Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'

Capítulo 9. Imperfecta

Viernes 17 de enero del 2014

[Punto de Vista Julia]

Permanecí inmóvil observando cómo se levantaba y se acercaba a mí con rapidez. Los ojos se me inundaron de lágrimas por la rabia, la duda, el malestar que me había envuelto durante todo el día y la sensación de que Louis estaba ocultándome cosas. Alargó su brazo hasta mí cuando existía poca distancia entre nosotros pero di un paso hacia atrás.

- No te pongas así, por favor -dijo, calmado.

Sus palabras fueron peor que una bomba para mí.

- ¿¡Qué no me ponga así!?

Alcancé con mi mano una lágrima que había caído veloz por mi mejilla derecha y supe que había visto en ese simple gesto todo lo que había en mi interior. Esa rabia, esa duda, ese malestar y esa desconfianza se hicieron transparentes para él y no avanzó más hasta mí.

- ¿¡Cómo quieres que me ponga!? ¿Qué haces quedando con Eleanor a ojos de todo el mundo? ¿Qué se supone que tengo que pensar?

- ¡Nada, Juls! -Abrió sus ojos con exageración y me miró con nerviosismo. Tendió de nuevo sus brazos hacia mí y yo crucé los míos sobre mi pecho, sin dejar de llorar-. No tienes que pensar nada. Estoy contigo -aferró mi cintura durante un instante pero me zafé de esa presión-. Por favor, créeme. No ha sido nada, no ha pasado nada entre nosotros.

No. No le creía. Y no creerle se había convertido en el mayor de mis problemas del mismo modo que la amenaza de Eleanor había sido en los últimos días el mayor de mis temores. ¿Por qué tenía que aparecer justo en esos momentos, cuando más necesitaba sentir cerca a Louis? ¿Qué quería de él? ¿Qué quería él de ella? ¿Por qué había permitido un encuentro entre ambos?

Me cubrí la cara con las manos y di rienda suelta al llanto que desde hacía unos segundos me pedía paso.

- Ven -los fuertes brazos de Louis me rodearon antes de que me diera tiempo a reaccionar y me dejé abrazar por él incluso aunque no encontrara consuelo alguno-. Te juro que iba a contártelo, sólo estaba esperando a que estuvieras más tranquila. No ha pasado nada entre nosotros, te quiero a ti, créeme, por favor -habló con demasiada velocidad, dejando claro lo inquieto que estaba, y de alguna manera el nerviosismo evidente en sus palabras sirvió para tranquilizarme a mí-. Julia, no puedo verte así. No llores más, por favor. Todo está bien.

Respiré hondo, dejé al descubierto mi cara y apoyé mis manos en los brazos que estaban oprimiéndome. ¿Tenía que creerle? Era Louis. ¿Louis me mentiría? ¿Louis me mentiría en uno de los peores momentos de mi vida, cuando todo estaba patas arriba?

Besó con ternura mi pelo y cogió mi mano derecha con fuerza. Notaba sus ojos clavados en mí pero seguía demasiado acongojada como para dirigirle una mirada directa, por lo que continué con ellos puestos en el suelo. Tiró de mí y comprendí que su intención era que nos sentáramos en el sofá.

Acarició mi cara una vez que estuvimos acomodados y la presencia de su figura tan cercana terminó por devolverme algo de la paz que necesitaba. La cabeza me daba vueltas y no sabría decir si la rabia, la duda, el malestar y la desconfianza habían desaparecido de mí, pero lo cierto es que lo sentía cada vez con menos fuerza.

Sus manos patinaban por la parte superior de mi cuerpo, de mi rostro a mi cuello, de éste a mi cintura, acariciándome sin más pretensión que lograr que me calmara de una manera completa. Sus labios, pegados casi constantemente en mi frente, depositaban pequeños y suaves besos sobre ésta.

Cerré los ojos y suspiré. ¿Por qué tenía que estar pasando eso? Me distancié de él lo justo para que me fuera posible situarme en un extremo del sofá, con la espalda a medio camino entre donde realmente debía recostarla y el reposa-brazos. En seguida lo tuve de nuevo junto a mí y unió nuestras manos.