Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'

Capítulo 1. Ahora más que nunca

Miércoles 8 de enero de 2014

[Punto de Vista Julia]

Sam avanzó hasta nosotros despacio, con la mandíbula desencajada, sin decir una palabra.

- Sam... -La voz rota de Louis rompió el silencio.

- Cabrón -pronunció, con ira. Con furia. Con rabia. Con odio.

Me estremecí. Y aferré con firmeza la mano de Louis.

Los ojos de Sam se dirigieron de inmediato hacia ese gesto por mi parte y me arrepentí en cierto modo de haberlo hecho. No había sido más que la confirmación de todo lo que estaba pasando entre nosotros. Detuvo sus pasos en seco, con su vista puesta en nuestras manos entrelazadas. Louis la soltó, de pronto, y dejé de sentir su presencia a mi lado.

- Sam, lo... Lo siento -tartamudeó Louis-. Lo siento, de verdad. No quería que...

Todo pasó en cuestión de segundos. Sam redujo la distancia entre ellos sin contemplaciones y no fui capaz de entender qué se disponía a hacer hasta que su cuerpo no se echó ligeramente hacia atrás y su brazo derecho se levantó considerablemente. Extendí los míos como si de esa forma fuera a proteger a Louis, pero no fue suficiente: el puño de Sam impactó contra su rostro y le impulsó hacia atrás por la fuerza que llevaba el golpe.

- ¡¡¡Louis!!!

Cayó al suelo de espaldas y me agaché junto a él con rapidez, sosteniendo su cara, consciente de la expresión de temor que se había extendido por la mía. Se sentó sobre la fría superficie prácticamente al instante, apoyándose en sus brazos. Un importante hilo de sangre bajaba por su mentón y la limpié como fui capaz, impidiendo que siguiera descendiendo. No necesité ni medio segundo para darme cuenta de que la hemorragia no iba a detenerse así como así: tenía un gran corte en el labio. Se pasó una mano por él mientras sus ojos se clavaban en Sam y vi en ellos algo que nunca había visto; lo mismo que había visto en los de Sam tras pronunciar ese “cabrón”: ira, furia, rabia, odio.

Se levantó a la velocidad de la luz y tuve que esforzarme mucho por seguir su ritmo e impedir que arremetiera contra Sam. Me coloqué frente a él, hice presión con mis manos sobre su pecho y lo empujé hacia atrás, impidiendo que siguiera avanzando, sabiendo qué pretendía: devolver el golpe. Estaba convencida de que ni siquiera me veía, de que no reparaba en mí. Tenía bastante con mirar a la persona que quedaba a mis espaldas.

- Louis, no, por favor. ¡Para! Para, por favor.

La sangre proveniente de su labio había llegado hasta su camisa y había manchado la parte superior de ésta. Deslicé mis dedos por su rostro, limpiándolo de nuevo. Escuché cómo respiraba con dificultad: era el único sonido que llegaba hasta mis oídos. Por lo demás, la habitación se había sumido en un silencio sepulcral. Entonces, pensé en Sam.

Y me di la vuelta. Con ira, con furia, con rabia. Con odio.

- ¿¡Pero eres gilipollas o qué te pasa!? -Grité.

Fue nulo el intento de avanzar hasta él, pues Louis sostuvo mi brazo y me hizo retroceder de un tirón.

- ¿Cómo te atreves a dirigirme la palabra?

La frialdad en los ojos de Sam sólo era comparable a la que portaban sus palabras y eso no hizo sino enfadarme más aún.

- Déjala en paz.

Louis rodeó mi cintura con un solo brazo y me colocó detrás de él con un movimiento. A pesar de esa advertencia, la mirada de Sam no se retiró de mí. No me importaba, no tenía ningún problema en sostenérsela tanto tiempo como quisiera. Estaba equivocado si pensaba que me daba algún miedo.