Capítulo 27. Perder a quien quería

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Jueves 13 de febrero de 2014

[Punto de Vista Julia]

Esa noche, después del fin, Sam decidió acompañarme en la que sería una de las últimas cenas en mi piso de Londres. Ya había informado a la persona a la que verdaderamente pertenecía esa casa de que me marcharía en los próximos cuatro días, pero al ser tan precipitado entendía que debía pagar el alquiler del mes de febrero al completo. Otra carga más.

Sam me acompañó esa noche pero lamenté que lo hiciera, pues sabía que no tendría forma alguna de esconder mi dolor. Hasta entonces había creído que las cosas se arreglarían, se asentarían, y que todos volveríamos a ser quienes alguna vez habíamos sido. Pero se había acabado. Realmente se había acabado.

Me marchaba a Liverpool. Casa nueva, alquiler nuevo. Amigos nuevos. Vida nueva. Tal vez, con el tiempo, un chico nuevo. Un chico que nunca sería Louis.

- Alegra esa cara, ¡tenemos pizza para cenar! -Exclamó mi amigo, tomando asiento en el sofá, justo a mi lado.

Nuestras piernas se rozaron y a punto estuve de apartarme por el pavor que de pronto me dio eso. No quería ser tocada por nadie que no fuera él. Reprimí las ganas de salir huyendo, controlé el nudo que había empezado a formarse en mi garganta y restregué mi rostro con las manos, chillándome mentalmente que debía recomponerme.

- Julia, por favor, no puedes estar así.

- ¿Cómo quieres que esté? -Evité mirarlo.

Lo último que quería era hablar de ello. No había necesidad alguna de que Sam escuchara los latidos de mi roto corazón, sobre todo cuando a él también podía dolerle.

Me aparté el pelo de la cara y me incliné hacia la mesa que estaba frente a nosotros, que ya desprendía un intenso olor a pizza barbacoa que consiguió abrirme el estómago.

Sam me agarró del brazo y me impidió realizar un solo movimiento más.

- Eres una persona increíble. Te preocupas por los demás más de lo que te preocupas por ti misma, transmites una confianza que pocas personas consiguen y es muy agradable pasar tiempo a tu lado. Eres divertida, comprensiva y tienes una manera excelente de ver y tomarte las cosas -su mirada se volvió más profunda a medida que fue diciendo cada palabra-. No puedes estar así, porque no te mereces estar así. Y menos por alguien como él -bajé la cabeza. Había roto toda la magia del momento nombrándole de aquella forma-. Julia, es él quien no te merece a ti. Mírame -lo hice al cabo de unos segundos-. Nadie que no sepa cuidarte te merece.

Suspiré. Conocía la opinión de Sam acerca de todo lo que estaba pasando sin necesidad de que él me la hubiera transmitido con semejante vehemencia.

- Mira cómo te ha tratado -continuó, sin que yo añadiera nada a lo anterior-. Llevas diez días desviviéndote por conseguir su perdón. Apenas duermes, es evidente que incluso has adelgazado y le has demostrado al mundo entero que él es lo que más te importa -lo dijo con dolor-. ¿Qué te ha demostrado él a ti? Te ha echado de su casa a la fuerza, ha rechazado hablar contigo y te ha ignorado pese a saber lo mal que lo estabas pasando y la situación tan complicada en la que estabas. No ha luchado por ti cuando es lo único que has hecho tú, luchar por él. ¿Te merece? Yo te lo diré: no. No te merece -sentenció.

Lo miré boquiabierta, sin saber qué decir. Era probable que Sam no fuera la persona más indicada para hablar de malos tratos, de comportarse como uno debe, de merecer o no a alguien o de situaciones complicadas, pero no se había equivocado en nada. Louis estaba dolido del mismo modo que lo estaba yo, pero yo había luchado por lo nuestro.

Sabía que se sentía traicionado por lo que había ocurrido con Sam, pero yo también podía sentirme traicionada viendo que, después de todo, me había expulsado de su vida en apenas dos días y casi sin esfuerzo. ¿Qué significaba entonces para él?

Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora