Sábado 1 de febrero
[Punto de Vista Julia]
Dejé a un lado la carpeta de color morado, que contenían todos los presupuestos destinados a la última campaña publicitaria que nos habían encargado, y me recosté contra el asiento, agotada. El frío que ese día estaba presente en la oficina, por un problema en la calefacción, me hizo tiritar una vez más y me estiré las mangas del jersey casi hasta la punta de los dedos, queriendo conservar un cierto calor en mis manos. Aún no había terminado de revisar todo lo que se me había encargado.
Lo que me habían encargado a mí, la responsable de ello según el cuadro de responsabilidades establecido por la empresa, y lo que le habían encargado a Sarah Smith, una mujer que rondaba los cincuenta años, quince de ellos empleados en McCann. Su experiencia era la razón por la cual esa mañana había contado con su presencia en mi despacho: no se fiaban de mí. No confiaban en que yo pudiera realizar un trabajo en condiciones y habían decidido asignarme una niñera provisional, hasta que se cercioraran de que estaba capacitada para las tareas que me habían encargado.
Sarah regresó con dos cafés en sus manos y con la misma cara de aburrimiento que llevaba poseyendo todo el día. Le había insistido una y otra vez en mis competencias, asegurando que no cometería un solo error, pero las instrucciones eran claras: no debía dejarme sola.
Miré el reloj a las seis y veintidós de la tarde y emití un nuevo suspiro. Seguramente Louis ya estaría esperándome abajo, en el coche, y lamenté profundamente que aún le quedara un rato de paciente espera. Me perdí durante unos segundos imaginando qué vendría a continuación, cuando saliera de ese infierno helado, y las perspectivas no eran muy esperanzadoras. Íbamos a asistir a una fiesta donde se encontraba la persona a la que menos deseaba ver Louis, Sam, y también la persona a la que menos deseaba ver yo, Eleanor. No era el plan soñado, desde luego.
Pero no me quedó más remedio que acceder a él. Era el cumpleaños de Sophia, la novia de uno de los mejores amigos de Louis, ¿de qué forma podría negarme? Sólo esperaba que el cumpleaños de Harry, previsto para el fin de semana siguiente, me causara mejores expectativas.
La conversación entre Louis y yo de camino a la fiesta era más bien inexistente. Los dos estábamos tensos, quizá nerviosos, y ninguno tenía demasiadas ganas de entablar un coloquio que pudiera empeorar las cosas.
Mi pensamiento varió ligeramente a la entrada del gigantesco local que acogería el cumpleaños. Me detuve ante la puerta, giré mi cuerpo y me coloqué frente a Louis, esperando encontrar en él una expresión relajada. No fue así.
- Va a ir todo bien, ¿verdad? -Pregunté, colocando una mano en su hombro derecho.
- ¿Y por qué iba a ir mal? -Respondió, tirante.
- Porque tú vas a ver a Sam -expliqué, aun estando segura de que su pregunta no necesitaba contestación alguna-. Y yo voy a ver a Eleanor.
Movió la cabeza negativamente.
- No tienes que preocuparte por Eleanor.
- ¿Pero tú si tienes que preocuparte por Sam? -Cuestioné, dejando claro que era una estupidez que estuviera inquieto por su presencia allí.
- Anda, ven aquí.
Alargó sus brazos hasta mí y me rodeó con ellos firmemente, casi dejándome inmóvil, a merced de sus deseos. Besó mis labios con cuidado, mientras el tenue viento que ese día existía en las calles de Londres revolvía mi pelo. Aferró mi rostro y depositó un último beso antes de mirarme. Entonces me abracé a él.
- Te quiero -susurré.
- Y yo a ti, Juls.
- Recuérdame por qué estamos aquí.
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Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'
Fanfic"- No podemos estar toda la vida preocupándonos por todo, ¿cuándo vamos a disfrutar de esto? -Preguntó, exasperado. - Quizá nunca podamos -me encogí de hombros, resignada-. Quizá esto no esté hecho para nosotros. Me miró divertido, sosteniendo mi ro...