Al amor no le importa nada.

Capítulo 7

Por fin es viernes, y estoy nerviosa; hoy sabré si he entrado en el equipo de las animadoras o no. Aunque para mí estar en el equipo nunca fue algo fundamental, para Sarah sí que lo era, y si entro será como si no la hubiese perdido del todo.

-¡Buenos días! -Una voz demasiado entusiasta me sobresalta cuando llego a  mi taquilla-

-¡Lucy!, me has asustado; buenos días.

-Estabas en tus mundos.

-Sí, lo sé; me preguntaba si me habrán cogido en el equipo, hice las pruebas est semana.

-Depende de si a la entrenadora le has gustado o no. Si  sólo de Jane dependiese, ya te digo yo que no.

-No sé por qué me tiene tanto asco, apenas nos conocemos.

-Bueno, ten en cuenta que le interesas más a Andrew que ella.

-Eso no puede ser cierto, solo está siendo amable.

-Ya...no sales a cenar con alguien sólo por ser amable.

-¿Cómo te has enterado de lo de la cena?

-Pasaba cerca del restaurante y os vi entrando.

- Bueno, da igual. No lo conozco; ¡llevo aquí una semana, por el amor de Dios!

-Vale, vale, si a mi no me tienes que dar explicaciones. Anda vamos, que vamos a llegar tarde.

- Filosofía...empezamos bien el día.

A la hora del almuerzo, me encontré con Andrew a la puerta del gimnasio.

-¿Qué haces por aquí?

-Esperarte. ¿Lista para ver la lista de admitidas en el equipo?

-Bueno...qué remedio.

Nos acercamos a ver la lista, pero mi nombre no estaba.

-Que raro, mi nombre no parece ni como admitida ni como rechazada.

- Tiene que estar- dijo Andrew apartándome un poco para ver mejor- pues no...no está.

-Eso ya lo he dicho yo. Ven, voy a ver si la entrenadora está dentro del gimnasio.

Dentro la encontramos preparando la siguiente clase.

-Señora Brown.

-Señorita Blake, ¿en qué puedo ayudarte?

-Pues verá, hice las pruebas para entrar en las animadoras, pero por alguna razón mi nombre no está en la lista.

-Ah sí, ya me acuerdo. Verás, esperaba poder hablar contigo sobre eso. Me gustó tu forma de moverte, pero tienes que saber que cuando formas parte de un equipo hay que trabajar todos juntos, no cada un por su cuenta. Algo te pasó mientras hacías la coreografía, no sé qué fue, pero tienes que demostrarme que puedes trabajar en equipo, así que estás dentro, pero con la condición de que colabores con el grupo, ¿entendido? 

-Claro, no se arrepentirá.

-Eso espero. Entrenamiento a las 8, no llegues tarde.- me dió una palmadita en el hombre y se alejó-

-Pues yo creo que  estuviste estupenda.

-No Andrew, tiene razón, pero la coreografía era horrible.

-Por eso lo digo, fue todo improvisado. Seguro que muy pocos son capaces de improvisar toda una canción como tú.

-Si te sirve de algo, son años de experiencia.

-No, es que eres buena, punto. Te invito a un café para celebrarlo.

-Claro, pero démonos prisa, casi ha terminado el descanso.

-¿Tantas ganas tienes de tomarte un café conmigo? - me mira con una ceja alzada y una sonrisa pícara en la cara. -

-Idiota...- contesto con una risita- anda Romeo, vamos.

Me rodeó los hombros con un brazo y nos dirigimos hacia la cafetería.