Huida

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Paso mi mano por mi cabello, abro mis ojos y de nuevo estoy en la celda, frente a mi hay dos vigilantes. Uno de ellos se me acerca.

—Levantarte Protectora.—su voz... suena distinta, tiene algo extraño en ella. Obedezco y me pongo en pie. Entre cierro los ojos y noto algo en ambos. Su aura es pura. Pero...¿Como?

—Tienes que buscar la espada de Artemisa es lo único que te va a sacar de aquí. La distracción será en unos minutos.

Miro al otro vigilante pero este ni si quiera me mira, ni si quiera respira.

—Arconte.—susurro. El vigilante no responde.

—Dos minutos.

¿Que?

—Un minuto.

De que esta hablando...

—Cinco, cuatro, tres, dos, corre.

Al otro lado de la puerta comienzan a sonar disparos. Muchos disparos.

—¿Pero como...—digo girando me, no están. Ellos no están.

Tomo el pomo de la puerta y la abro hacia adentro, me fijo en el pasillo y no hay nadie, por uno de los corredores pasan varios Vigilantes armados. Escondo mi cabeza.

Tengo que salir de aquí. Me vuelvo a fijar y no hay nada en él, ahora o nunca. Salgo de la celda y comienzo a correr por los pasillos. Se que el llamado me va a guiar, doblo hacia la derecha y sigo corriendo una alarma suena por todo el lugar. Una fila de cinco vigilantes armados vienen frente a mi, ellos me ven y uno grita para que me atrapen. Estoy desarmada. Joder.

Una bruma aparece frente a mi, de esta se forma un cuerpo, Jackson. El esta frente a mi viendo a los demás vigilantes.

—¿Me permites este baile?

—Si.—le digo, el pone su mano derecha hacia atrás y la tomo. En la otra mano de Jackson aparece una pistola, el dispara contra los Vigilantes, al primero le da en el pecho, el segundo nos dispara y le da en el brazo haciendo que su arma caiga al suelo.

Me suelto de su mano y me tomo el arma del suelo, miro a los cuatro Vigilantes. Disparo contra el primero su brazo derecho, ojo por ojo, diente por diente. Me pongo en pie con la ayuda de los codos y golpeo al otro con mi pierna, Jackson esta dándole una paliza al sujeto que le disparo. Sujeto el arma del cañón y con la parte del mango golpeo al otro vigilante en la frente haciendo que este caiga inmediatamente. Unos brazos musculosos me toman de la cintura, pataleo con fuerza y logro conectar mi codo con su estomago,

Jackson termina con el ultimo y tiro el arma al suelo, camino hasta uno de los cuerpos y tomo su arma.

—Prevenir antes que lamentar.—digo en voz alta, el sujeto mueve su mano y suspiro. Apunto hacia su cabeza y disparo. Me doy la vuelta y miro a Jackson.—¿Sabes donde esta la espada? —el niega.

—Pero si queremos llegar a ella tenemos que ir armados. Y cree me que necesitas armas.

Ruedo los ojos y el toma mi mano, en un instante aparecemos en una armería. Hay un vigilante en esta al cual Jackson esta golpeando, el vigilante cae al suelo noqueado por los golpes de Jackson.

—Detrás tuyo hay un armario con ropa, ve.—me giro y veo una puerta de metal, la abro y cierro rápidamente al entrar. Hay muchos trajes de combates, tomo uno negro de tela elástica. Me quito el vestido blanco y me pongo rápidamente el traje. Miro el vestido en el suelo, lo tomo y rompo una esquina. Una tira para ser exactos. Suelto el vestido y sujeto mi cabello mientras lo trenzo. Tomo un par de botas y me las coloco rápidamente.

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