Capítulo 25. Mensajes

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Lunes 10 de febrero de 2014

[Punto de Vista Julia]

Subí despacio, escalón a escalón, intentando establecer una estructura en los pensamientos que rebotaban en las paredes de mi cabeza, sin orden ni concierto. Que Eleanor hubiera estado allí, con él, me había desconcertado hasta el punto de haber olvidado qué quería decirle y de qué forma hacerlo. Estaba convencida de que después de aquello lo único que podría hacer sería farfullar que, por favor, volviera conmigo. No encontraba otro modo ya de expresar mis sentimientos que no fuera suplicándole que me dejara demostrarle cuantísimo me importaba.

Tomé aire antes de llamar a la puerta. No quería derrumbarme cuando ésta se abriera por lo que también hice un supremo esfuerzo por contener el nudo que molestaba en mi garganta. Me hice con otra bocanada de oxígeno, cerré el puño y llamé con los nudillos a la fuerte puerta de madera tres veces seguidas.

Esperé ya con la respiración acelerada, concentrada en escuchar cualquier cosa que pudiera provenir del interior. Por esa atención prestada, no me fue difícil distinguir unos pasos dirigiéndose hacia la puerta y todo mi cuerpo se tensó de inmediato.

Lo hizo aún más cuando ésta se abrió. La expresión de Louis varió de la máxima relajación a la rigidez más insoportable que nunca había visto en él y comprendí que no era a mí a quién esperaba. Seguramente, había pensado en Eleanor cuando había escuchado que alguien llamaba a su puerta.

Mis piernas flaquearon y cambié el peso de mi cuerpo hacia la pierna izquierda, mostrando una mueca de lástima.

- Esperabas a Eleanor, ¿no? -Mi voz apenas fue un lamento al que no contestó.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿Habéis vuelto? -Pregunté, omitiendo la cuestión que me había lanzado.

Negó con la cabeza, con los labios unidos en una fina línea casi inexpresiva.

- No tengo por qué contestarte a eso.

- Lo sé, pero... hazlo, por favor.

Primera súplica. Conocer qué había pasado exactamente entre ellos había ascendido a la segunda de mis prioridades, incluso aunque la verdad pudiera acabar definitivamente conmigo.

Louis bajó la cabeza, sin contestar. Me llevé una mano a la boca, conteniendo las lágrimas al comprender qué significaba ese gesto y su silencio.

- Oh, Dios, has vuelto con ella.

Las palabras salieron de mi boca amortiguadas por la barrera que suponía mi mano, pero Louis pareció entenderlas. Me miró con el ceño fruncido y realizó otro movimiento negativo con la cabeza.

- Julia, no -me descubrí la boca y la dejé entreabierta. Sabía que si juntaba mis labios, y con ellos mis dientes, éstos castañetearían por el frío que seguía teniendo y por los nervios que me habían invadido-. No hemos vuelto -fue claro. Respiré con cierto alivio-. Sólo quería saber cómo estaba.

- ¿De verdad?

- Sí.

Alcé mi brazo derecho por inercia, con el único objetivo de tocar su perfecto rostro. Lo impidió dando un paso hacia atrás, alejándose de la puerta. No presté atención a su negativa y aproveché su escapada para adentrarme en su casa, un acceso que antes estaba bloqueado por su cuerpo.

Cerré una vez que estuve dentro.

- Louis, podríamos... -tragué saliva. Resultaba difícil hablar cuando no tenía su atención, su cariño, su interés ni su mirada-. Vamos a hablar de esto... podríamos...

Still the one - Segunda parte de 'ALIVE'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora