Patitos de hule _Omegaverse_ - YoonMin-

Capítulo 7. Declaración de la luna

YoonGi lo tomo de la mano y lo iba dirigiendo hacia la parte trasera de su mansión, quería que los dos tal vez vieran el jardín que él tenía, claro, la nieve no dejaría ver muy bien todo, tampoco el que ya fuera de noche, pero él quería pasar un momento bonito y especial con el omega.

-¿A dónde vamos? —Pregunto confundido Jimin.

-Quiero mostrarte algo —Desvío la mirada del Omega, su cara estaba empezando a calentarse, señas de que sus mejillas se estaban coloreando de un efusivo rosado.

-¿Me podrías decir que es?

-No sería bonito si te lo digo

Llegaron a la puerta que daba al patio, en el pasillo que daba a éste habían varios cajones, YoonGi abrió uno y saco un gorro rosado.

-¿Me dejarías? —Movió la mano que sostenía el gorro.

-¡Claro!

Elevo los brazos y con sumo cuidado empezo a poner el gorro en su cabeza.

-Gracias

-Espera, te voy a poner una bufanda, ¿bien?

-Sí, tranquilo

-No puedo estar tranquilo, estoy contigo, hace nada me enteré de que eras un omega, digo, no hay nada de malo, me gustas mucho, pero, digamos, yo, ahora la gente, y sin contar que, sería pronto, pero después viene la pelea y yo, no querría. —Empezó a hablar sin cuidado haciendo que sus palabras tropezaran unas con otras.

-Tranquilo —Estiró su mano y la puso en la pálida mejilla de porcelana que tenía el alfa. Yoongi paró todas sus acciones y su cara se fue sonrojando, él no quería que Jimin lo viera así, le daba pena. Bajo la cabeza— Me pondrás o no esa bufanda tontito alfa. —Hizo un puchero, de esos que sabía que al alfa le encantarían.

-Sí, solo... No me mires

-¿Dices que no puedo ver a mí futuro alfa?

Claro que no pensó él, no seas estúpido, dañas el momento, solo ponle la bufanda comentó su lobo.

-Bien, ven aquí, así lejos no te la puedo poner bien —Y con manos temblorosas y torpes puso la bufanda en el cuello de su hermoso omega.

-¿Salimos ya? —Dirigió su mirada a la gran puerta de vidrio corrediza que estaba enfrente suyo.

-Bien, puedes salir, yo, necesito hacer algo, voy rápido, ¿si? —Jimin asintió.

Abrió la gran puerta de vidrio y cuando estuvo del otro lado la cerró, sería malo que se llenara de nieve la casa. Camino admirando las flores cubiertas por finas capas de escarcha dándoles un toque único. El lugar era grande, casi podía jurar que en algún lugar de allí abría un laberinto, siguió caminando en línea recta, miró por un momento hacia atrás, las luz de la mansión se no taba, pero con forme a la distancia ésta se iba apagando dejando solo algunos leves rayos de luz, volvió a mirar a delante, divisaba una escultura y, con plena curiosidad camino hacia ella. La escultura era de una mujer que tenía los ojos vendados, se hallaba casi desnuda y miraba al cielo, solo estaba cubierta por otras "telas" que cubrían su intimidad. Dirigido su mirada al mismo lugar dónde la escultura estaba viendo, allí, la luna totalmente brillante y roja se alzaba con una belleza impresionante, embobado con la hermosa luna no se dio cuenta de la presencia del alfa que estaba detrás suyo.

El alfa veía al omega, total mente loco por él, empezó a hacerse cada vez más a su lado, dirigiendo su nariz al lugar dónde una marca podría ser llevada. Sentía como el omega emanaba energía por cada uno de sus poros, pasando sus ojos rápidamente por la figura del omega podría jurar que éste tenía una capa rojiza envolviéndole por completo, no le prestó atención, su nariz se acercaba cada ves más a su objetivo, oliendo la envolvente fragancia que el omega estaba emanando para él sin saberlo, pues seguía embobado por la belleza de la luna.