Capítulo 31. Tú

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Lunes 17 de febrero de 2014

[Punto de Vista Judi]

Había pasado el día anterior pensando en las palabras de Zayn. Recordando cada una de ellas, dándolas formas, dibujándolas en mi cabeza y perdiéndome entre sus diversas letras. Habían sido lo último en lo que había pensado al acostarme. Había soñado con ellas. Y habían sido también mi primer pensamiento cuando esa mañana, a las siete y cuarto, abrí los ojos comprendiendo algo.

No había elección posible, al menos no del tipo que hubiera esperado. No había en mí posibilidad de elegir entre coger esas palabras, aferrarme a ellas e ir en su búsqueda o dejarlas pasar y olvidarme, como había intentado hacer con todo lo demás. Había sido una ilusa creyendo que podría tomar ese segundo camino, cuando todo lo que estaba haciendo era alargar el momento de correr a sus brazos a explicarle que no podría creerle pero que, quizá, con el tiempo y su cariño lograra hacerlo.

Nunca había dejado de querer a Zayn. Ni siquiera había sido buena bloqueando los pensamientos que llevaban su nombre. Siempre aparecía en mí, ensombreciendo los buenos momentos por su ausencia y dando algo de claridad a los malos recordando su sonrisa, sus ojos, sus manos o su corazón, que un tiempo atrás había sentido como mío.

Cuando se trataba de él, nunca tenía elección. No había decidido enamorarme de él, había pasado mucho antes de que incluso pudiese darme cuenta. Olvidarme o no de todo lo que habíamos pasado tampoco entraba dentro de mis posibilidades: simplemente no podía.

Siempre había sentido que me pertenecía, incluso cuando a ojos de todos los demás no lo hacía. Incluso cuando él mismo había negado que eso fuera así. Nunca había dejado de sentirlo y siempre había dado por hecho que se debía a que, también siempre, había sentido que estaba hecho para mí.

Pero quizá fuera algo más. Quizá nunca había dejado de sentirlo porque quizá realmente fuera real. Quizá siempre me había pertenecido, del mismo modo que yo siempre le había pertenecido a él.

Por eso no tenía elección. Porque en mí seguía existiendo una esperanza para nosotros, aunque hubiera estado oculta durante un tiempo. Había resurgido y lo había hecho con fuerza, amarrada a las palabras que Zayn había pronunciado dos días atrás.

Por eso fui a buscarle. Estaba enfadada, desilusionada y dolida por cómo se había comportado en las últimas semanas, pero ninguno de esos sentimientos eran lo suficientemente fuertes como para que consiguiera olvidar lo mucho que le necesitaba en mi vida.

Atravesé una ciudad que se encontraba casi en penumbra y con continuas gotas de lluvia cayendo del cielo. Me detuve frente a su portal, que recordaba con una claridad impresionante, como todo lo que provenía de él. Anduve con rapidez hasta la puerta de éste al observar cómo una persona se disponía a salir de él. Sostuvo la puerta para mí cuando entendió que quería entrar y se lo agradecí con una sonrisa.

Respiré hondo mientras me encaminaba hacia el ascensor. Me planteé por primera vez que lo sucedido el sábado hubiera formado parte de un sueño, pues a medida que iba ascendiendo sus palabras se me antojaron cada vez más irreales.

Pasaron un par de minutos hasta que por fin me decidí a llamar. Y no lo hice con seguridad. Mis nudillos presionaron la puerta de madera como si temiera quemarme con ella, pero unos pasos llegaron hasta mí de inmediato, por lo que deduje que había sido escuchada.

Al segundo había entendido que esos pasos tan sonoros estaban provocados por dos pares de tacones. El mundo se me vino abajo y el nombre de Perrie revoloteó en mi cabeza. Giré hacia mi derecha, observando el ascensor a un par de metros de mí, y me revolví inquieta en el sitio.

Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora