Pensamientos

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Meils:

—¿!COMO QUE HA ESCAPADO!?—grita él.

—Una Vigilante y un arconte la ayudaron.—le sigo informando.

Apolo comienza a tirar, derribar y romper todo lo que haya en su paso.—Llama a Kira, ella debe de saber algo.

—Kira ha sido descubierta y en este instante esta siendo ejecutada por obra del Incubo y la Vigilante.—susurro.

Él se comienza a acercar amenazadora mente y mi cuerpo comienza a temblar sin control. Su boca esta a escasos centímetros de mi oído.

—¿Que has dicho?

—Ella ha sido descubierta.

—¿Por quién?—Apolo pone su mano en mi hombro.

Me va a matar.

—Por Sophie.—respondo.

—Tú mataste a su abuela, ¿no es cierto?

Asiento.

—Entonces ve por su hermano, Sophie Gonsalez no conocerá la felicidad nunca. Y me encargaré de que así sea. Pero por ahora, quiero a mi musa de vuelta.

—Y así será señor.—respondo como una buena sumisa.

—Y una cosa mas Meils.—lo miro directamente a los ojos.

—¿Si?

—Si fallas te voy a matar, pero no de una buena forma, ten lo en mente.

—Bien, ¿es todo?

El niega y posa su mano en mi mejilla. Siento como mi piel se comienza a secar rápidamente, él se acerca y posa sus labios sobre los mios. Mi boca se sienta seca y llena de fuego, Apolo me suelta y llevo mi mano hasta mi cuello. Es como si tuviera fuego dentro de mi.

—El tiempo corre Arpía.—Meils.— no lo desaproveches.

Asiento y de mi espalda comienza a surgir mis alas, intento no gritar. El dolor siempre es horrible, como si te sacaran el corazón de tu cuerpo, pero claro esta que yo no tengo corazón. Abro mis alas y doy un brinco mientras las muevo para levitar, Apolo desaparece y cierro los ojos. El llamado que tengo en mi cuello comienza a brillar y siento un gran corriente fría.

Abro mis ojos y me encuentro en ... ¿Alaska?

Una corriente de viento me azota y bato con fuerza las alas. Cierro los ojos y busco cualquier indicio de Aura blanca.

Una pequeña luz se ve hacia el sur. Abro mis ojos y me impulso con el viento dando me una gran velocidad.

Me detengo al ver un pequeño pueblo entre las nieves. Cierro los ojos de nuevo y veo algunas auras oscuras. Los abro y caigo en la entrada de una gran casa, escondo mis alas y abro la puerta escucho un seguro quitarse.

Sonrió al ver a un Vigilante Oscuro. Traidor, malo o como los llamen. Para mi son oscuros.

—¿Que vas hacer? Dispararme directo al corazón y ya.—pongo mis manos en mi cintura y el vigilante baja su arma.

—No había visto tu aura.

—Si me vuelves apuntar con esa arma mis garras estarán en tu garganta antes de que la bala salga.—él traga con fuerza y se aleja hasta sentarse en un sofá.

—¿Cuantas personas hay en este pueblo?

—Solo cincuenta, somos diez Vigilantes los que la controlamos.

—He visto un aura blanca aquí.—las cejas del chico se juntan.

—No lo creo, nosotros siempre hacemos rondas. Es imposible.

Me acerco lentamente al chico y pongo mis manos en los descansa brazos del sofá, me inclino hacia adelante y el hace su cabeza hacia atrás. Miro sus ojos y luego sus labios.

—Nada es imposible.—susurro lo suficientemente cerca de él.

Puedo escuchar su corazón palpitar demasiado rápido.

Sonrió en mis adentros  y miro de nuevo sus ojos. De color avellanas.

—¿Cuantos locales hay aquí?

—Cinco.

—Recitarlos.—le digo lo suficiente mente cerca de su boca.

—El Bar, la farmacia, el súper mercado, la tienda de musica y óptica y por último...

Lo callo besándolo y él lo sigue. Siento como el fuego vuelve aparecer, el chico se percata de eso y se intenta alejar pero lo impido sujetando su cara.

Siento como toda su energía oscura se traspasa hacia mi. Su piel se comienza agrietar y su energía oscura deja de fluir. Me alejó y veo sus manos y cualquier parte expuesta de piel agrietada. Sus ojos se ven negros y sin vida y su corazón dejo de latir.

Pobre.

Pero ahora me siento mas poderosa. Salgo de la casa y saco mis alas. Las bato apenas se extienden y miro el pueblo bajo mis pies.

Una tienda de música.

La música esta prohibida para todo mortal.

La ubico bajo mis pies y diciendo en tres segundos. Miro la puerta la puerta y esta está cerrada con un candado y un cadena. Las tomo y las halo sin aplicar mucha fuerzas los eslabones se abren y el candado cae al suelo con el resto de eslabones.

Abro la puerta y entro.

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