tal vez pondríamos alguna canción en el camino y cantariamos a todo pulmón— Contaba con una sonrisa triste en su rostro, como recordando los momentos junto a Logan.

No me daba cuenta cuánto podía significar una persona. Mi amor hacia Denna quedaba abajo comparado con el amor que Lindsey tenía hacia Logan.

—Creo... B-bueno, pienso que debemos hacerla— Propuse nervioso. Ella me miró con sorpresa y a la vez extrañada. —Digo, no soy Logan, pero podemos hacer la aventura que quedó pendiente... Ya sabes, como en su honor.

La cruda verdad era que quería hacerla para dejar de pensar en mi ex novia. Quería alejarme de todo, tener momentos para mí. Y claro, quería que Lindsey también se olvidara de todo.

—No lo sé— Vaciló por varios minutos. —De acuerdo, esta noche.

Abrí los ojos como platos.

—¿Esta noche?— Inquerí asustado.

—Y tenemos poco tiempo, ¡corre!— Dijo, volviendo a su habitación.

Tenía que alistar mi maleta, conseguir dinero y pedir prestado el auto de mi papá. ¿Cómo carajos quería hacer todo en una noche?

Con sumo cuidado y sin hacer ruido, tomé mi maleta y la llené de ropa sin doblarla. Bolas y bolas de ropa y zapatos. Era algo grande, así que estaba seguro que no me quedaría sin ropa limpia.

Bajé con la maleta al primer piso y busqué en la cocina la cartera de mi papá. Tenía la costumbre de ponerla en la mesa, así que la tomé y saqué todo el dinero que tenía. No me sentía bien hacerlo, pero no tenía tiempo de retractarme.

En el refrigerador había una pequeña hoja pegada, la utilizabamos para hacer notas de que alguien salió o qué debíamos hacer a tal hora. Tomé un lápiz que estaba encima de esté y escribí lo siguiente:

Quizás se estén preguntando dónde estoy y dónde está el dinero de la cartera de papá o su auto. Principalmente la idea surgió esta madrugada, y quiero hacer algo que marcará toda mi vida.

Estoy bien. Pero no sé cuándo volveré.

No les diré dónde estoy o dónde voy a estar. No los llamaré, no les escribiré. Quiero alejarme de todo.

Volveré, lo prometo. Los amo.

Y sin más, salí de casa. Lindsey ya me estaba esperando en la acera de su casa, con una maleta un poco más pequeña que la mía. Ella sonrió cuando me vio y se acercó.

—Nos iremos en el auto de mi papá— Dije, mordiendome el labio inferior por los nervios. Ya no estaba seguro si esto era buena idea.

Lindsey sólo asintió.

Nos montamos dentro del carro, la llave estaba bajo el asiento, Lindsey sacó una pequeña risita y dirigí mi vista hacia ella.

—Ahí también esconde mi mamá las llaves.

—No es muy buen escondite que digamos.

—No.

Encendí el auto y retrocedí.

Era hora, íbamos a hacer una aventura. Iba a estar días o quizás meses a lado de Lindsey, iba a olvidar a Denna... Nos íbamos de todo.