CAPÍTULO 2

314 37 14
                                    

—Hemos terminado, retírense— La imponente voz del jefe del consejo escolar dio por finalizada la reunión diaria, donde, como siempre, él tomaba las decisiones. Al ser el estudiante más destacado del Instituto nadie lo cuestionaba ni dudaba de su juicio.

Una vez que todos salieron de la sala, tomó sus cosas e hizo lo mismo, andando con la misma actitud pedante que lo caracterizaba, sin embargo, todos los alumnos abrían paso al gran Choi SiWon. Su fría mirada, oculta tras sus lentes, intimidaba a los Alfa y enamoraba a los omega e incluso a los pocos betas que asistían a la escuela. Pero a toda regla existe una excepción y tales excepciones eran 2 estudiantes mayores que él: Kim YoungWoon o KangIn, el estúpido campeón de Judo con un cerebro suficientemente pequeño para retarlo cada vez que se encontraban en los pasillos y Kim HeeChul el mediocre bailarín que vivía sin la menor preocupación, no entendía como tal vago había logrado llegar hasta esa escuela. Cada día se convencía más que el renombre de la Institución ya era sólo una fachada. Ahora cualquier idiota era admitido. 

El más molesto de todos era Kim HeeChul, además de retarlo se burlaba de él frente a todo el mundo dejándolo en ridículo más de una vez.

Al ir caminando captó unos ruidos agudos y extraños, parecían gemidos o lloriqueos, no pudo identificarlo del todo. Sin embargo, sí pudo localizar el lugar del que provenían. Empujó la puerta y sus ojos se abrieron como platos ante la imagen que encontró:

Los ruidos venían de la boca del mediocre bailarín, con la ropa mal puesta, y acorralado con ambas manos contra la pared sobre su cabeza por el estúpido campeón de Judo. HeeChul gemía al mismo tiempo que las lágrimas descendían por sus mejillas desesperado por no poder defenderse ante la fuerza de aquel hombre. SiWon dejó caer su mochila provocando un pequeño eco en el salón vacío, KangIn no se inmutó, seguía sosteniendo las muñecas de HeeChul con la diestra mientras que con la siniestra recorría el cuerpo del mayor por debajo de la ropa. El bailarín abrió sus ojos mirando suplicante a SiWon, sabía que él también era un Alfa pero pensó que por su cargo en el cuerpo estudiantil no lo atacaría e incluso prefería quedar en deuda ante el pedante jefe del consejo escolar a ser mordido por KangIn o cualquier otro Alfa.

SiWon, al ver a HeeChul en tal posición hizo lo más aterrorizante ante los ojos del mayor: El más joven caminó hasta él y le dedicó una perfecta sonrisa. Esa mirada suplicante lo había dicho todo: El patético bailarín ahora estaba en sus manos. 

MI JUGUETE (KangSiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora