MI JUGUETE (KangSiChul)

CAPÍTULO 8

Sorry sorry por la tardanza, tuve mucha tarea y poca inspiración :c pero aquí está nwn

Igual que en el capítulo anterior agradezco sus comentarios sobre la trama y sus estrellitas :D

HeeChul unió nuevamente sus labios con los de KangIn en busca de aquellos dulces besos que ahora se habían convertido en su fuente de vida y el sostén de su cordura, no era poesía, literalmente eso eran para él: La horrible sensación de vacío en el estómago, la presión en el pecho y las recientes ganas de morir disminuían al estar entre los brazos de su Alfa. Estaba seguro de que si KangIn y SiWon lo dejaban entonces él moriría aunque no quisiera. La naturaleza era demasiado cruel.

Las manos del Judoka rápidamente buscaron lugar debajo de la desordenada camisa del bailarín tocando su tibio cuerpo con cariño por primera vez. No era deseo, eran caricias llenas de ternura, sus manos deseaban memorizar cada pequeño detalle de la piel de su mayor. Poder sentirlo aunque no estuviera a su lado. Su figura tan delgada y suave se convirtió en el mayor delirio del Alfa, dentro de él comenzó a surgir deseo y amor por su HeeChul, sin embargo al mismo tiempo surgió algo más: No estaba dispuesto a compartir. Él lo había mordido por amor, SiWon no tenía derecho a tocarlo y mucho menos a disfrutar de los placeres de aquel hermoso cuerpo, HeeChul era solamente suyo. Aquel cafre no volvería a tocarlo.

Los pensamientos de KangIn no permanecieron completamente en su cabeza porque de inmediato escuchó un suave lloriqueo y sintió un leve empujón en su pecho. —KangIn, me estás lastimando— dijo HeeChul molesto mientras tocaba su labio abierto con las yemas de sus dedos, no lo hacía por dolor sino porque seguro que la herida iba a provocar hinchazón, lo cual deformaría sus gruesos labiales. Sea como sea, HeeChul seguía siendo vanidoso con su perfecta apariencia. El más joven finalizó el beso respirando agitado mientras observaba pequeñas gotas de sangre resbalar por el mentón del Omega. La furia lo había envuelto tanto que había dañado a su precioso amor sin darse cuenta. —Bebé... Lo siento... Estaba pensando en algo que me molesta—, el bailarín miró con el ceño fruncido al hombre frente a él —Y ¿Por qué me muerdes a mí? ¿Acaso yo tengo la culpa?—, en realidad sí tenía la culpa pero KangIn sólo lo tomó con cuidado por la cintura y lo hizo levantarse para posteriormente hacer lo mismo sin contestar a las interrogantes. —Ven, vamos al baño, hay que lavarte—.

Después de limpiar su herida, el Omega casi gritó cuando pudo ver claramente su labio hinchado en el espejo del baño. —¡YoungWoon! ¡Mi labio! ¡Estoy deforme! ¡No puede ser! Voy a terminar como espectáculo de un circo como el chico deforme, la gente me va a aventar comida, se van a reír de mí... — Y así siguieron las exageraciones, el drama y el berrinche mientras que KangIn contemplaba la escena en silencio hasta que no pudo más y una risa escapó de sus labios. —¡Hey! ¡De qué te ríes! ¿Quieres morir? Soy un monstruo por culpa tuya—, realmente su apariencia era muy importante para él, sintió sus ojos llenarse de lágrimas por la risa del más alto. Ser cuestionado y burlado por su imagen era su punto más débil. El judoka lo tomó por el hombro y con una sonrisa dijo, —Ya, tranquila princesa, vamos a nuestra casa, te pondré hielo y te verás tan lindo como siempre—, HeeChul asintió con el corazón acelerado por su nuevo sobrenombre tan dulce y comenzó a caminar tomando su mano hasta que cayó en cuenta de algo. —Espera, ¿Dijiste "Nuestra casa"?—, KangIn asintió —Estaremos juntos de por vida, así que ahora vas a vivir conmigo— Sentenció antes de dar un suave apretón a la mano del Omega quien ahora tenía una enorme sonrisa y un precioso brillo de felicidad en sus ojos. Aquel Alfa lograba hacer que sus emociones cambiaran de manera abrupta, eso definitivamente no era bueno.